#Imagina que observas cómo tu novio hace ejercicio. El sudor haciendo que su cuerpo brillara, las venas hinchadas y los músculos moviéndose bajo la piel. Era algo que te encantaba, y desde luego te ponía caliente.
Cuando Taylor te pilló una vez más mirándole, no pudo evitar reír y levantarse mientras se pasaba su toalla por la cara.
-Me voy a tener que acostumbrar a esto de ser espiado. -Rió.
-Es que si supieras lo guapo que estás concentrado. Y más sudando.
-Me ves así todas las noches, nena. -Se acercó a ti para levantar tu mejilla con sus dedos y dejar un suave y apasionado beso sobre tus labios. -¿Te duchas conmigo?
Sonreíste simulando un claro sí. Le seguiste hasta la ducha, dónde ambos os desnudasteis uno al otro con besos entre prenda y prenda. Una vez dentro, encendiste el grifo para que el agua saliera de la alcachofa y mojara vuestros cuerpos desnudos.
Taylor levantó una de tus piernas, para entrar sin preámbulos en ti. Su mano izquierda se dirigió a uno de tus pechos para apretarlo y masajearlo, mientras la derecha se encargaba de tu clítoris, estimulándolo cada vez más rápido después de cada embestida. Su boca mordía tu oreja, parándose a chupar tu cuello, para después volver a tu boca besando tu mandíbula y terminando en tus labios. Tú simplemente te dedicabas a gemir y a arañar su espalda, provocando varios gruñidos de satisfacción de parte de Taylor.
Cuando estabas a punto de estallar en el climax, Taylor salió de ti. Le preguntaste que por qué paraba, y no dijo nada, simplemente sonrió de manera perversa y se arrodilló.
-Quiero que te corras en mi boca, preciosa.
Y dicho aquello, llevó su boca hasta tu feminidad. Su lengua acariciaba con rapidez tu centro, y sus manos apretaban tus nalgas haciendo que te tuvieras que colocar de puntillas al elevarte. Su cara estaba hundida entre tus piernas, y tus manos acariciaban su pelo mojado buscando más contacto. Cuando mirabas hacia abajo, Taylor te observaba con admiración, satisfecho de provocarte aquella sensación que te hacía retorcer bajo su contacto.
Después de unos segundos más, finalmente conseguiste llegar a tu esperado orgasmo. Con la respiración agitada, decidiste tomarte unos segundos de recuperación para luego devolverle aquél favor.
-No ahora, pequeña, ya me devolverás. Tengo que irme, así que terminemos de ducharnos.
-¿Seguro? -Le costaste, seductora. Taylor se lo pensó dos veces, y evidentemente no pudo resistir.
-Que le den, hagámoslo ahora.
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P: Si os pudierais teñir, ¿de qué color sería? O si ya estáis teñidas, ¿de qué color?
R: A mi me encantaría el pelo morado o azul, o incluso gris. Me parecen super preciosos*.*
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MAGCON Imaginas
RandomEl fin de estos pequeños Imaginas es hacer que durante un pequeño periodo de tiempo, os olvidéis de todo lo demás y sólo penséis en unos de vuestros chicos preferidos y en las variadas situaciones que se podrían dar con ellos. Quizá alguna se haga r...