Mi consentida

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Kirito

Hoy iba a tener la primera cita oficial con Asuna desde que había despertado. Era nuestra primera cita en el mundo real. No podía negar que estaba muy nervioso, tenía miedo de hacer una buena cagada y que Asuna me dejara. 

Hacía una semana que la bella chica castaña había terminado la rehabilitación y habíamos acordado, como celebración por haber salido del juego, habernos encontrado en este mundo y, como dijo Asuna, volver a enamorarnos en este también, tener una cita en este mundo.

Miré mi reloj, la hora indicaba que eran las cinco, lo que significaba que en una hora tenía que estar en el punto que le había dicho a Asuna en el que nos encontraríamos. Aunque podía ir a su casa a buscarla, el simple hecho de ver la fachada de su hogar me hacía sentir insignificante, por eso prefería que nos encontráramos en algún punto neutro, debido a que yo tampoco había reunido todavía el valor necesario para traerla a mi casa, a pesar de que mi madre tenía muchas ganas de conocerla, pero a mi aún me daba un tanto de vergüenza que mi familia me viera enamorado pues siempre me habían visto como un chico que no le interesaban mucho las cosas de las personas de su edad. 

Me levanté de la cama y me puse a mirar el armario, no podía esconder que estaba nervioso, notaba que me temblaban incluso las piernas. No era la primera vez que iba a ver a Asuna pues había ido con ella a todas y cada una de sus sesiones de rehabilitación, las cuales me dolían más a mí que a ella debido al hecho de ver todo el esfuerzo que hacía mi bella destello para estar a punto. 

- No puedo creer que estés nervioso - entró mi hermana en mi habitación para reírse de mí, lo que me sacó de mis pensamientos - no es la primera vez que la ves, estudiais juntos y has ido a rehabilitación con ella. 

- Pero no es lo mismo - intenté justificarme - esta vez es una cita de verdad. 

- Vamos, a mí no me engañas - rió de nuevo - ya estáis juntos por mucho que sea vuestra primera cita ya os habéis besado, habláis horas y horas por teléfono de pasteladas, incluso os habéis dicho las palabras mágicas, por lo que por mucho que sea una cita de verdad, ya estáis en una relación desde hace varios meses. 

Asentí, pues llevaba razón, Asuna y yo llevábamos juntos desde que ella salió del juego y sellamos nuestro inicio de relación en este mundo con el beso que nos dimos esa noche. A pesar de que aún no nos habíamos atrevido a decir que éramos novios, en el fondo era algo que ambos sabíamos. 

Finalmente me vestí, me puse una camisa negra abierta, debajo una camiseta blanca, unos vaqueros y unas zapatillas, y salí corriendo de casa, pues si seguía así iba a llegar tarde a mi primera cita. 

Había quedado con Asuna en la parada del metro de Ueno pues tenía una idea en mente para nuestra cita, quería que fuera sorpresa aunque sabía que a ella le iba a encantar el plan. Subí al metro y esperé mi parada.

Asuna

Estaba bastante nerviosa, era la primera cita que iba a tener no sólo con Kirito sino de mi vida, nunca antes había asistido a nada similar. Aunque hacía unos meses que estábamos juntos, todavía no habíamos tenido la posibilidad de poder salir juntos a algún lugar debido a que según salí del hospital inicié la rehabilitación por lo que quedamos en que cuando yo acabara de ponerme en forma, saldríamos juntos, como una pareja normal y corriente, a algún lugar. 

Ese día, por fin, llegó, pero el lugar al que iríamos no lo sabía puesto que Kirito me pidió que lo dejara en sus manos, lo único que me había dicho es que nos veríamos en la parada de Ueno a las seis. Yo disponía de algo más de tiempo puesto que me llevaría mi hermano ya que iba a ver a su novia que vivía cerca de Ueno. 

Relatos sobre Kirito y AsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora