| 42 |

220 23 4
                                    

*Narra Bia*

─ Bia -lo escuché llamarme. Me moví un poco en la cama.- despierta, deben estar esperándonos para desayunar.

Abrí los ojos y lo miré. Estaba de espalda a mí, tenía el cuerpo mojado y una toalla en la cintura. Estaba delante de su maleta eligiendo la ropa que se pondría.

─ buenos días -dije.-

─ buenos días -contestó sin girarse a verme.-

Me bajé de la cama y me acerqué a él a paso lento. Cuándo lo abracé por detrás, se separó de mí. Fruncí el ceño.

─ si estás así por lo de anoche, entonces no entiendo nada, porque la que tendría que estar enojada soy yo.

─ no estoy enojado, sólo que no quiero que te distraigas conmigo y vayas al baño, ya es un poco tarde y nos estarán esperando.

No le creí.
Primero; porque había dicho eso sin mirarme a la cara, y segundo, porque se separó cuándo lo abracé.
No dije nada y entré al baño. Me dí una ducha rápida, cuándo salí él ya no estaba.
Me vestí con un short y una camiseta de tirantes. Me puse unas chanclas y salí.
Empecé a caminar más lento cuándo lo escuché hablar. Al llegar a uno de los pasillos, estaba de espalda a mí hablando con Esme. Ella me miró de reojo y continuó prestándole atención a lo que él decía.

─ pero hijo, no te entiendo, ¿no querías que se enamorara de ti?

─ sí, pero entiende mamá, que Bia se porte así conmigo no quiere decir que esté enamorada de mí, a lo mejor le gusto o simplemente lo está haciendo porque se ha resignado a esto.

─ y tú, ¿estás enamorado de ella?

─ sí, lo estoy, y justamente ese es el problema. Estar enamorado de ella me está volviendo loco, pienso en ella las veinticuatro horas del día, porque hasta sueño con ella. Ya casi ni voy a la empresa ni me encargo de mis cosas porque quiero estar todo el tiempo a su lado. No puedo seguir así, si me centro sólo en Bia, voy a terminar dependiendo de ella, y eso no puede pasar, yo no soy así -suspiró.- desde que estoy enamorado de Bia, soy un blando y un maldito cursi. Debiste verme anoche, casi le digo que creo que la quiero.

─ ¿la quieres? -preguntó Esme sorprendida.-

─ mamá, yo...joder -gruñó molesto.- sabes que Bia es la primera mujer que provoca esto en mí, nunca antes me había enamorado. A lo mejor la quiero y ni siquiera lo sé porque nunca antes había sentido algo así por alguien.

─ ¿entonces por qué quieres dejar de sentir eso que sientes?

─ no quiero dejar de sentirlo, simplemente quiero dejar de pensar en ella todo el tiempo. Quiero poder hacer cosas sin tener a Bia noche y día en mi cabeza.

─ ¿pero por qué quieres eso?

─ porque si ella no está enamorada de mí, no está bien que yo centre todo mi tiempo en ella. Parezco un maldito idiota babeando por ella. Cuándo la desperté, que se acercó y me abrazó, me separé, la hice sentir mal y yo no quería, pero es que no tengo de otra. Tengo que cerrarme un poco con ella. De la única manera que yo pudiera volver a ser cómo estaba siendo hasta este momento, es si veo que está enamorada de mí. Porque estoy seguro de que ahora pasa lo que te dije, le gusto o ya se ha resignado a esto.

Esme suspiró.

─ de verdad que no te entiendo. Ella ya está bien contigo, parecen una pareja, que era lo que querías. Pero bueno, tú sabrás.

─ yo sí me entiendo, que es lo importante. ¿Vamos al comedor con los demás?

─ ve tú, tengo que ir a por mi móvil que lo dejé en la habitación.

─ está bien -Evan le besó la frente y se alejó. Cuándo lo perdimos de vista, Esme se acercó, entrelazó su brazo con el mío y fuimos a mi habitación. Cuándo entramos, cerró la puerta y me miró.-

─ o sea, que todavía tengo que ser aún más melosa con él para que se lo crea -me crucé de brazos.-

Esme suspiró algo molesta.

─ créeme que estoy igual que tú, ya lo tenías comiendo de tu mano y ahora ha decidido esto.

─ ¿qué hago?

─ seguir siendo cariñosa y atenta con él, ya lo oíste, tienes que parecer enamorada. Por ahora se estará comportando así de raro contigo, no quiere prestarte mucha atención, así que tendrás que hacer de todo para ganártelo. Lo siento, te juro que no pensé en que se llegaría a cerrar así por estar enamorado de ti.

─ no tiene nada que sentir, Esme, usted ya ha hecho mucho aconsejándome, si Evan se entera de esto, usted estaría en un lío por mi culpa.

Sonrió de una manera triste.

─ lo único que va a terminar doliéndome es que mi hijo verdaderamente está enamorado de ti. Cuándo te propuse esto, dudé en que fuera a funcionar porque él nunca antes se había enamorado. Me he llevado una sorpresa enorme cuándo me lo dijo.

─ lo siento Esme, de verdad, pero es que yo tengo que velar por mi madre y por mí.

─ no tienes que disculparte querida, está claro que tú no tienes la culpa de nada. Estás teniendo que soportar estar con él en la misma cama después de lo que le hizo a tu padre. El daño que le estás haciendo a mi hijo no se compara con el que él te hizo. Porque podrá recuperarse de esto y conocer alguien después de ti, pero a ti nadie te devolverá a tu padre.

─ gracias Esme.

Las dos nos abrazamos.

─ bien, ahora vamos con los demás antes de que vengan a buscarnos.

Las dos salimos y fuimos al comedor. Saludé a todos y me senté al lado de Evan, me fijé en Alexander, tenía una especie de parche dónde le rompí el vaso, y tenía el ojo morado debido al golpe que le propinó Evan. Mirella parecía enojada, no estaba con su sonrisa cómo ayer.

─ amor -le hablé.-

─ ¿mmm? -ni siquiera me miró, prefirió coger su móvil.-

─ ¿te sirvo?

─ sí.

Le serví el desayuno y luego el mío. Lo miré unos segundos.

Querido, esto apenas acaba de empezar, voy a volverte aún más loco.

Pensé y luego miré mi plato.

No puedo enamorarme de ti ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora