Hayes Grier se mudó a tu ciudad haría unos dos años. Desde entonces, eras su mejor amiga, estando tanto en los buenos como en los malos momentos. Os habíais visto crecer mutuamente, y conocíais cada pequeño detalle del otro.
Un día te invitó a ir a su piscina, algo que hacíais constantemente en verano. Te habías puesto tu bikini con estampado de una galaxia lila, mientras que él llevaba un bañador azul y blanco, aunque ambos llevabais todavía las camisetas puestas.
-Hola Ana. -Te saludó con un abrazo. Le sonreíste.
-¡Carrera hasta la piscina! -Gritaste al separarte de él, para salir corriendo.
Era más rápido que tú, y lo sabías. Así que cuando veías que se acercaba intentabas empujarlo, aunque apenas funcionaba. De pronto, notabas cómo levitabas por el aire, y unos brazos te rodeaban la espalda y las piernas.
-¿Ahora qué? -Preguntó Hayes contigo sobrevolando el agua de la piscina.
-Hayes, no por favor, que la camiseta no es mía. -Te excusaste, agarrando su cuello con tus brazos.
-No creo que la dueña de la camiseta se vaya a molestar porque se moje un poco. -Dijo dejando de hacer tanta fuerza en los brazos, haciendo que bajaras notablemente.
-Que me enfado. -Dijiste mirándole a los ojos amenazante. Rió y te dejó en el bordillo.
A traición, cuando parecía que te marchabas, diste media vuelta para empujarle y que cayera al agua.
-Te odio. -Dijo Hayes cuando salió a la superficie.
-No, no lo haces. -Respondiste con lágrimas en los ojos de la risa.
Salió de la piscina, y se quitó la camiseta, al igual que tú. La dejó en el respaldo de la tumbona para que secara, mientras tú doblabas la tuya y la guardabas.
-Dame un abrazo. -Dijo detrás tuya.
-No, que va. Estás mojado. -Te miró pervertidamente, pensando mal. -¡No pienses sucio, Hayes! -Reiste junto a él.
-Ven, anda.
-¡No! -Tarde. Para cuando quisiste escaparte ya estabas de nuevo entre sus brazos, notando como las gotas de agua de su cuerpo ahora se compartían en el tuyo.
Te separaste de él, costosamente, pero lo hiciste. Le ibas a replicar cuando, viste que sus ojos te miraban de otra manera mientras se mordía el labio, te sentiste un poco incómoda. Y la incomodidad fue algo que entre vosotros nunca existió.
Pasaste por él, callada, y te acercaste al bordillo tratando de apartar su mirada de tu cuerpo.
-¿Vienes? -Le sonreíste tiernamente. Saltaste y decidiste quedarte bajo agua unos segundos demás para asustar a Hayes.
-Te salvé. -Dijo una vez que él ya se encontraba dentro de la piscina contigo, cogiendo tu cuerpo.
-Oh. -Pusiste tu mano en la frente dramáticamente. -¡Mi héroe!
Reíste, y más tarde, te diste cuenta de que seguías en sus abrazos. Le miraste a los ojos, aquellos preciosos ojos, y viste algo no común en ellos. Algo que no lograbas descifrar.
Te sorprendiste a ti misma cuando apoyaste una mano en su mejilla mientras que la otra empujaba, en la nuca, su cabeza a la tuya. Vuestros labios conectando suavemente. Seguiste el beso, y Hayes poco a poco metía la lengua dentro de tu boca. Te encantaba cómo se sentía.
-Más... -Suplicaste, sintiéndote segura de ti misma, y de Hayes.
Te sacó del agua, para tumbarte en la tumbona, pero te pusiste tú encima de él, sentándote en su regazo. Movías tu cintura lentamente, mientras tu mano rondaba el elástico de sus calzoncillos. Sus manos agarraban tu culo seductoramente. Nunca habías llegado a este punto. Con nadie.
Así que seguiste adelante. Juntaste tu pecho con el suyo, siguiendo moviendo las caderas y le besaste fugosa.
Hayes gemía suavemente, sus ojos brillando aunque oscuros de lujuria. Te moviste un poco más rápido, mientras tu boca dominaba su cuello.
-Oh, dios mío... -Gemía él, acariciando tu pelo, para acercar tus labios a los suyos. Sonreíste durante el beso cuándo sentiste que la bestia despertaba.
-¡Hayes! Te hemos traído un poco de... -Habló Nash apareciendo por la puerta, quedándose estático. Paraste inmediatamente, sonrojandote en seguida. Tus mejillaa ardían.
Te sentaste tras Hayes, avergonzada.
-¡Cállate Nash! ¡Vete! -Hayes agarró tu mano, incorporándose.
-Entonces, ¿tenéis algo ahí raro, cierto? -Dijo Carter detrás de Nash.
-Lo estaban teniendo. -Rió Taylor desde la ventana de la cocina que daba al patio.
-¿Tiene una buena boca, Hayes? -Rió Matt apartando a Taylor.
Viste al resto de los chicos detrás de Nash y no pudiste evitar enfadarte en parte, aunque seguías muy avergonzada.
-¿Cuánto tiempo habéis estado ahí? -Atreviste a preguntar.
-Lo suficiente para ver todo. -Rió ahora Nash.
-Bien, nos iremos ahora. -Anunciaste cogiendo tus cosas, pasando através de los nueve chicos que os miraban. Hayes iba detrás.
-¿Arriba a terminarlo, no? -Preguntó Cameron sonriendo.
Sonreíste a Hayes una vez fuera del alcance de la vista de los demás, agarrando su mano para, efectivamente, subir las escaleras.
(Para: @AnaGrier20)
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MAGCON Imaginas
RandomEl fin de estos pequeños Imaginas es hacer que durante un pequeño periodo de tiempo, os olvidéis de todo lo demás y sólo penséis en unos de vuestros chicos preferidos y en las variadas situaciones que se podrían dar con ellos. Quizá alguna se haga r...