CAPÍTULO LX

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El frío fue lo peor que Kim Taehyung pudo sentir un sábado temprano por la mañana.

Es horrible. Se siente tan expuesto a la temperatura que no puede creer como ha podido soportar dormir sin un cobertor, o, más bien ¿Dónde está el grueso cobertor?

Tantea con una mano la misma sin encontrarlo, siendo demasiado obvio el que este esté al pie de la cama, por lo que se reincorpora con pesadez sin abrir los ojos y desliza la dicha hasta el cuello, volviendo a su sueño.

—Kook...— susurra extremadamente ronco, queriendo llamar su atención al saber que Jeon Jungkook no se resiste cuando lo menciona con aquella encantadora voz—. ¿Tienes frío?

Pero oh, no recibe respuesta, optando por darse la vuelta hacia el lado donde supuestamente debería yacer el omega. Y sí, supuestamente, porque luego que Taehyung deslizara su mano por encima de las sábanas, llega a la conclusión que el omega ha dejado la cama un buen tiempo.

Se reincorpora de golpe y parpadea unas cuantas veces hasta aclarar su campo visual, y hecha un vistazo a la habitación, no encontrando ningún rastro de él. Por lo que no duda en ir a al baño, hacer lo primordial y salir disparado sin importarle estar en pijama.

¿Cómo puede pensar en sí mismo si el día anterior su omega estuvo de la mierda?

Taehyung creyó que el primer lugar donde estaría el omega sería en la cocina, pero lo único que encontró es un lugar vacío. Y lo único que describe es: raro; por lo que opta por hurtar una manzana de una canastilla y salir, dándole la primera mordida a la misma.

Okey, ahora está confundido, ya que al modo que recorre los pasillos no encuentra a ninguna servidumbre ni guardia real. Todo estaba absolutamente callado.

Y quizás sea su intuición, pero luego de ver a lo lejos el centro ecuestre relativamente vacío, no se jacta a la idea que Jungkook este allá, por lo que no le queda de otra que ir a uno de los tantos lugares favoritos de su padre omega: el salón de esgrima.

Vaya, la idea era innegable, pues apenas abre la puerta de dicho salón el cúmulo de gente haciendo barra fue lo primero que lo golpeó, sobre todo cuando aquella gente eran nada más que la misma servidumbre y la guardia real, quiénes con gritos y alabos animaban a dos personas en pleno partido amistoso.

Y oh, Taehyung quedó paralizado ante todo, porque nunca antes había visto a la servidumbre y a la guardia real tan animados. Sobre todo por aquellas dos personas dentro del perímetro vestidos con sus uniformes y máscaras, y mantenían la posición de ataque con sus floretes apuntándose entre ellos.

—Al fin llegas, hijo.

Taehyung gira su torso a la dirección del proveniente. Namjoon se acerca despacio con las manos en su espalda y con una bonita sonrisa en sus labios, dejando a la vista sus adorables hoyuelos.

—¿Qué es todo esto?— el menor dice curioso, refiriéndose al contexto tan ameno, Namjoon toma lugar a su lado y lleva una mano a su espalda dándole unas palmaditas.

—Hace unas horas, Jungkook fue al comedor a desayunar con nosotros. Estaba muy animado, energético en otras palabras. Realmente me quedé sorprendido.

—¿Energético?— pregunta con una ceja alzada—. ¿Cómo puede estar energético? Ayer parecía un muerto. Tuvo un sangrado nasal, se desmayó, y vomitó. Es extraño.

—¿Qué? ¿Cómo es posible?— Namjoon pregunta confundido—. Bueno... Jin al verlo se contagió de su emoción, y le ofreció un duelo en esgrima. Me sorprende mucho como JK se desenvuelve. Para ser su cuarta vez compitiendo es demasiado bueno.

—Es Jeon Jungkook, es el hombre más habilidoso del mundo y super dotado. Y el mejor omega.

—Jin también es el mejor omega, Tae.

DEBITUS UT OMEGA | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora