CAPÍTULO X-VI

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Jungkook se hayaba en el supermercado llenando un carrito con productos. Aquella mañana al despertar e ir a la cocina, recordó que era día de compras, pues el refrigerador y los reposteros estaban vacíos, aparte que hacían falta productos de limpieza y aseo personal. Taehyung regresaría pronto y no puede presenciar el descuido del omega, su trabajo es ser el empleado doméstico, por lo tanto debía mantenerse al tanto de todo.

—No dejaba de mirarme, era tan lindo. Y su sonrisa era tan sexy, te juro que quería que me sometiera.

—Jimin baja la voz, te pueden oir— pide en un susurro a su mayor, este baja la voz un poco avergonzado—. Ser sometido no es agradable. Es como una violación.

—No siempre y cuando tú des tu consentimiento— mira el producto que es dejado en el carrito— ¿Qué mierda es esto?— toma aquel, alza una ceja sin despegar la mirada—. ¿Cereales de ositos?

Jungkook le arrebata la caja y lo vuelve a dejar en el carrito, frunciendo el cejo por la intromisión del otro.

—Es para Taehyung, a él le gusta.

—Aw, qué lindo— sonríe tierno, el menor lo mira confundido—. Un alfa que le gusta cereales de ositos de chocolate, es tan adorable. No es como esos alfas que dice "Soy un alfa, como chuletas asadas y golpeo paredes"

Ambos carcajean y es que la mención del pelirrubio es realista. La sociedad piensa que ser alfa es ser una persona fuerte, dominante y ruda, pero eso es sólo un estereotipo que está en extinción.

Terminan de meter los productos de una sección y caminan hacia otra, Jimin empuja el carrito mientras Jungkook va adelante jalando este. Llegan al pasillo viendo en el techo el gran letrero que dice "MASCOTAS". El pelirrubio para unos segundos preguntándose porqué están ahí.

Jungkook gira al verlo estático, extrañado por aquella actitud, se acerca y palmea su frente logrando sacarlo de su mundo.

—¿Por qué estamos aquí?— pregunta, ladea la cabeza con una ceja alzada.

—Mh... ¿Si te conté que Taehyung tiene un perrito llamado Yeontan?

El mayor asiente.

—Pues, Tannie tiene problemas cardíacos y el veterinario le ha recetado comida especial ya que algunas marcas contienen cosas que le hacen alterar su pulso— explica—. No puedo comprar cualquier cosa, sería perjudicial para su salud. Y lo malo es que esa comida solo se encuentra aquí.

—Vaya, hasta el perro es previlegiado.

—Seria cincuenta-cincuenta por decirlo así.

Vuelven a su paso adentrándose a la sección. Avanzan hasta la zona de alimentos, Jimin abre la boca al ver la variedad de comida, bolsas de diferentes marcas, precios, cantidades, tipos de animales y de edades, no tiene idea de lo que el castaño eligirá.

Este alza una enorme bolsa de unos 35kg, y deja de golpe sobre el carrito. El mayor mira boquiabierto al fijarse el precio, era caro. Ve a Jungkook sin quitar el gesto, el menor jadea y dobla su cuello de un lado a otro destensándose por el peso.

—¿Por qué me miras?— pregunta el castaño sobando uno de sus hombros.

No le importaba la habilidad de su mejor amigo, más bien su atención caía en la bolsa.

—¿Esa comida está hecha de oro?

—¿Ah?— ladea la cabeza sin entender.

—El precio. Dios, es carísima— señala la etiqueta—. Podría comprarme siete cajas de dumplins.

Rueda los ojos dejando de lado la idea de su amigo, Taehyung le da las órdenes y el dinero, él solo cumple porque es su trabajo, no es nadie para juzgarlo.

DEBITUS UT OMEGA | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora