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*Narra Bia*

Estuvimos toda la tarde platicando. Me contó que entró a trabajar aquí hace dos años por vía de su hermano Matt, que es uno de los chicos que trabajan para Evan. En su casa estaban muy necesitados de dinero y decidió entrar a trabajar aquí, aunque su hermano no estaba de acuerdo.
Yo le conté sobre mí para que me conociera un poco.

En la tarde el doctor vino a verme y me dió unas pastillas para el dolor.
Dijo que volvería en la noche.
Yo quería ducharme pero el doctor me había prohibido moverme.

Cuando cené, Estela apartó la bandeja.

─ Estela, baja a cenar.

─ no puedo dejarla sola, cuando suba Silvia a buscar la bandeja, le pediré que se quede con usted un momento.

─ te prometo que no haré nada, no te pondría en peligro. Ya tengo claro lo que Evan haría si lo traicionas o si yo llego a intentar matarme al estar a tu cargo. No quiero que mate a más personas por mi culpa. Por eso intenté quitarme la vida cuándo él fué la última persona que me vió, para que no culpase a ningún trabajador y él se sintiera culpable. Baja sin ningún miedo, yo te esperaré para que veamos algunas películas.

Me miró durante unos segundos.

─ te lo ordeno.

─ está bien -dijo al fin. Cogió la bandeja y me miró.- le prometo que no tardaré nada.

─ no te preocupes.

*Narra Estela*

─ ¡Estela! -gritó cuándo caminé hacia la cocina con la bandeja en las manos. Me detuve en seco y me giré a verlo.- ¡te dije que no la dejaras sola!

Se paró de la mesa y se acercó a mi.

─ ¡si intenta hacerse daño te mataré!

Subió corriendo.
Miré a Matt con los ojos llenos de lágrimas y continué hacia la cocina.
Dejé la bandeja encima de la encimera con la mirada de las otras chicas encima de mí.
Cuándo me giré, Matt me tomó de la mano y salimos.

─ ¿por qué bajaste? ¿quieres que él te mate?

─ la señorita no lo hará.

─ qué tonta eres Estela, ¿no ves todo lo que ha intentado hacer? ruega porque no haya intentado nada mientras bajabas.

─ ella me prometió que no intentaría nada para que el señor no me matase. Insistió porque llevo toda la tarde sin comer.

Limpió mis mejillas.

─ sube, yo te llevaré algo después.

Asentí.

Cuando besó mi frente, subí corriendo.

*Narra Evan*

Suspiré tranquilo cuando la ví desde la puerta. No estaba intentando nada raro.
Giró su cara hacia aquí, tenía el ceño fruncido.

─ entra -pidió enojada. Terminé de abrir la puerta y entré.- escuché cómo le gritaste.

─ yo le di la orden de que no te dejase sola.

─ y yo le di la orden de que bajase a cenar, Estela lleva desde el medio día sin comer nada por no dejarme sola. No iba a intentar suicidarme estando a su cargo, ya te dije que no quiero que mates a tus empleados por mi culpa, y menos a Estela, que es con la única que puedo hablar en esta casa. Paga tu enojo conmigo, pero no vuelvas a gritarle así porque fuí yo que le pedí que bajase a cenar, ¿te queda claro?

Nos quedamos mirándo en silencio. Está muy enojada.

─ está bien -dije al rato.- al fin y al cabo eres mi mujer, lo que te da derecho a dar órdenes, pero cuidado en cómo me hablas Bia.

─ largo.

Me quedé mirándola. No iba a ponerme a discutir con ella sobre que no puede hablarme así, bastante alterada está ya cómo para que yo la empeore.
Pero cuándo se recupere me va a oír, porque está queriendo darme órdenes a mí, y eso sí que no.
Cuándo salí, me encontré con Estela. Pasó por mi lado para entrar a la habitación.

─ Estela -se detuvo sin girarse a verme.- gírate.

Se giró y me miró, tiene los ojos rojos.

─ perdón señor, le prometo que no volverá a pasar.

Suspiré.

─ no, discúlpame tú a mí. Es sólo que estaba asustado, creía que iba a intentar quitarse la vida otra vez, sólo se preocupó por ti porque no has comido, cuándo esa debería ser mi preocupación. Olvidé pedir que te subieran la comida, perdona, sé que no es una excusa pero Bia me tiene muy descentrado de todo. Enseguida te traerán la cena.

─ no se preocupe señor, le prometo que no volverá a pasar.

─ si ella te pide que salgas a hacer lo que sea que necesites hacer, sal, Bia tiene el derecho a darte órdenes, ya sé que no hará nada estando a tu cargo porque te aprecia, y lo agradezco de verdad, porque al menos contigo puede hablar tranquilamente.

─ está bien señor.

─ entra.

─ con permiso.

Cuando bajé Alan y Matt me estaban mirando.

─ ¡Silvia!

No tardó en aparecer.

─ por favor, súbele la cena a Estela. Cuándo le subas las comidas a Bia, también súbele las de Estela, así comen las dos juntas. Y dale unas mantas para que pueda dormir en el sofá de la habitación.

─ cómo ordene señor.

Cuando se alejó, los miré.

─ ¿todo bien con la señorita? -preguntó Matt.-

─ sí, quiero que sepas que le pedí perdón a tu hermana, Bia le ha cogido aprecio porque es con la única que se ha conectado aquí, no hará nada estando a cargo de Estela porque no quiere ponerla en peligro, en realidad no hará nada estando a cargo de ningún trabajador. Sólo estaba preocupada porque Estela no había comido -froté mi frente.- ha sido mi culpa, Bia me tiene tan distraído que olvidé pedir que le subieran la comida a Estela.

─ no se preocupe señor -dijo Matt.-

─ me preocupo porque Estela es una de las mejores trabajadoras después de Silvia. Pensar en que Bia podría intentar algo me llevó a gritarle así a Estela. Creo que Bia terminará volviéndome loco.

Los dos sonrieron.

─ ¿loco en qué sentido? -preguntó Alan.-

Sonreí.

─ muchachos, no estoy hablando en el sentido amoroso, todavía no llegamos ahí. Me volverá loco por las acciones que hace. Me la paso pensando en cuál será su siguiente forma de intentar quitarse la vida, eso no me deja concentrarme.

─ tendrá que pasar al plan B -dijo Matt.-

─ eso veo -dije.-

*Narra Bia*

─ ha sido mi culpa que te gritase así -dije cuando entró.- perdón.

Sonrió.

─ no se preocupe, el señor ya se disculpó.

─ sí, lo escuché, y menos mal que el idiota lo hizo. Le dejé en claro que no haré nada para ponerte en peligro, ni a ningún otro trabajador.

─ gracias señorita.

Sonreí.

─ ven, siéntate aquí para que podamos elegir una película.

No puedo enamorarme de ti ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora