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*Narra Bia*

Evan seguía con la espalda apoyada en el cabecero de la cama, yo seguía encima suyo, solo que ahora le estaba dando la espalda.
Mis manos estaban apoyadas en sus pies y mis pies estaban uno a cada lado de su cintura. Yo subía y bajaba rápido. Las manos de Evan estaban en mi cintura, ayudando a que fuera más rápido aún. De vez en cuando acariciaba mi culo y jugaba con él.

─ oh nena -gruñó.- sí, ya casi estoy.

Cuando sentí que chorreó un poco, me moví más rápido haciendo que Evan se corriese.
Su semen caliente me inundó completamente.
De mi interior chorreó un poco de éste cuando me elevé un poco para sacar su miembro.
Agitada y agotada, me dejé caer hacia delante apoyada en mis rodillas.
Sabía que me estaba mirando, pues mi culo estaba en pompa hacia él.
Acarició desde mi ano y fué bajando con sus dedos. Los cuales se introdujeron con facilidad en mi interior debido a su semen.
Gemí.
Y gemí aún más cuando pasó su lengua por mi entrada.
Separó más mis piernas y se colocó con la cabeza debajo de mi feminidad.

─ coloca tu coño en mi boca.

Sin decir nada, me acomodé y puse mi coño en su boca. Con lo caliente que me encontraba, no iba a perder tiempo diciéndole que no debería hablar así.

─ oh mierda, mierda -gemí cuando introdujo su lengua en mi coño. La movió rápido. Yo empecé a subir y a bajar, él tenía su lengua en punta, así que cada vez que yo bajaba, la introducía en mi feminidad.- Evan -gemí y apreté mis pechos.- sí...sí...coño...ya...estoy...

Mi cuerpo no aguantó más y explotó en su boca.
Estaba muy cachonda, mi cuerpo no aguantó mucho porque cuando él tenía su miembro dentro de mí, yo ya casi me iba a correr, pero él se corrió primero.
Absorbió mis fluidos haciéndome sonreír.
Me quité de encima y me dejé caer a su lado con la respiración agitada.

─ sabes tan rico, que tendría tu coño en mi boca todo el tiempo.

Lo miré. Nos quedamos mirando mientras yo me recuperaba de mi orgasmo.
Se apoyó en su codo y acarició mi vientre.

─ quiero que te masturbes -soltó.-

─ ¿qué? -fruncí el ceño.-

─ quiero que te masturbes para mí.

─ ¿que me masturbe yo sola? -sonrió.-

─ quiero masturbarte yo, pero es que muero por ver cómo te masturbas.

─ nunca nadie me ha mirado mastubándome.

─ lo sé mami, es algo nuevo para ti y puede que te de un poco de vergüenza, pero también sé, que quieres probar cosas nuevas.

─ ¿tú qué harás?

Mordió su labio sonriendo.

─ yo te miraré y te diré qué hacer.

─ mmm...está bien.

─ genial. Ve al baño, límpiate y vuelve.

Se separó.
Me bajé de la cama y fuí al baño. Después de limpiar mi zona íntima de mis fluidos y la saliva de Evan, volví a la habitación.
Él estaba sentado en una silla delante de la cama.

─ ven aquí -me acerqué a él y me senté en sus piernas.- si no quieres hacerlo porque te sientes incómoda o te da mucho vergüenza, no tienes que hacerlo.

Sonreí.

─ me da vergüenza pero quiero hacerlo.

Sonrió y llevó su mano a mi nuca. Me acercó a su boca y me besó.

─ súbete a la cama, quiero que te pongas hacia mí con las rodillas flexionadas y abiertas. 

Asentí y me quité de encima suyo. Me subí a la cama y me puse cómo pidió.
No apartó la mirada de mi coño durante unos buenos segundos.
Que me estuviera mirando así, me hizo sentir poder. Me hizo sentir que esta vez tenía el control. Me hizo sentir fogosa y deseada.

─ Evan -llamé su atención. Pestañeó varios veces y me miró.-

─ quiero...quiero que empieces masturbando tu clítoris.

Llevé mis dedos a mi clítoris.

─ quiero de tu saliva.

─ ¿qué? -lo pillé desprevenido.-

─ quiero que tu saliva moje mi coño -se sorprendió aún más por mi forma de hablar.-

Nos quedamos mirando unos segundos. Supongo que él creía que era broma.
Sonrió satisfecho y se paró.
Se acercó, se apoyó en mis muslos y se agachó un poco. Dejó caer saliva en mi coño y luego me miró.

─ esto es lo más excitante que he visto -me dió un beso pequeño y mordió mi labio.- ¿lista?

─ sí.

Sonrió y volvió a la silla.

─ frota tu coño con los dedos.

Le hice caso. Restregué su saliva por mi coño y luego me centré en mi clítoris. Lo estuve frotando sin apartar la vista de él. Quería ver sus gestos.

Aclaró su garganta.

─ métete un dedo.

Le hice caso. Al meter el dedo, gemí. Sabía que él estaba desesperado porque se movía incómodo en la silla.

─ otro -pidió.-

Metí otro dedo. Me movía al ritmo que metía y sacaba los dedos de mi interior.

─ joder -gruñó él. Que tomó su miembro erecto, y sin apartar la vista de mí, empezó a masturbarse.- otro, nena.

Metí otro dedo. Ahora eran tres. Me estaba dando placer a mí misma, pero no era lo mismo que sentir el enorme miembro de Evan dentro de mí.
Yo estaba mirando su miembro y él estaba mirando mi coño.
Mientras nos masturbábamos, no apartábamos la mirada el uno del otro.

─ no lo soporto -dijo desesperado. Se paró, se acercó a mi, me tomó por los muslos y tiró de mí hasta el borde de la cama. Se colocó en medio de mis piernas y entró de una sola estocada haciendo que me curvara del placer y el dolor a la vez.
Creo que por más que lo hiciéramos, no me acostumbraría a su tamaño.-

No puedo enamorarme de ti ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora