-¡Shh! -Avisaste a Cameron mientras le ayudabas a entrar por tu ventana.
Una vez dentro, cayó encima de la mesa del ordenador llevándose casi todo con su cuerpo al suelo.
-Eres un puto patoso. -Susurraste medio enfadada medio carcajeando. Recogiste tu lámpara del suelo para ponerla en su sitio.
-Lo siento, nena. -Sonrió.
Suspiraste, pasando una mano por tu pelo y te mordiste el labio, mirando a la puerta de tu habitación deseando que tu padre no tocara con la escopeta en mano. Tu padre no era un gran fan de Cameron, de hecho, te había prohibido verle pero habías estado con Cam durante un año y medio, y no ibas a dejarle porque tu padre no aceptara la relación. Tendríais cuidado, y punto. Bueno, al menos, lo intentaríais.
-Te he echado de menos, Karla. -Dijo colocándose tras tuya. Te iba a coger cuándo justo ibas a voltearte, haciendo que ambos cayerais al suelo.
Cam no pudo evitar reír, así que colocaste la palma de tu mano en su boca. Reíste silenciosa también.
-¿Te estarás quieto? Si mi padre te coge aquí, te mata. Lo sabes de sobra. -Le dijiste mirando a sus ojos. Te mordió la mano, a lo que la retiraste rápidamente, rodando los ojos.
Podía ser bastante tozudo. ¿No se daba cuenta del riesgo que estabais corriendo? Colocó una mano al lado de tu cabeza, plantando su sabrosos labios en los tuyos. Os levantasteis, y le empujaste a la cama, poniendo tu cuerpo sobre el suyo.
Cam levantó el tono del beso. Adentró su lengua en tu boca mientras que sus manos apretaban tus nalgas, pegándote a su cuerpo. Tu, en cambio, recorrías su torso con tus manos, haciendo que su piel quedara de pollo. Amabas causarle ese efecto.
Sus manos subieron al borde de tu camiseta, subiste los brazos hasta que terminó de quitartela. Te abrazó el tronco, y besó tu pecho subiendo por el cuello hasta de nuevo a tus labios. Le tumbaste después de retirarle la camiseta, y bajabas los besos por su torso y rondaste su V con la lengua. Desabrochaste su cinturón, metiendo la mano dentro de sus calzoncillos. Acariciabas su pene con movimientos de arriba a abajo, y sus ojos se cerraban mientras sus caderas buscaban por más contacto. Sonreías, mientras leves gemidos salían de su boca.
-Joder, Karla... para ya o no me hago responsable de nada. -Te encantaba tenerle gimiendo tu nombre bajo tu tacto.
Todo iba perfecto hasta que escuchaste la puerta de la habitación. Rápidamente te levantaste a por tu camiseta para ponertela, pero tú padre ya estaba dentro del cuarto observando la escena. Sabías que furioso no era suficiente para describir su estado de ánimo.
-¿¡Qué cojones piensas que estás haciendo!? -Gritó caminando hacia ti, levantaste los brazos a la altura del pecho y diste unos pasos atrás hasta toparte con la pared.
-Puedo, puedo explicarlo. -Esquivaste el cuerpo de tu padre para ponerte frente a la cama, sabías que si lo veía sin nada de por medio, era capaz de lanzarse a Cam.
-¡Te he dicho qué estabas prohibida de verle! -Volvió a gritar. -¡Tú! -Apuntó con su dedo a Cameron. -¡Fuera de mi casa!
Pensabas que se iría, ya que recogió su camiseta con la cabeza agachada. Pero se puso delante de ti.
-Con todos mis respetos, señor. Karla tiene dieciocho años, no sé si lo sabe. -Afrontó contra tu padre. Agarraste su brazo, tirando de él para que se relajara. -Le amo más que a nada en el mundo, y pasaría por encima de cualquier cosa con tal de tenerla a mi lado. Ella es mi todo y rehuso a cualquier cosa que quiera detener mi amor por la posible mujer de mis hijos y de la que estoy perdidamente enamorado. -Volvió a soltar Cameron.
Sólo querías tirarle por la ventana. La caída dolería menos de la posible tortura a la que le pondría mi padre a prueba. No querías celebrar el funeral de tu novio tan pronto.
La cara de tu padre cayó al suelo. Sus ojos eran negros, y la cara estaba roja de furia. Ibas a hablarle a tu padre, pero te interrumpió.
-Os quiero a ambos fuera de mi casa. Ahora. -Las lágrimas empezaron a salir de tus ojos.
Cameron cogió una chaqueta tuya de la silla y te empujó, animando a que bajaras las escaleras junto a él. Tu padre os siguió hasta el porche de la casa.
-¿De verdad crees que él es una buena opción para ti, Karla? ¡Te va a arruinar! -Te gritó. Miraste a tu padre a los ojos, aunque apenas pudieras ver con tantas lágrimas.
-Le amo, papá. -Con eso agarraste el brazo de tu novio para marcharte. Entraste a su coche, y te reconfortaste en el asiento junto a Cam, dejando a tu padre atrás.
(Para: @believeinhopeless)
ESTÁS LEYENDO
MAGCON Imaginas
RandomEl fin de estos pequeños Imaginas es hacer que durante un pequeño periodo de tiempo, os olvidéis de todo lo demás y sólo penséis en unos de vuestros chicos preferidos y en las variadas situaciones que se podrían dar con ellos. Quizá alguna se haga r...