Sammy Wilk {Hot}

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Sam y tú estabais solos en casa, afuera estaba lloviendo y os encontrabais en vuestra habitación.

A pesar de que llovía, no hacía frío, de hecho era de estas lluvias cálidas, así que tenías puesto unos pantalones cortos, y una camiseta ancha mientras que Sammy sólo llevaba unos pantalones cortos que parecían más un bañador.

Llevabais siendo novios desde hace nueve increíbles meses. Estabas sentada en su regazo, pecho contra pecho, escuchando las gotas de lluvia cayendo contra el suelo o la ventana.

-¿Ana? -Rompió el silencio acariciando tu espalda.

-Mhm. -Te encontrabas cansada de no hacer nada.

-Me aburro. -Dijo.

-Nada de tonterías. -Le miraste.

-Que no, pero en serio que me aburro. -Sonrió pervertido.

Ya sabías qué quería.

-No y no, Sam. -Te levantaste.

Rápidamente volvió a atraparte entre sus brazos para tirarte sobre la cama y quedarse encima de ti.

-¿Por qué? -Susurró mientras movía sus caderas sobre las tuyas con suavidad haciendo que jadearas delicada.

-No estoy de humor. -Intentaste quitarlo de encima tuya.

Evidentemente no conseguiste nada, ya que él era muchísimo más fuerte.

-Bueno, pero daddy si lo está. -Gimió y besó tu cuello con furia.

-Bueno, pues daddy  no debería de estarlo.  -Gemiste otra vez no muy alto cuando entró uno de tus puntos débiles y empezó a morder y besar.

-Sammy... -Gemiste.

-No me llames así. -Sus labios cayeron en los tuyos.

Sammy empujó tu cuello con su mano para profundizar el beso. Ambos gemisteis en el beso. Se separó de ti, y volvió a sonreír.

-Llámame daddy. -Susurró en tu oreja, provocando un escalofrío en ti.

Empezó a desnudarse, y lo mismo hiciste tú. Y cuando estabas a punto de quitarte el sujetador las manos de Sam lo impidieron.

-Deja que daddy  te ayude. -Empezaste a reírte con tanto daddy.

Sus manos viajaron a tu espalda y desabrocharon el cierre del sujetador, besando tus hombros con suavidad. Cuando retiró la prenda de tu cuerpo, no pudiste contenerte más, y le empujaste sobre la cama para empezar a besarle con pasión.

-Ana, te necesito... -Gruñó entre besos.

Volvió a colocarse encima de ti, y besó bajando por tu cuerpo. Cuando estuvo cerca de tu área, retiró tu ropa interior con sus dientes y finalmente estabas completamente desnuda.

-¿Qué quieres que te haga daddy? -Susurró desesperando. Sonreía.

-Dejemos que daddy haga el trabajo, soy tuya, ¿no? -Dijiste para en seguida sentir los dedos de Sam deslizándose dentro de ti.

Dejaste salir de tu garganta un gran gemido.

-¿Quién te hace estar así de mojada? -Movía su mano cada vez más rápido.

-Por favor. -Suplicaste.

-¿Quién te moja, Ana? -Volvió a preguntar.

-Daddy. -Dejaste escapar el nombre junto a otro gemido.

-¿Y qué te hace daddy?

-Daddy hace que me moje entera. -Más gemidos.

Después de aquella frase y unos segundos después, llegaste al orgasmo, desatando el nudo que se había formado en tu estómago.

Te habías quedado sin aliento, pero sabías que no habías terminado todavía.

Se sacó sus boxers y su erección frotaba contra tu feminidad haciendo que temblaras.

-¿Lista? -Te miró a los ojos.

Te miró preocupado, ya que era la tercera o cuarta vez que lo hacíais.

-Sí, sí. -Dijiste.

Pronto se adentró. Dios, era enorme a tu parecer. Comenzó a moverse y ambos gemistéis cuando el contacto hizo efecto.

-Estoy cerca, Sammy. -Profundizó las embestidas.

-Aguanta un poco, Ana, por favor. -Intentaste cumplir su petición. -A la de tres.

Él hizo la cuenta atrás y en seguida llegasteis ambos al climax sin problema alguno.

[...]

-Gracias. -Dijo Sam acariciando tu espalda estando acurrucados.

-¿Por qué?  -Miraste a sus bonitos ojos.

-Por ser una personita tan genial, Ana, no tienes ni idea de cuánto te quiero. -Le diste un pequeño pico.

-Yo también te quiero, Sammy. -Sonreíste.

(Para: @AniMarel16)

P: Si pudieras ofrecerle a un niño un consejo, ¿cuál sería?
R: Que se quiera y sea seguro de sí mismo, que confiando y queriendote, eres capaz de cualquier cosa.

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