No puedo enamorarme de ti ||TERMINADA||

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*Narra Evan*

Bajamos en silencio y fuí a mi despacho mientras ella me esperaba fuera.
Cogí un fajo de billetes y salí.

── ¿cuándo volveremos a vernos?

Sonreí.

── nunca -me fijé en Alan que se acercaba.- Alan, acompáñala a la salida.

Volví hacia las escaleras.

── mamá -dije sorprendido cuando la ví sentada en el borde de mi cama.-

── has hecho tu cochinada sin respetar que yo estoy en la habitación de al lado, por lo menos debiste hacer menos ruido.

── perdón, debes entender que cómo nunca hay nadie, puedo hacer ruido. Perdóname.

── ajá. ¿Y ya se fué la mujer esa?

── sí.

── ¿cuándo será? -preguntó.-

── ¿cuándo será qué?

── cuando será que sentarás la cabeza y te buscarás una buena mujer para poder formar una familia, tienes veintisiete años Evan, ¿qué es lo que esperas?

── no espero nada porque no quiero formar una familia. De momento, las únicas mujeres que he conocido son unas mujerzuelas que sólo les interesa el dinero. Prefiero tirármelas, pagarles y que desaparezcan. A parte, no estoy hecho para aguantar las órdenes de ninguna mujer.

── ojalá y algún día recapacites.

── vale, buenas noches -entré al baño y me desvestí.-

Me dí una ducha de agua fría para refrescarme.

Cuando salí, mamá ya no estaba en mi habitación.
Me puse unos boxers y me metí a la cama.

*Narra Bia*

UNA SEMANA DESPUÉS

── ¡cumpleaños feliz!

Froté uno de mis ojos y me senté.

── cumpleaños feliz, te deseamos todos,
cumpleaños feliz.

Los dos aplaudieron. Sonreí.

── gracias mamá, gracias papá.

Me bajé de la cama y me acerqué a ellos.

── felicidades reina preciosa -dijo papá, que besó mi frente y me abrazó. Luego abracé a mamá.-

── felicidades mi amor. Hoy no vayas a la universidad y quédate aquí.

── de acuerdo.

── te vamos a esperar abajo para desayunar.

── vale.

Me dí una ducha y me arreglé.
Cuando bajé, nos sentamos en la mesa a desayunar.

── esta tarde traerán la tarta que encargué.

── le diré a Caleb para que venga.

── muy bien.

Aclaré mi garganta.

── papá, desde la semana pasada no has querido que toque el tema de la empresa, ¿no crees que ya sí es hora? hoy por fin cumplo los veintiún años, si no me llevas tú, iré por mí misma, así que tú decides.