SEGUNDA TEMPORADA "FUE MI CULPA"
Cuando cree que todo lo ha perdido, pierde incluso hasta las ganas de luchar.
Pero al mirar un día por la ventana, se da cuenta de lo que tienen los demás.
Libertad.
Y ella luchará para volver a ser libre.
Cueste...
Después de comer, salimos del restaurante. Por suerte a Evan no se le ocurrió volver a decir nada referente al pobre camarero que me había mirado.
── nos vamos a casa -le escuché decirle a Matt. Me separé de nuestras madres y las dejé caminar delante. Evan se terminó de acercar a mí, Matt se quedó más atrás.- ¿qué pasa?
── no me quiero ir a casa todavía.
── pero Bia -lo interrumpí.-
── por favor -lo abracé por la cintura e hice pucheros mientras lo miraba. Sonrió y me dió un beso pequeño.-
── si me pones esa cara no me puedo negar. Haremos cómo tú quieras.
── gracias.
Me giré hacia delante y dejé mi brazo en su cintura, él también dejó su brazo en mi cintura. Así continuamos caminando.
Increíble que yo tenga que estar haciendo esto.
Mentalmente me dí ánimos para continuar. El resto de la tarde estuvimos entrando a muchos lugares. En la noche, nos montamos en el coche. Cuando llegamos a casa de mamá, ella se despidió de Esme, pero antes, se dieron los números de teléfono, se han caído muy bien. Evan y yo bajamos. La acompañé hasta adentro, Evan se quedó hablando con los hombres de la puerta.
── Bia, no entiendo nada -se giró a verme.- ¿te gusta? ¿te estás enamorando de él?
── ¿me crees capaz?
── no lo sé hija, después de todo lo que ha pasado ya me espero cualquier cosa. Sólo espero que no, que no te estés enamorando de una persona así.
Sonreí y le besé la mejilla.
── te amo mamá, nos veremos pronto.
── yo también te amo hija.
Las dos nos abrazamos durante un rato. Luego salí. Evan me abrió la puerta del coche. Entré y me puse el cinturón.
── Evan, gracias, ha sido un día maravilloso. Gracias por invitar a mi madre.
Me dedicó una sonrisa y volvió a mirar la carretera.
── un placer reina. Me gusta verte así de feliz.
── mamá -dijo al rato.- la semana que viene viajaré a Colombia.
── llévame -fué lo primero que ella dijo.-
── te lo digo porque te llevaré, de lo contrario no te lo hubiese dicho. Quiero que Bia se sienta cómoda, ustedes dos se llevan muy bien. Si te llevo, para ella será más fácil.
── ¿me vas a llevar? -pregunté sorprendida.-
── princesa, no voy a dejarte durante una semana aquí. Aunque sea un poco más arriesgado prefiero traerte conmigo. Conocerás a Alexander, es mi hermano y es un poco más mayor que yo.
── y más simpático -dijo Esme haciéndome sonreír.-
── ajá mamá.
── ¿qué? es la verdad. Ya verás Bia, te caerá muy bien -dijo Esme.-
── seguro -le dije yo.-
Cuándo llegamos a casa, nos bajamos del coche. Evan se quedó hablando con los chicos y nosotras entramos. Estela nos preguntó si ponía la mesa para cenar, le dijimos que sí.
Esme y yo estuvimos en el salón hablando sobre la maravillosa tarde que habíamos pasado. Evan entró cuándo la mesa estuvo lista. Después de cenar, nos pusimos de pié.
── preciosa, yo subo en un rato, tengo algunas cosas que hacer.
── vale.
Esme y yo subimos. Nos despedimos y entré a la habitación. Me desvestí y me dí una ducha. Al salir, me puse una ropa interior sexi y me acerqué a la cama. Esto sólo lo hago para provocarlo. Porque no me tocará.
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Dejé la habitación iluminada por la lámpara de noche y me metí en la cama. No me cubrí mucho, quería que me viera a la perfección. Tardó mucho en subir, yo casi me estaba quedando dormida. Cerré los ojos y fingí estar dormida. Lo escuché acercarse a paso lento. Luego se alejó y encendió la luz de la habitación. Volvió a acercarse.
── diablos -susurró.- te tengo muchas ganas Bia.
Acarició mi cara con la punta de sus dedos y apartó mi pelo. Me moví un poco pero no abrí los ojos. Dejó de tocarme y suspiró.
── ojalá y algún día te enamores de mí -volvió a susurrar. Besó mi mejilla.-
Cuándo entró al baño y cerró la puerta, abrí los ojos y miré hacia esta. Levanté mi dedo de en medio y se lo mostré a la puerta cómo si él pudiese observarme.
*Narra Evan*
Tuve que pajearme. Se ve divinamente con esa ropa interior. Nunca la había visto así. Y claro está que mi amigo iba a reaccionar. Me dí una ducha y salí. Me puse unos calzoncillos, apagué la luz dejando la habitación iluminada por la lámpara de noche y me metí en la cama. Ahora ella estaba durmiendo de frente hacia mí. Me puse de frente hacia ella y me quedé observándola durante mucho rato. Me acerqué más. Dudé un poco pero al final me decidí. Acaricié su vientre con la yema de mis dedos lentamente.
── Evan, ¿qué haces? -susurró.-
── sólo voy a abrazarte, perdona que te haya despertado -le sonreí.-
No dijo nada. Terminé de pasar mi brazo por su cintura y me pegué mucho más. Tanto, que ahora sentía su respiración en mi cuello. Duré mucho en dormirme porque no quería dejar de mirarla.