Taylor {Hot}

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¡Atención! Este imagina es algo subido de tono, así que si sueles ser algo sensible con estos temas, aconsejo que no lo leas. Si lo haces, será bajo tu responsabilidad.

Te encontrabas con tus amigas en una de las muchas tiendas de ropa que te aburrían por completo. Sí, te gustaba ir de compras, pero no para pasar la tarde entera mirando todas y cada una de las cientos de prendas que había en un local. Tus amigas sí que disfrutaban de interminables tardes usando el dinero de sus padres, a los cuales parecía caerse de los bolsillos. En cuanto a eso, tú no estabas mal económicamente, pero desde pequeña se te enseñó a gastarlo cuando realmente hacía falta.

Caminabais entre extensos pasillos con percheros y maniquíes llenos de ropa, riendo y hablando sobre cosas sin sentido. Ya que estabais, también os parasteis a ver la ropa de hombre, dividida en otra sala de la de mujer y niños respectivamente. Allí os encontrasteis a un grupo de muchachos que también reían y se grababan con sus móviles besando a una de las maniquíes sin cabeza. Mirastes a tus amigas, quienes se miraban entre todas con picardía. Oh no, por favor. Ya estaban otra vez con aquellos pensamientos, que no los escuchabas verbalmente, sino que al conocerlas a las tres como la palma de tu mano, sabías exactamente que pensaban. Tú no eras muy de socializar con chicos porque sí, eras más de conocerlos entre fiestas y borracheras y tener algún rollo que se olvidara al día siguiente y no tocar más el tema. La gente, como prototipo, piensa que mujeres así son unas guarras, pero tú al menos tenías razones como por ejemplo tu ex. Dejemoslo en que te hizo más daño del que te imaginabas que podía hacer, y por eso no vamos a tocar mucho el tema.

Finalmente tus tres mejores amigas te miraron a ti, cómplices, para saber tu respuesta a sus pensamientos. Limitaste con una sonrisa. Tras eso, Julia pasó uno de sus brazos por el tuyo, agarrándose como dos viejecillas paseando por un parque hablando del tiempo mientras las otras dos, Anne y Rose, iban iguales pero delante. Eran las más descaradas, dispuestas a echarles las primeras miradas a aquellos chicos y de seguida vosotras rematando.

Así pasó, las delanteras fijaron sus miradas en dos de los cuatro individuos, contoneándose y cuchicheando entre las dos para picarles. Cuando pasaron y ahora los cuatro se fijaban en Julia y en ti. Decidiste jugar también, así que lanzaste una mirada a un castaño con ojos algo rasgados y ojos verdosos aunque a su vez marrones claros. Él te sonrió y guiñó un ojo, y al no esperarte esos gestos agachaste tu cabeza para así, reír y cuchichear con Julia. Al rato estabais reunidas en un bar de aquél inmenso centro comercial, hablando de otras cosas hasta que Rose sacó el tema.

-Niñas, ¿y qué me contáis de los muchachos de antes? El rubio más bajito de ojos azules es mío, que conste. -Proclamó.

-¿Visteis las caras que se les quedaron al vernos? Sobre todo al segundo más alto, al castaño, cuando te vio a ti, chocho. -habló Julia mientras te miraba.

-¿A mi?

-No, a la vecina de enfrente, ¡claro que a ti! -volvió a exclamar.

-Yo a ese le metía de todo menos miedo. Pero vamos, me miró por mirar, más le miró el moreno alto a Anne. -Rieron por tu primer comentario.

-Pues a ese también le cambiaba yo la bombona. -Reimos cuáles locas.

-A mi que me traigan los papeles para casarme con el del pelo negro rizado, el más mono de todos. -Habló Julia.

Después de unas bromas más, visteis a los muchachos pasar, los cuáles se miraron y hablaban entre ellos quietos lanzando miradas hacia vuestras posiciones. Os mirasteis hablando sobre aparentar normalidad, lo cuál todas sabíais que ese momento nunca ocurriría. No todos los días se os acercan posibles modelos de Calvin Klein.

MAGCON ImaginasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora