| 55 |

448 35 33
                                    

PORQUE USTEDES LO PIDIERON, LA SEGUNDA TEMPORADA ES "ENAMORADA DE TUS CARTAS"

*Narra Bia*

Estuvimos hasta tarde haciendo un montón de posturas y cosas nuevas para mí. Cosas que me gustaron mucho.

Evan estaba a mi lado, durmiendo. Me quedé mirándolo durante mucho rato.

Me acerqué más y acaricié su pelo. Fuí bajando la mano por su cuello, pecho, abdomen y luego la dejé sobre su miembro.
Se frotó uno de los ojos y me miró.

─ ¿no estás cansada? -preguntó sonriendo.-

─ no he dormido mucho, pero no estoy cansada. ¿Tú estás cansado?

Se movió poniéndose encima de mí, abrí mis piernas para recibirlo.
Puso su miembro en mi entrada y fué entrando lento.

─ para ti nunca estaré cansado.

Me besó y luego bajó a mi cuello. Lo besó lentamente y pasó su lengua por este.
Lo abracé con mis piernas y pasé los brazos por su cuello, con una de mis manos, acaricié su pelo.
Esta vez lo estaba haciendo con más amor.
Supongo que las ganas que teníamos de devorarnos hace unas horas, no nos permitió ser románticos en cuanto estuvimos desnudos.

Arañe la espalda de Evan y me incliné hacia arriba.

Los dos nos desplomamos cuando llegamos al orgasmo.

─ te quiero, princesa -besó mi cuello.-

─ y yo a ti, Evan...y yo a ti.

Nos quedamos así unos minutos. Cuando se quitó de encima, me bajé de la cama y fuí al baño.
Me dí una ducha y salí.

─ ve a la ducha, después de cambiarme haré el desayuno.

─ espera a que me duche, quiero ayudarte.

─ vale.

En cuanto entró al baño, me vestí con un vaquero y un jersey manga larga. Me puse unos tenis y recogí mi pelo en una coleta.
Cuando estuve lista, me acerqué a la mesa de noche de Evan.
Luego le dí la vuelta a la cama.
Aclaré mi garganta y respiré hondo cuando lo escuché cerrar el grifo.
A los segundos salió y se quedó quieto después de dar varios pasos.

─ nena, ¿qué haces? suelta eso.

─ me llamo Bia, y tú no me vas a dar órdenes.

Dió unos pasos.

─ ¡no te muevas! -grité apuntándolo con la pistola.-

Se quedó quieto.

─ por dios, Bia, no sabes lo que haces, baja la pistola.

─ ¡oh sí! por supuesto que sé lo que hago.

Nos quedamos mirando unos segundos.

─ entonces es en serio -dijo al fin.-

─ ¿todavía lo dudabas?

─ creía que te habías enamorado de mí.

Me reí sin ninguna gracia.

─ sí, claro, por supuesto, ¡¿cómo diablos me voy a enamorar del asesino de mi padre?! ¡¿creías que lo olvidaría?! ¡maldita sea, Evan! -con mi hombro limpié una lágrima que bajó por mi mejilla.- todas las noches he tenido que aguantar las ganas de matarte. No sabes lo insoportable que ha sido tener que dormir a tu lado y fingir que no pasaba nada.

No puedo enamorarme de ti ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora