| 38 |

245 24 4
                                    

*Narra Bia*

Evan me presentó a su secretaria y a algunos de los que se encargaban de varios departamentos, uno que otro me miró con otras intenciones, y él estaba rabioso por eso.
Le dijo algunas cosas a Helen y luego salimos.
Fuimos a casa, cogimos las maletas y fuimos hacia el aeropuerto.
Al llegar, presentó los pasaportes y luego pudimos subir a su jet privado. Por lo que entendí que me dijo, nos esperaban once o doce horas de vuelo.
Esme y yo nos sentamos a hablar y él se sentó dónde había una mesa con el ordenador.
Luego, las dos nos pusimos a ver la televisión.
Yo estaba sumamente aburrida.
Giré mi cabeza hacia él. Estaba muy concentrado mirando la pantalla del ordenador.

─ ¿necesitas algo, preciosa? -preguntó sin apartar la vista del ordenador.-

─ estoy aburrida.

─ ¿quieres mi móvil?

─ sí.

Me lo extendió. Me paré y me acerqué, antes de cogerlo, sujetó mi mano, lo miré sonriendo.

─ ¿tienes mucho trabajo?

Soltó mi mano, se recostó en el asiento y suspiró.

─ sí, tengo mucho, y más ahora porque estaré una semana fuera de la empresa.

Me senté en una de sus piernas, pasé mis piernas por encima de la otra. Me abrazó por la cintura.

─ deberías descansar un poco, llevas varias horas haciendo esto.

─ me gustaría, pero necesito adelantar todo esto.

─ está bien.

Sonrió y acarició mi mejilla.

─ gracias por preocuparte por mí.

Sonreí y me acerqué a su boca. Los dos sonreímos en medio del beso.

─ te dejo trabajar.

Me puse de pié y me separé de él. Me dió una nalgada, lo miré sonriendo y volví a mi sitio.
Puse la contraseña y me metí en las redes sociales.

En la noche, después de que cenamos, yo me fuí a uno de los camarotes porque tenía sueño.
Me metí en la cama con la ropa.

─ ¿te dormiste? -preguntó al rato.-

─ mmm...

Se tumbó a mi lado y me abrazó. Escondió la cara en mi cuello porque estaba un poco más hacia a abajo. Pasé una de mis piernas por encima suyo y lo abracé por el cuello.

─ me gustaría prestarte más atención -habló en mi cuello.- lo siento preciosa.

─ está bien, tienes mucho trabajo.

─ trataré de estar más tiempo contigo  -llevó una mano a mi culo y lo apretó.- dame un beso.

Separó la cara de mi cuello y miró hacia a arriba. Agaché un poco mi cabeza y lo besé. Enterré mis dedos en su pelo y lo acaricié. Mordió mi labio sin hacerme daño y tiró de él. Cuándo nos separamos, nos quedamos mirándo un momento, los dos sonreímos y volvió a poner la cara cómo antes.

                                   •••

Llegamos a Colombia sobre las seis de la mañana.
Habían unos hombres esperándonos, trabajan para su hermano.

Duramos casi tres horas para llegar a una inmensa finca.
Es cómo la de Evan, por aquí no hay más casas y está muy lejos de la ciudad.
Pasamos por unos portones y luego bajamos del coche.

No puedo enamorarme de ti ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora