CAPÍTULO LXXX

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—Pensé que ibas a estar con Taehyung, ¿Por qué estás aquí?

Jungkook despega la mirada de su libro para centrarse en Hoseok, percatándose que el beta carga tres espadas en sus brazos.

—No quiero estar con él, Hobi Hyung.

—Huh... ¿Aún sigues molesto con él?— Hoseok pregunta, más no recibe respuesta al ver al omega regresar a su lectura—. Oh vamos, Jungkook-ah. Ese imbécil estuvo dos semanas en esa biblioteca y no ha dormido nada. ¿No crees que ya merece tu perdón?

—Yo...- yo no dije que no le he perdonado.

—¿Eso es un sí?

—Mh

El beta suspira en un jadeo y toma asiento al lado del menor frente a la pileta, dejando dos de las tres espadas a un lado para tener una sobre su regazo.

—¿Sabes? Un día entré a ver cómo estaba, a pedido del Rey Namjoon. ¿Y adivina qué? Lo encontré durmiendo en el piso con miles de libros a su alrededor, pero con un detallito en particular; tenía  su mano aferrada a la imagen del último ultrasonido del bebé. Él no ha dejado de pensar en tí y en Pudín todo este tiempo, Kook— pero Hoseok no ve ningún cambio en la actitud del menor, por lo que gira poquito el cuerpo hacia él—. ¿Qué sucede, Kook? Desde que Taehyung salió de la biblioteca tus gestos decayeron. Parece como si aún estuvieses enojado.

—Ya lo perdoné, hyung. Es... es por otra cosa— la voz del omega sale en un susurro, aún con su mirada fija en el libro.

Hoseok inclina ligeramente la cabeza con una sonrisa amable en sus labios, mostrando sus particulares hoyuelos.

—Kook-ah, puedes contarme lo que quieras. Sé que no hemos estado hablando mucho, pero ahora que debo pulir estas hermosas bebés— dice señalando las espadas— Tengo todo el tiempo del mundo. Aparte que el estúpido de Taehyung sigue dormido. Así que no hay ningún problema.

¿Será buena idea contarle?

Jungkook conoce como es Hoseok, y tal vez sea capaz de comentarle a Taehyung aquello que lo ha estado aquejando desde que entró al sexto mes. Y no, no es nada malo, simplemente es fastidioso y le causa una mucha incomodidad sin ni siquiera hacer el mínimo movimiento.

¿Lo peor? Es que aquella incomodidad aumentó cuando el exquisto olor a menta fresca de Taehyung se impregnó en él al momento que el alfa lo abrazó, por lo que Jungkook tuvo que alejarse y correr al baño.

—¿Me protemes que no te reirás?

—Claro que no. Confía en mí.

Jungkook deja el libro sobre su regazo, apretando las manos al borde del mismo un poco ansioso para girar el torso hacia el mayor y mirarlo con timidez ante lo siguiente...

—Tuve una erección

Y de lo contrario de lo que pensó, Hoseok no mostró ni un indicio de burlarse o verlo raro, ya que los gestos completamente neutrales del beta reflejaron la plena confianza y agradecimiento de haberle confiado aquello. Y tras ello, Hoseok sonríe gentilmente para posar una mano en la cabeza del omega y revolotearle el cabello.

—Es completamente normal, Kook. Tu cuerpo solo reaccionó ante la presencia de tu alfa y por las hormonas del embarazo. No debes porqué avergonzarte.

Jungkook suelta un suspiro de alivio. Los nervios de la vergüenza desvaneciéndose por completo al ver que aquella reacción es normal en el embarazo y no un producto de su mente ante la falta de sexo. Y, aunque quisiera tener alguna actividad de la misma, por recomendación de Donghae fue preferible sesar cualquier acto sexual hasta el final del embarazo, y un mes y medio después de la cesárea.

DEBITUS UT OMEGA | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora