-¿POR QUÉ NO ERES CAPAZ DE VER QUE NO TE QUIERO? DÉJAME EN PAZ, ZORRA. VETE CON EL TAL TAYLOR DE UNA VEZ. -Te gritó tu, ahora, ex novio. Habíais comenzado a discutir porque habías descubierto que él te estaba siendo infiel. Las lágrimas bajaban por tu roja y caliente cara.
-¡PUES ME VOY! ÉL ME TRATARÁ MUCHO MEJOR QUE TÚ.
Justo después de decir aquellas palabras, l chico te golpeó en el ojo, estampando su puño, a lo que pronto dejaría marca. Rápidamente huiste de aquella casa, entrando en tu coche llorando para conducir hasta la casa de Taylor. Tocaste a la puerta, y él en seguida abrió, sin dar tiempo a ver quién era puesto que corriste a sus brazos para llorar más.
-Dios mío, Elena, ¿estás bien? -Dijo Taylor balbuceando mientras cogía tu cara con delicadeza tratando de no hacerte más daño.
-No, no estoy bien. Chris y yo hemos discutido y me ha pegado. Me ha dicho de todo y realmente me siento como la mierda. -Susurraste volviendo a llorar.
-Joder Elena, no te lo mereces. Es un puto desgraciado, y ten por seguro que lo voy a dejar sin vida. -Subió el tono de su voz, enfadándose.
Te subió a su habitación, mientras bajó de nuevo a la cocina a por algo para aliviar tu dolor. Te sentaste en su cama, recibiendo un mensaje en tu teléfono. Era de aquél capullo.
-Mira cielo, lo siento. Estaba desatado, no era responsable de mis actos. Perdóname.
-¿Qué es eso? -Preguntó Taylor entrando en la habitación.
-Chris. -Respondiste.
-Dile que le den por el culo con un cactus. -Dijo. -Elena, ¿sabes que yo podría tratarte mejor, verdad?
-¿De verdad? Demuéstralo. -Respondiste.
Sus labios hicieron contacto con los tuyos, comenzando por un ritmo lento hasta que vuestras lenguas hicieron contacto para así aumentar la velocidad del beso. Parabais de vez en cuando para recuperar aire, pero en seguida volvíais al lío.
Te tumbó en la cama, colocándose encima de ti, para enseguida quitarte la camiseta. Sus manos viajaban por tu torso, así como sus labios que bajaron en línea recta desde tus labios, por el valle de tus senos, recorriendo tu estómago y terminando en tu vientre. Buscó el cierre de tu sujetador, el cuál desató con experiencia y comenzó a besar tus pechos a la par que los masajeaba. Te retorcías bajo sus manos, olvidando cualquier problema y enfocándote en el placer.
Ahora, se apartó para quitarte aquella falda junto a tus bragas. Volvió a bajar los besos, hasta terminar en tu monte de Venus. Desde allí, volvió a tu boca, para meter dentro de ti dos de sus dedos mientras te masturbaba el clitoris con un tercero. No entendías como se las había apañado, pero te encantaba.
-Oh Elena, eres tan perfecta. -Susurraba sobre tu boca. -¿Quién te hace estar tan mojada?
-Tú, Taylor, tú. -Respondiste entre gemidos.
Mordió tu labio inferior y tiró levemente de él con sus dientes. Taylor sabía que tu orgasmo estaba cerca, así que decidió retirar únicamente sus pantalones cortos y sus boxers, puesto que iba así por casa. Así que, dejó en exposición su enorme miembro, el cuál creías que te partiría por la mitad aunque te daba morbo la idea. Sus dos dedos volvieron a su lugar original, haciendo que gimieras ruidosamente.
-¡Sigue! -Suplicabas.
Taylor quiso asegurarse de que volvías a estar cerca, así que en cuánto le avisaste mientras gemías, volvió a retirar sus dedos. Te frustaste al ver que iría directo al grano y querías que él sufriera también en parte, así que le empujaste haciendo que cayera de espaldas en la cama. Una vez expuesto para ti sola, cogiste su miembro para meterlo en tu boca y chuparlo con fuerza. Pasado unos minutos de gemidos de parte de Taylor estando debajo de ti, él avisó su orgasmo cercano, aún así fue él quién volvió a tumbarte para enfrentar su pene contra tu entrada.
-Quizá duela un poco, dime si quieres que pare. -Susurró en tu oído para besar bajo tu oreja.
Comenzó a deslizarse despacio dentro de ti, con un agudo dolor pero llevadero dejándose por el camino, aunque te gustaba la mezcla de sensaciones. Un par de lágrimas se escaparon de tus ojos.
-¿Estás bien? ¿Quieres que pare?
-No, no. Sigue, por favor. -Pediste.
Te estaba encantando, y lo demostrabas por los gemidos mientras Taylor empezaba a moverse. Tras unos momentos, ambos os quejasteis de la cercanía del climax, esperando el uno por el otro hasta que explotastéis al unísono.
-¿Ves? Te puedo tratar mejor que él. ¿Quieres ser mía? -Preguntó recuperando aliento mientras acariciaba tu cara.
-Ha sido increíble, así que por supuesto aceptaré. Te quiero -Sonreíste.
-Yo también te quiero. -Dijo Taylor para finalmente acurrucaros bajo las mantas y caer en un profundo sueño.
(Para: Elisweet07)
ESTÁS LEYENDO
MAGCON Imaginas
RandomEl fin de estos pequeños Imaginas es hacer que durante un pequeño periodo de tiempo, os olvidéis de todo lo demás y sólo penséis en unos de vuestros chicos preferidos y en las variadas situaciones que se podrían dar con ellos. Quizá alguna se haga r...