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*Narra Bia*

Estábamos de regreso en casa, California. Los últimos días que estuvimos en Colombia, lo pasé muy bien, porque pude conocer más de ese precioso lugar. Evan no ha vuelto a pasar de mí desde que lo arreglamos.
Dejó mi maleta sobre la cama y me miró.

─ esta misma tarde vienen a traer el vestido de la boda para hacerle los arreglos necesarios, la boda es el sábado y de hoy no se puede pasar.

─ ¿ni siquiera he podido elegir el vestido? -pregunté con el ceño fruncido.-

Rascó su nuca.

─ nena, cuándo lo encargué tú y yo no nos llevábamos bien.

─ ¿quién lo ha elegido?

─ una de las chicas que trabajan en la tienda, se supone que el novio no puede ver el vestido, así que le pedí que eligiese el más bonito para ti.

─ estamos bien hace tiempo Evan, ¿no podías pedirme que eligiese el bendito vestido?

─ no te enojes -suspiró.- lo olvidé, he estado tan centrado en que nos llevemos bien y en ser de tu agradado, que no me he parado a pensar en lo demás.

─ ¡ah! o sea que es mi culpa.

─ yo no he dicho eso -resopló empezando a molestarse.-

─ ¿ah, no? haz dicho que por estar centrado en ser de mi agrado haz olvidado algo tan importante cómo pedirme que vaya a elegir el vestido de nuestra boda.

─ Bia, estás exagerando.

─ está claro que tú no entiendes nada. Para una mujer hablar de su boda es algo muy precioso, y tú lo haz fastidiado por pedirle a otra que eligiese mi vestido.

─ ¡ya! -gritó molesto. Me crucé de brazos y lo miré mal.- estoy cansado del viaje, han sido muchas horas de vuelo y tengo mucho trabajo de la empresa -suspiró cansado y se acercó a mí.- amor, esto será una pequeña boda, lo planifiqué todo muy rápido, te prometo que haremos otra y te encargarás de la boda entera y de elegir tu vestido si es lo que quieres -acarició mi mejilla.- perdona por no haberte pedido que lo eligieses, he tenido muchas cosas en la cabeza. Perdóname muñeca.

─ está bien -dije aún de brazos cruzados.-

─ sé que sigues enojada, esta noche te lo compensaré -me dió un beso pequeño.- bajaré a la oficina, tengo mucho trabajo.

Cuándo salió, resoplé molesta. Saqué la ropa sucia de la maleta y la llevé al baño.
Bajé y fuí a su oficina.

─ voy a llamar a mamá para que venga -avisé.-

Asintió sin apartar la mirada del ordenador.
La llamé y le dije que le dijera a los guardias que la trajesen.

Salí y fuí al salón.

Más tarde vinieron dos mujeres, me dijeron que traían el vestido.
Le avisé a Estela que si venía mamá la mandara a mi habitación.
Nosotras subimos y me lo puse. Ellas empezaron a hacer las correcciones necesarias.
Me miré en el espejo, en realidad está muy bonito.

─ adelante -dije cuándo tocaron. Cuándo la puerta se abrió sonreí al ver a mamá.- hola mamá.

─ hola cariño -me miró asombrada de arriba a abajo.-

─ la boda es el sábado -dije.-

─ ah -todavía seguía mirando el vestido.-

No puedo enamorarme de ti ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora