Hayes Grier {Mix}

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Hayes y tú estabais en tu casa. Te estabas duchando para empezar un nuevo día y Hayes probablemente estaría tirado en la cama metido en alguna red social o algo parecido. Te enjabonabas la cabeza y entonces comprobaste que no había ninguna pastilla de jabón para el cuerpo.

-Hayes, ¿me puedes traer un jabón? -Gritaste lo suficientemente alto como para que te escuchara.

Te respondió que iría a por él y te quedaste esperando en la bañera mientras el agua caliente caía sobre tu espalda. Sentiste como dos brazos rodeaban tu cintura y una cabeza de apoyaba en tu hombro. Te sobresaltaste al no esperarte aquello, y te giraste separándote un poquito. Le miraste a los ojos y unos segundos callados pasaron hasta que él sonrió extendiendo la barra de jabón.

Comenzaste a lavar tu cuerpo tratando de ignorar que él seguía allí,  mientras seguía a lo suyo al otro lado de la cortina. Terminaste con tu cuerpo y levantaste tu pierna para depilarla, y al acabar las dos manos de Hayes volvieron a tu cintura. Le encaraste totalmente, y comprobaste que estaba desnudo y dentro de la bañera contigo. Te comenzó a besar contra la pared con ímpetu.

Su lengua acariciaba tus labios pidiendo permiso para entrar en tu boca, pero lo rechazaste sólo por vacilar. Lo intentó una vez más y volviste a negar, a lo que Hayes colocó sus manos en tus nalgas y las agarró para masajearlas haciendo que gimieras y con ello aprovechó para meter la lengua en tu boca finalmente.

Rompió el beso para decirte que saltaras con una rasposa voz. Te calentaste aún más y hiciste caso a sus órdenes. Pudiste sentir su erección tocando parte de tu feminidad y del muslo interior, haciendo que te mojaras algo más de lo que ya estabas. Preguntó si estabas lista, casi desesperado por ello. Asentiste y instantáneamente sentiste su miembro entrar en ti con fuerza y todo lo que pudiste hacer fue gritar su nombre. Gracias a tus padres por trabajar desde por la mañana y tus hermanos por salir a hacer lo que fuera.

Con cada embestida iba más hondo y hondo, alcanzando tu punto más sensible. Apenas podías decir palabra, y entre ellas era avisando de que pronto llegarías al climax. Hayes besaba, mordía y chupaba aquí y allí la piel de tu cuello, marcando yu cuerpo como suyo. Finalmente te corriste en su miembro y por aquello instantáneamente él hizo lo mismo dentro de ti.

Embistió un par de veces más, acompañando las contracciones de tu orgasmo. Te bajó de sus brazos y cogió toallas para envolver vuestros cuerpos. Se quedó mirándote y te sentiste algo incómoda pudiendo solamente reír ante aquello y preguntar si pasaba algo.

-No pasa nada, es sólo que eres preciosa y soy un afortunado al tenerte. Estoy enamorado de ti hasta las trancas, bae. De verdad. Y quizá ni sientas lo mismo, pero sólo quería decírtelo.

Caminó hasta ti, con tu torso desnudo, y abrazó tu cuerpo por encima de la toalla que te cubría para quedarse mirando tus ojos.

-Yo también estoy enamorada de ti, Hayes. -Querías llorar, pero calmaste tu llanto con un beso más.

(Para: @MALUHORAN1324)

P: ¿Mayor sueño?
R: El mío probablemente sea recorrer el mundo.

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