| 43 |

215 25 2
                                    

*Narra Bia*

¿Y éste qué te parece? -preguntó Mirella mostrándome un bañador negro de dos piezas. Sabía que estaba enojada con Alexander, así que Esme y yo decidimos que estaríamos todo el día con ella para subirle el ánimo.-

─ está precioso -dije sonriendo.-

─ pruébalo.

Lo cogí y entré a su baño. Las tres nos encontrábamos en su habitación. Ya me había probado varios bañadores pero aún no me decidía.
Después de ponerme el negro de dos piezas, me miré unos segundos en el espejo y sonreí. La parte de arriba tenía dos lazos que bajaban por el centro de mi pecho. Y eso me encantó.

─ ¿qué tal estoy?

Las dos me miraron.

─ estás preciosa -dijo Esme sonriendo.-

─ concuerdo con Esme, te queda divino. Es todo tuyo.

─ pero Mirella -me interrumpió.-

─ acéptalo por favor -nos quedamos mirando con una sonrisa.-

─ de acuerdo, muchas gracias.

─ un placer linda.

Ella tenía un bañador de dos piezas color blanco con algunas flores de colores. Esme tenía uno de una sola pieza, era negro y tenía la espalda al descubierto.
Mirella tomó unas gafas y salimos.
Dejé la toalla en una de las tumbonas y me senté en ésta.
Me puse un poco de protector solar y me tumbé.
Las tres estuvimos hablando.
Al parecer, esa noche había una fiesta en una casa de un amigo de Alexander. Me dijo que nos habían invitado a todos, sin embargo, Evan no me había dicho nada.

Decidí entrar al agua porque sentía que el sol ya me estaba quemando mucho.
Nadé un poco y luego iba moviéndome lentamente por el agua mientras seguía hablando con ellas, que seguían tumbadas tomando el sol.

Me acerqué al borde y apoyé mis codos cuándo me fijé en Evan, estaba caminando cerca junto con Alexander, pero mantenía la distancia de él.
Después de lo que pasó anoche, casi no le hablaba. Y si hablaban, era por negocios, cómo ahora.

Cuándo me miró, le sonreí. Sin dejar de mirarme, siguió caminando y hablando. No me devolvió la sonrisa y volvió a mirar al frente.

── imbécil -susurré

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

─ imbécil -susurré.- no te voy a dejar en paz.

Estuvimos hasta entrada la noche en la piscina.
Me sequé con la toalla y fuimos hacia adentro.

─ ¿tienes ropa sexi para la fiesta? -me preguntó Mirella. Sonreí.-

─ de eso sí que tengo.

No puedo enamorarme de ti ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora