CAPITULO X

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—Jungkook-ah, ¿has visto donde dejé mi portafolio?

—En la lavanderia.

—En la lavan- ¿Qué hace ahí?

El pelinegro corre de un lado a otro abrochándose los botones de sus mangas. Tenia una reunion a las ocho con una empresa de moda, y debía estar listo treinta minutos antes.

Jungkook observa desde la cocina como el alfa ajetrea su paso por el departamento, verificando que su persona y documentos estuviesen en orden.

—No entiendo porqué Hoseok separó la reunion a esta hora— queja el alfa en murmuros—. Carajo.

—Hyung, ven a desayunar— llama el omega, dejando un vaso con jugo de naranja y dos sandwiches sobre la mesa del comedor—. ¿Hyung?

Se asoma a la entrada de esta cual colinda con la sala, Taehyung estaba inclinado sobre la mesita del centro firmando unos papeles.

Va hacia él, estuvo a punto de llamar su atencion cuando este recoge rápidamente las hojas y los guarda, dejando al omega algo confundido.

—Kook, mete en un ziploc el desayuno, y la bebida en un tomatodo, por favor. Discúlpame, no tengo tiempo para comerlo.

El castaño asiente, y rapidamente guarda la dicha comida, regresando donde el alfa y entregarle. Este lo toma mostrándole una sonrisa.

De inmediato da la vuelta, va hacia la entrada y agarra los zapatos del estante dejándolos en el suelo. Es inevitable sentir la presencia del menor a su lado y gira topándose con la mirada ajena, sin dudar que hay extrañeza en aquellos ojos.

—Puedes salir hoy, Kook. Recuerda que es tu dia libre— sugiere colocándose los zapatos—. De seguro Jimin-shii te extraña.

—Mh... esta bien. Lo... pensaré.

Le devuelve la misma sonrisa.

Finalmente el alfa se despide con una reverencia y cierra la puerta tras él.

Ha pasado una semana y media desde que empezó a trabajar como empleado doméstico del "hijo de un Ceo millonario".

Le sorprende que el pelinegro parece una persona ordenada, responsable, y puntual, cuando en realidad es todo lo contrario. 

Taehyung suele regresar tarde, y por el cansancio algunas veces no llega hasta su habitación. Terminaba durmiendo en el sofá, tirando los cojines y dejando regado su abrigo, chaqueta o pulover que suele vestir. 

Y es más decir que era el menor quien terminaba recogiendo sus cosas. 

Tambien tiene una pizca de irresponsabilidad al tener que firmar, tener listos informes y otros documentos, dejándolo todo a la ultima hora y en el momento menos indicado.

Y no hace falta de hablar de la impuntualidad.

Podía decirle que mejorara en aquellos ámbitos, pero... no es nadie para reprochar las actitudes ajenas.

Él es solo el empleado.

—Tal vez tenga razón— dice asÍ mismo en plena soledad.

Se adentra, alejándose unos cuantos pasos de la entrada, y se agacha al ver a Yeontan mirarlo con su cabezita hacia un lado y su lengua rosada fuera. Acaricia la cabeza del can, sonriendo al ver que este disfruta el gesto.

—Debería ver a Jimin. 

Se pone de pie y va directo a su habitación, el perrito tras él siguiéndolo.

Entra al gran closet y camina hacia las perchas, buscando alguna camiseta. 

Todas manga larga.

DEBITUS UT OMEGA | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora