Podrías pasar el día entero admirándole de aquella manera, olvidando todos mis problemas. Él era el único que me hacía sentir preciosa tal y cómo era, a pesar de todos los defectos que me veía a mí misma y a pesar de que me odiara física y mentalmente. Él siempre fue el que estaba junto a mí cuando nadie más estuvo, y realmente agradezco a quién fuera que me mandara aquella maravillosa persona a mi vida. Shawn Mendes era mi mejor amigo desde quinto de primaria, hasta que después de muchos tropiezos ayudándome a levantar, me di cuenta de que se merecía ser algo más que un buen amigo en mi vida.
Increíblemente fue Shawn quién decidió dar el cauteloso, temido y peligroso paso aquél verano después de finalizar tercero de secundaria. Era un chico de ensueño, y muchas muchachas perdieron la oportunidad de estar con él (aunque me convirtiera en una especie de mamá celosa cuando ve a su hijo presumir de las croquetas de la madre de su amigo diciendo que son mejores cuando alguna se le acercaba, o él a ellas), así dejándolo detrás, mientras iban a por su amor imposible.
Shawn finalmente me confesó su amor, y yo le confesé el mío. Desde ese día somos novios, y nos va fenomenal. Lo mejor es que al ser mejores amigos, nos entendemos, y eso es lo que más nos ayuda en la relación. Para mi, una relación es cosa dos, no es uno quién decide hacer por ambos, si no que hay que ponerse de acuerdo según la situación. Y eso era lo que siempre hacíamos.
En todos estos años que llevamos juntos, él ha sido como un ángel caído de los cielos que ha sido enviado para ayudarme y guiarme. Él tenía problemas, como todo el mundo evidentemente, pero si podía solucionarlos él sólo, lo hacía. Sin embargo, aunque yo no necesitara ayuda, él se ofrecía como si de su vida dependiera. Shawn era una persona muy tímida, pero cuando estás con él un rato se abre a la gente y la verdad, lo hace adorable. También me encanta de él que no sea un presumido como muchos, él apenas tiene fotos de sus abdominales y bíceps por no decir que no tiene ninguna. Eso sí, cuando se enfadaba, podías correr, que te faltaría mundo para hacerlo. Cuando Shawn Mendes se enfadaba, se acercaba el fin del mundo ya que es muy difícil llegar al límite de su paciencia.
A lo que iba... Más de una vez me ayudó a superarme, por el simple hecho de que cuando llegaba a deprimirme y pensar que no me quedaba nada, él era el pequeño farolillo que alumbraba mi enorme oscuridad. Mi vida no ha sido la mejor, pero tampoco ha sido la peor. He tenido un punto tan depresivo en mi vida, que pensé en el suicidio, aunque claro, no puedo ser egoísta y dejar a tanta gente sufriendo, y menos a Shawn. Así que fue el único de mis amigos en saberlo y ayudarme a superarlo. Los psicólogos y las terapias con tus padres no funcionan cuando sólo piensas en la muerte, y tengo motivos, pero prefiero no volver a recaer y recordarlos.
Y allí me hallaba. Sentada frente a él, admirando cada detalle de su rostro mientras hacía lo que más le gustaba; cantar y tocar la guitarra. Sus ojos se achinaban, creando pequeñas arrugas a los extremos; sus cejas se movían al ritmo de los sentimientos que le provocaba cantar; su boca se movía pero parecía no ser de ahí de dónde procedía aquella semejante voz. Sus grandes manos tocando aquél instrumento que tantos años le acompañó, acariciando las cuerdas. Cantaba "Say Something" de Christina Aguilera, esa canción significaba mucho para ambos. Finalmente, terminó de cantarme.
-¿De qué te ríes? -Dijo colocando de lado la guitarra cuidadosamente mientras observaba mi risueña cara.
-De ti cuando cantas. Haces unas muecas muy graciosas.-Se rió conmigo.
-Oye, tendré que expresar lo que siento con la música de alguna manera. Y si no es por la cara, no se me ocurre cómo mientras canto.-Me encantaban sus ojos. La verdad es que prefería unos ojos marrones, a unos claros, no sé, quizá era porque me transmitían más seguridad y confianza mientras que unos ojos claros eran más liberales y parecían frágiles. Los de Shawn eran algo intermedio, y brindaban calor pero sin llegar a quemar.
-¿Qué hacemos ahora? -pregunté cuando se sentó a mi lado.
-No tengo ni idea, quizá... -me observaba con malicia. Sabía lo que venía.
-Por favor, no. Shawn Peter Raul Mendes, ni se te ocurra que te vomito encima. Que acabamos de comer.
-No pasa nada, si vomitas, se limpia.-Y lo hizo. Comenzó a hacerme cosquillas, y cómo yo era una persona sensible ante tales estímulos, me empezaba a reír sin apenas rozarme.
-Para, por favor.-pedía jadeante.
-¿Qué me das a cambio?-nos encontrábamos tumbados en la cama de su habitación, él básicamente cubriéndome mientras seguía con las cosquillas.
-Lo que quieras, pero por favor, para.- me reía cuál loca, lo que le provocaba risas a él también.
-Está bien. -Finalizó su ataque y aproveché mientras se intentaba sentar en la cama, para apañarmelas y colocarme encima suya con él bajo mí.
-¿Ahora quién manda, eh?-Presumí de fuerzas. Shawn no era un culturista, pero tampoco un flacucho. Estaba en forma, como debía.- ¿Qué se siente estar bajo alguien más débil que tú?
-No sé, supongo que nunca sabremos quién realmente puede pisarnos.- Veía sus ojos luminosos, mientras estaba sentada en su vientre.
-Vaya... qué profundo.-Asumí levantando las cejas, sorprendida.
-Nena, soy compositor y cantante. Tendré que ser profundo.-Nos reímos, mientras apoyaba sus manos en mis caderas.-¿Te apartas o te aparto?
-Dame algo a cambio.-Exigí yo esta vez.
-Yo pedí primero.-Acto seguido, cogió impulso, colocándome una vez más debajo de él. Una vez en esa posición, acercó su cara a la mía lentamente. Enredé mis manos alrededor de su cuello, atrayendo su cuerpo al mío. Nos unimos en un perfecto y armonizado beso, el cuál no quería que terminara igual que todos los que nos ofrecíamos. Sus labios danzaban con los míos y su lengua peleaba pacíficamente con la mía. Una vez alejados por asfixia momentánea, ambos nos admirábamos.
-Te amo, pequeña.-Me dijo, lo cuál hizo que mi piel estremecida enviara pequeños toques eléctricos por todo mi cuerpo.
-Yo también te amo, Shawn. Gracias por aparecer en mi vida.
-Gracias a ti, por haber querido seguir adelante junto a mi. Espero estar mucho tiempo más a tu lado, bebé.
-Lo haremos.-Dicho esto, volvimos a fundirnos en un beso.
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MAGCON Imaginas
SonstigesEl fin de estos pequeños Imaginas es hacer que durante un pequeño periodo de tiempo, os olvidéis de todo lo demás y sólo penséis en unos de vuestros chicos preferidos y en las variadas situaciones que se podrían dar con ellos. Quizá alguna se haga r...