Carter Reynolds {Hot}

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Esperabas a tu mejor amigo desde el jardín de infancia, Carter Reynolds, para que llegara de una vez a tu casa. Preparabas un par de cosas ya que ibáis a hacer maratón de películas. Trajiste las palomitas de maíz y las películas, subiendo a tu habitación. Dejaste las cosas para vestirte algo que fuera bastante cómodo. Recogiste tu pelo en un desordenado moño. Habías llegado a casa después de tus clases de baile y te encontrabas exausta. Así que mientras esperabas a que viniera, echaste una cabezadita.

[...]

-¿Marie? ¿Hola? -Te despertaste, escuchando la voz de Carter romper el silencio de la casa.

-¡Al fin que llegas! Aquí arriba. -Te sentaste en la cama, escuchando los pasos de tu amigo subiendo las escaleras.

-Hola princesa. -Dijo.

No estabáis saliendo, aunque te conocía desde escasos años de vida, y era normal que te llamara por apelativos y se acurrucara junto a ti, como lo hacía ahora acomodándose a tu lado. Te levantaste para poner la película, y pronto apareció en pantalla Frozen. Colocaste tu cabeza en el pecho de Carter una vez te volviste a tumbar y su brazo te atrapó.

Veíais cómo cantaba y bailaba alrededor del castillo Anna, y miraste a Carter. Él te miraba también.

-¿Qué? -Preguntaste sonriendo.

-Eres adorable. -Meneó la cabeza. Tu amigo estaba indudablemente bueno, pero nunca sentiste nada por él.

-Oh, calla Carter. -Respondiste, creyendo que estaba siendo sarcástico.

-De verdad lo digo, Marie. -Dijo, a lo que sonreíste y agradeciste.

Seguías viendo la película. Elsa, enfadada con su hermana, lanzó sin querer un rayo de hielo. Jadeaste, todavía algo cansada, a lo que Carter rió.

-¿Qué? No tiene gracia, Carter. -Rió de nuevo.

-Me encanta tu cara de sorprendida. -Sonreíste y negaste mirando abajo.

Ajustando tu cuerpo en la cama, al moverte hacia arriba, miraste sin querer para atrás y en un movimiento algo extraño, tus labios fueron a parar a los de Carter. Inmediatamente te separaste sin saber qué decir.

-Eso ha sido...

-Increíble, lo sé. -Volvistéis a reír y le pegaste en el brazo.

Carter volvió a besarte, por aquí y por allí pero nunca llegó a nada super sucio, aunque al día siguiente... bueno, seguiremos leyendo.

[...]

Te despertaste con Carter tumbado a tu lado, haciendo algo en su teléfono. Le miraste atenta, preguntándote qué miraba con tanto detenimiento. Entonces recordaste qué pasó ayer por la noche. Parecía que aquellos suaves y calientes labios todavía se posaban sobre los suyos y aquél desconocido sentimiento rondaba en tu estómago. Te miró, a lo que te sonrió.

-Buenos días, princesa.

-Buenos días. -Contestaste y te sentaste en la cama.

Querías intentar provocar a Carter para ver cómo reaccionaba, así que levantaste tu cuerpo y te sentaste en su regazo. Llevabas puesto solamente una ancha camiseta y tu ropa interior. Evidentemente, él ya te había visto múltiples veces en ropa interior, aunque fueron todas antes de aquél beso. Te inclinaste un poco, dejando a su vista tu escote (del cuál estabas muy orgullosa).

-¿Qué haces? -Preguntaste disimulando haciendote la interesada por lo que tendría en el móvil.

-Em, nada. -Respondió, después de tragar saliva nervioso y dejando de mirar a tus senos.

-Pues no parece que no esteas haciendo nada. -Sonreíste.

-Oh, sí, estaba hablando con Cam. -Volvió a la pantalla del dispositivo.

Asentiste, y llevaste una de tus manos "accidentalmente" a su paquete. Él gruñó levemente cuando tu mano hizo contacto indirecto con su miembro. Sonreíste inocente.

-Ops, lo siento.

-No pasa nada. -Sonrió también.

Carter se levantó para dirigirse al baño, y realmente sentiste la necesidad de evacuar aguas menores, a lo que corriste y tocaste a la puerta.

-Carter, date prisa que me meo.

Pasaste, ya que no había echado el pestillo, y viste cómo se masturbaba Carter. Paraste tu cuerpo, paralizada, te lo imaginabas encontrar de muchas maneras menos así. No sabías qué pensar, aunque a este punto, ambos sabiáis que no eras una santa y al fin y al cabo, el juego empezó ayer por la noche.

-Oh, Marie. -Gimió Carter mientras tus manos se encargaban de hacer el trabajo por él.

Sonreíste ante aquello. Finalmente paraste mientras su semen llenaba tus manos. Lavaste tus manos en el lavabo y Carter se limpió a sí mismo rápidamente para volver a colocar sus pantalones. Estabas a punto de salir del baño, cuando te dió la vuelta.

-Que conste que eres la culpable de esto.

-¿De verdad? -Sonreíste.

Carter avanzó hacia ti y junto vuestros labios. Te levantó, por lo que enroscaste tus piernas en su cintura, y os tumbó en la cama. Nunca supiste el por qué, pero uno de sus sueños era hacerlo en el asiento trasero de su coche, a lo que paraste todo y le llevaste hasta su coche.

Una vez tumbados atrás, él rápidamente empujó tus bragas a un lado para empezar a frotar persistente tu centro. Gemías dentro de una atmósfera de placer y arqueaste tu espalda mientras llegabas al clímax.

-Joder, Carter. -Jadeaste agitada.

-Marie, -besó tus labios suave y dulcemente. -¿quieres ser mi novia?

-Por supuesto. -Sonreíste feliz.

Volvió a besarte, aunque esta vez más apasionadamente y digamos, que simplemente hubo una segunda ronda.

(Para: @magconftbeer)

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