Soy Kazuto Kirigaya, actualmente soy la mano derecha del director de RATH. Tengo veintiocho años y vivo en un ático en el centro de Tokio, ático que compartía con mi prometida, con la cual me iba a casar en unos meses pero que, de la noche a la mañana, desapareció junto a mi mejor amigo, Eugeo, no sabía muy bien el porqué aunque, según me contó Kikuoka, mi jefe, les envió a ambos a hacer un trabajo fuera de Japón. A pesar de que intenté ponerme en contacto con ellos, no lo conseguí. Pasé una mala temporada puesto que ella era la que consideraba el amor de mi vida y la persona que estaba hecha a mi medida, por mucho que mi amigo Klein y mi hermana intentaran sacarme adelante, no lo conseguían. Iba del trabajo a casa y de casa al trabajo, siempre que estaba solo intentaba buscar una razón a la fuga de mi prometida. Ella era la persona a la que le había entregado todo, mi corazón, mi primer beso y mi primera vez, llevábamos juntos desde que tenía quince años, por lo que no entendía muy bien porqué había desaparecido.
- Kirito - me dijo un día Kikuoka - tengo un trabajo nuevo para ti. Hemos aceptado un proyecto junto a RECT y te encargarás tú de llevarlo junto a la directora de la otra empresa. Espero que cumplas con mis expectativas y saques el proyecto adelante.
Asentí y anoté todo lo que me dijo. Cuando terminó, me marché a RECT para darme a conocer. Pregunté por la directora a la secretaria y, cuando me indicó, entré a su despacho. Quedé hipnotizado con su belleza. Parecía una diosa, tenía el pelo castaño, ojos de color miel y una sonrisa que enamoraba. Me presenté lo mejor que pude, pues tartamudee y me puse muy rojo. Sentía que mi corazón iba a salirse del pecho, era la primera vez en mi vida que sentía algo así, ni siquiera con Alice mi corazón había latido con esa intensidad.
- Buenos días - sonrió la muchacha - mi nombre es Asuna Yuuki y, durante estos meses, trabajaremos codo con codo para sacar el proyecto adelante.
- Yo soy Kazuto Kirigaya - le tendí la mano y me la estrechó - un placer.
- Lo mismo digo.
Tras las presentaciones, comenzamos a trabajar y, conforme fue pasando el tiempo, nos fuimos haciendo más amigos, incluso me atrevería a decir que habíamos comenzado a enamorarnos pues muchos días, cuando salíamos del trabajo, nos íbamos juntos a cenar o a tomar algo por las calles de Tokio. Asuna era una chica inteligente, tenía tres años menos que yo, había cogido las riendas de la empresa familiar hacía relativamente poco. Un día, mientras cenábamos, comenzó a sonar su teléfono.
- Contesta si quieres, no pasa nada - sonreí.
- No, no quiero contestar - respondió - es mi exnovio, Sugou, es muy pesado y no acepta un no por respuesta. Lo dejamos hace un par de meses y no lo supera.
Sin poder evitarlo, me abalancé sobre ella y la besé, pues después de esa información tenía todo lo que quería saber y lo que me evitaba a no haber hecho eso antes. Asuna, increíblemente, intentó rechazarme el beso de primeras pero, unos segundos después, me lo correspondió. Poco a poco fuimos forjando una relación amorosa que, con el paso del tiempo, se fue consolidando, debido a que ella compartía piso con Sinon, su mejor amiga, convertimos mi ático en nuestro nido de amor.
- Esta casa es muy gris, Kirito - dijo según la vio - necesita algo de color.
- Haz con ella lo que quieras, amor - la besé.
En ese hogar compartimos horas de sexo, besos y mucho amor. Era la primera vez en mi vida que me sentía así, con Alice todo era demasiado diferente, solo había seriedad y cultura. Lo único de lo que hablábamos era de trabajo mientras que con Asuna podía hablar de cualquier cosa y ella me prestaba atención. Los meses fueron pasando y me atreví a hablarle de ella a mi hermana un día mientras comíamos.
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Relatos sobre Kirito y Asuna
FanfictionLos personajes no me pertencen. Son obra de Reki Kawahara de la novela Swort Art Online. Son historietas sobre los protagonistas de SAO.