Habías tenido un día bastante malo, por lo que ahora mismo, sólo deseabas llegar a casa para comer algo y meterte en la cama. Abriste la puerta de tu apartamento, después de dos largos intentos ya que se te caían las llaves. Revisaste todo lo que tenías encima; tu móvil el cual se había roto, la chaqueta manchada del café de esa mañana, y un trabajo de sesenta folios desordenado porque se te había caído. Al cerrar la puerta detrás de ti, te quitaste la chaqueta y los zapatos. Suspiraste al ver una única luz encendida proviniente de la cocina.
-¿Shawn? -Preguntaste, caminando hacia la cocina.
-¡Estoy aquí, bebé! -Suspiraste de alivio, entrando en la cocina antes de jadear de sorpresa.
-Shawn, ¿qué es esto? -Preguntaste al ver una cocina patas arriba aunque la mesa muy bien puesta.
-Nada, pensé que te lo merecías y me he puesto a ello. -Colocó los platos de comida.
-Te amo. -Dijo, depositando un leve beso en tu mejilla antes de sacar una silla para ti.
-Yo también te quiero. -Ayudó a sentarte y luego se acomodó él, para empezar una fantástica y deliciosa comida.
-Esto es maravilloso, Shawn. Muchísimas gracias.
-Ningún problema, preciosa. Te mereces lo mejor, ¿qué tal tu día?
Dejaste escapar un pesado suspiro, porque no querías estropear una cena tan maravillosa con un día de perros. Te miró complice, pidiendo todos los detalles con sus ojos, así que le contaste todo.
[...]
-Venga, nena, hay una sorpresa más.
Shawn había lavado todo antes de correr escaleras arriba, increíblemente rápido. Estuvo en el piso de arriba unos diez minutos, mientras esperabas a que te llamara.
Shawn bajó finalmente, agarrando tu mano y conduciendote a vuestra habitación.
-Cierra los ojos. -Te cubriste los ojos con una de tus manos, mientras te volvía a conducir, esta vez hacia el cuarto de baño. Apartó tu mano, y viste aquella última y aún más maravillosa sorpresa.
-¡Shawn! -Empezaste, sin acabar la frase. Tu viste se deleitaba de un baño lleno de pétalos de rosas y varias velas aromáticas encendidas, y uña bañera con agua caliente y burbujeante. -Gracias.
Shawn asintió feliz y satisfecho. Te ayudó a sacarte la ropa, sin otras intenciones, y una vez desnuda, te metió en la bañera.
-Te quiero tanto, tanto. -Susurró en tu oído.
-Yo también te amo. -Respondiste. -Aunque ahora, ¿quieres compartir bañera conmigo?
(Para: @MALUHORAN1324)
ESTÁS LEYENDO
MAGCON Imaginas
RandomEl fin de estos pequeños Imaginas es hacer que durante un pequeño periodo de tiempo, os olvidéis de todo lo demás y sólo penséis en unos de vuestros chicos preferidos y en las variadas situaciones que se podrían dar con ellos. Quizá alguna se haga r...
