Shawn {cute}

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Estabas en la playa con unos amigos. Era una fiesta de noche, y es cierto que llevabas un par de copas encima pero nada que conlleve perder el control o el propio raciocinio. Bailabas, cantabas a pleno pulmón y hacías payasadas con tus amigas alrededor de aquella gran fogata que habíais hecho entre todos. Algunos chicos, entre ellos uno de tus amigos, se habían traído la guitarra para cantar o simplemente tocar algo para engatusar a alguna ilusa de otra fogata cercana.

La playa era de arena blanca, el agua estaba algo sucia pero era agradable en cualquier momento del año y el acantilado era lo que más imponía del lugar. Grandes y gigantes rocas crecían del suelo hasta el cielo, rectas y húmedas por la brisa constante del mar.

-¿Shawn ha venido? -Preguntaste al no encontrarle.

- Sí, claro, le he visto pero no sé dónde puede estar. -Dijo Maria más preocupada en llenar su copa que en algo más.

Sin decir nada, empezaste a buscarlo con la mirada hasta que divisaste un pequeño farolillo encima de una roca y una sombra con un instrumento que le acompañaba. Decidiste ir hacia él para comprobar si de verdad era él. Shawn y tú teníais una relación complicada de definir. Tú le querías por supuesto, pero creías que quizá el cariño que tenías hacia él era mejor no estropearlo con una relación que siempre acaban mal. Y más de una vez él te había invitado a una cita, pero sentías la obligación de rechazarlo porque no lo llegabas a ver claro. Te dolía no poder estar con él, es cierto que te habían echo mucho daño anteriormente pero además de que Shawn era mucho Shawn para ti, había una amiga de por medio. Tú sabías que Arianna le había querido desde primer curso de secundaria pero él no correspondía a ese amor, de hecho, Ari llegó a pedirle salir sólo para engañarse así misma de que le quería aunque nunca pasó nada porque Shawn decía que no se la merecía.

Te acercaste finalmente a él, sentándote a su lado.

-Hola. -Dijiste sonriente mirando su entorno.

-Hola. -Devolvió la sonrisa, preciosa como siempre.

-¿Cómo estás?

-Bien, ¿y tú? -Apenas hacíais contacto visual.

-Bien también. ¿Por qué te has apartado de la fogata?

-No sé, están todos borrachos y me ha entrado la inspiración -hizo comillas con los dedos.-, así que he venido y he terminado una cosa.

-Yo no estoy borracha, eh. ¿Y qué cosa es esa? -Dijiste alzando una ceja y mirando a sus piernas dónde tenia un papel. Lo cogiste sin permiso para leerlo. -¿Y esto?

-Damelo, por favor. -Se veía incómodo, invadiendo tu espacio personal para conseguir atrapar la hoja que le habías quitado.

-¿Una canción? -Preguntaste cuando lo viste por encima.

-Sí, bueno, más o menos. -Cogió el papel bruscamente mientras sus mejillas se vestían de rojo aunque no se viera claramente bajo el manto de estrellas de esa noche.

-Cantala. -Pediste. -Por favor.

-No voy a cantar, periquita. -Sí, "periquita". Te solía llamar así porque cuando él no quería cantarte, empezabas a cantar tú pero con altos desafinados y gallos que hacían sangrar cualquier oído.

-¿Canto yo? -Amenazaste, golpeando su hombro con el tuyo suavemente.

-Es que...

-Es que nada, Shawn. Llevamos cuatro años, coño, hay confianza de sobra como para que cantes conmigo delante.

-Es que la canción significa mucho para mi, y no puedo, no contigo delante. -Bajó la cabeza.

-Ni que fuera para mi, chico. -Te miró culpable. Te paraste, pensando. -¿¡Es para mi!? -Asintió, volviendo a agachar la mirada por tu asombro. -¡Que bonito, Shawn! Ahora quiero que me la cantes más que nunca. Por favor. -Suplicaste con la mirada.

MAGCON ImaginasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora