CAPÍTULO LXX-VII

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El silencio reinó dentro de la limusina real.

Fueron treinta incómodos minutos en los que Jeon Jungkook y Park Jimin no intercambiaron ni una sola palabra. Y es que ¿qué se pueden decir? Están demasiados ansiosos y a punto de entrar en un ataque de nervios.

Aunque Jungkook se ve más calmado de lo que parece.

Jimin recorre el cuerpo del menor. No viendo nada que dé indicios de temor o nervios. Cosa que le causa una extraña sensación al pensar que luego de tanta atrocidad cometida por Youngjae, no muestre ni una sola pizca de miedo.

—¿No te sientes raro?— le pregunta sin poder retener las ansias. Jungkook quita la mirada de la ventanilla para fijarla en Jimin.

—No, ¿Por qué lo preguntas?— responde simplemente, con ambos manos sobre su regazo, aprisionando la carpeta hasta que sus nudillos se tornan un poco pálidos.

—Has estado muy callado en todo el camino. Y tú no eres así.

—¿No serás tú el que estuvo muy callado?

—¿Yo?— Jimin se señala con ambas cejas alzadas, acomodándose hasta quedar su torso hacia el otro.

Jungkook asiente.

—Sueles ser charlatán, y esta vez no dijiste nada. Excepto para gritarle a un guardia alfa que se te acercó para olerte.

Jimin jadea en un suspiro, dejando la cabeza caer hacia un costado para enderezarse enseguida y morder su labio inferior, sus ojos recayendo otra vez en Jungkook, quien mira hacia su vientre, con una mano acariciándose con dulzura sobre el enorme sweater crema que se volvió uno de sus favoritos, mientras la otra seguía aferrada a la carpeta.

—¿Leíste ese documento?— pregunta y Jungkook niega con la cabeza—. ¿No te da curiosidad?

—¿Por qué debería leerlo?

El mayor rueda los ojos. ¿La pregunta no es obvia?

—Oye, si el Rey Seokjin te confió eso, significa que puedes leerlo.

—Me lo confió porque sabe que no lo voy a leer— Jungkook le refuta, ceñudo.

—Ay, por favor. Solo léelo, también quiero saber.

Okey, no es que Jungkook no quiera leerlo, sino que él sabe perfectamente que no debe hacerlo. Si Seokjin le confió algo es porque tiene la seguridad que cumplirá, y sobre todo, porque el tiempo que han pasado juntos ha podido ver en Jungkook una persona plenamente confiable.

Vuelve a mirar la carpeta, con las manos picándole a mil por querer leerlo.

¿Estará mal? Pues... no hay nada de malo dar una ojeada ¿No?

Pasa a abrir la dicha, Jimin no siendo la excepción al inclinarse hacia él y dar una rápida ojeada. Más un rostro arrugado es lo que aparece en cuestión de segundos en el mayor al no entender nada.

Absolutamente nada.

—Está en latín— Jimin suelta en una queja, cruzando los brazos sobre su pecho y retornando a su antigua posición, su espalda contra el respaldar y reacio—. No entiendo ni una mierda. No es justo— vuelve a quejar—. Y yo que tanto quería saber.

Más su habladuría se ve interrumpida al retornar la atención en el menor al verlo en silencio, sus ojos fijos en el papel y con los labios ligeramente abiertos.

Pero que-

—Deja eso. Ni tú ni yo entende-

—Es la abdicación de Youngjae.

DEBITUS UT OMEGA | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora