CAPÍTULO VII

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Taehyung abrió la puerta del local dejando pasar primero al omega.

Antes de salir del orfanato, Hoseok llamó un taxi, para evitar exponer la limusina real.

—No sabía que te gustaba la comida rápida— dijo el menor observando el establecimiento.

—No soy fan, pero las hamburguesas son la excepción. Especialmente las de aquí—se sentaron en una mesa al lado de una ventana donde había unas lindas rosas rojas en unas masetas con lazos morados. Apartó una silla y pidió al omega sentarse— ¿Te gustan las hamburguesas?

—Algo. Mh... Una vez en la secundaria compré para invitar a unos chicos. Pero... Me rechazaron. Hasta compré bebidas.

Se sentó frente a él sin apartar la mirada

¿Cómo pudieron rechazar esa invitación? Deben estar locos para negar a este adorable chico. Solo quería ser gentil.

—Son unos estúpidos por rechazarte. ¿Quién no quisiera ser tu amigo?

—Muchas personas repudian de mí por ser un omega recesivo. Jimin se encargó de darles una paliza.

— ¿Jimin es un pariente tuyo?

—Oh no. Jimin es mi mejor amigo— explicó, Taehyung escuchaba atento— Lo conocí gracias a la psicóloga de mi escuela de primaria. Jimin-shii peleaba mucho con los dominantes, lo fastidiaban por ser recesivo pero nunca se dejó. En cambio yo... no sabía defenderme. Entonces, un día me enviaron a psicología y lo encontré afuera esperando su turno.

— ¿Cuántos años tenías?

—Ocho. Él diez. Ahora tiene 23.

—Oh. Tiene mi edad —el omega asintió— Es fascinante como una amistad perdura por años. Esas son las más puras y sinceras.

Jungkook asintió.

—Jimin... es diferente — relamió sus labios— Yo fui denigrado por ser recesivo, pero... Jimin disfruta ser así. Esta locamente atraído por los alfas..., afortunadamente todos con los que salió lo trataron bien y... fueron muy amables con él— agachó la cabeza—. Realmente... tiene suerte.

—Tú también tienes suerte— contestó el pelinegro tomando una rosa de las masetas— De haber decidido no suicidarte, seguir vivo para luchar y mostrar tu valentía, y especialmente...— extendió la flor. Jungkook miró confundido— Haber brindado tu confianza a este alfa.

El omega sonrió, dejando a la vista sus adorables incisivos. Tomó la rosa y apartó su vista, avergonzado.

Tenía razón. Fue valiente al brindar su confianza, y sobre todo, dejarse ayudar por un alfa. Es impresionante como una sola persona puede abrirte a cosas nuevas.

Un mesero se acercó. El menor se tensó al sentir la presencia. Era un alfa. Taehyung se percató de su actitud, temblando y agachando la cabeza en señal de sumisión.

Fulminó con la mirada al chico cuando percibió como este desprendía feromonas, disfrutando la reacción sumisa del omega.

—Deje de esparcir feromonas o haré que lo despidan— pidió— Molesta.

El mesero estaba a punto de replicar cuando el alfa retó esparciendo sus propias feromonas. Este captó la referencia y se retiró al darse cuenta de la clase del pelinegro. Una mesera beta lo reemplazó.

—Jungkook ¿Qué vas a pe- —cortó al verlo sostener su cabeza, temblando. Taehyung se alarmó— ¿Kook estás bien?

Negó apenas.

—Dos hamburguesas y dos bebidas para llevar, por favor.

La mesera asintió y se retiró. Taehyung se acercó arrodillándose frente al omega. Respiraba agitado y con la mirada perdida, temblando sin apartar sus manos de la cabeza.

DEBITUS UT OMEGA | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora