Mother's Rosario

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Kirito

Tras traer a Asuna a mi casa uno de los días a petición expresa de mi madre, ya que quería conocer a mi novia, algo que fue apoyado por mi hermana, Asuna había comenzado a estar más distante conmigo, también coincidió con que conoció a Yuuki por lo que podrían ser imaginaciones mías y, simplemente, que mi novia pasara más tiempo con una amiga de verdad.

Al cabo de unos días, Asuna me contó que Yuuki se había desconectado sin explicación aparente y que nadie sabía nada de ella y, si lo sabían, no querían darle ninguna explicación a mi castaña por lo que me puse a investigar y di con el lugar con el que podría estar ingresada la mejor espadachina de ALO. Se lo hice saber a mi novia y esta, sin pensarlo demasiado, salió corriendo al lugar donde se encontraba el hospital. Conocía bien a Asuna y sabía que, además de lo que le podía ocurrir a Yuuki, también le pasaba algo más por lo que aproveché que Asuna estaría fuera para acercarme a su mejor amiga por si sabía algo. 

- Tiene problemas con su madre - me respondió Liz - más no puedo decirte porque no me ha dicho nada ella, lo he podido averiguar por las reacciones que tiene cuando hablamos de ti y su familia. Si quieres saber más, tendrás que ser un novio preocupado y preguntarle a ella directamente - asentí y, seguramente, por primera vez desde que nos conocemos, le haría caso. 

Volví a mi aula y, antes de que llegara el profesor, recibí un mensaje de mi novia: "voy a coger ahora el tren para volver a Tokio, me apetece verte y hablar de muchas cosas contigo. ¿Dónde nos vemos? Te quiero", respondí impaciente al ser la primera noticia que tenía de Asuna desde esta mañana: "voy a por ti a la estación, no te muevas de ahí. Enseguida nos vemos. Te amo". Debido a que no tenía más tiempo que perder, recogí mis cosas y me marchó del aula antes de que el profesor entrara. Me subí a la moto y, al cabo de cuarenta minutos, estaba en la estación de tren que había cerca de la casa de Asuna. Esperé durante un rato a mi castaña y, cuando la vi aparecer en la distancia, no pude evitar sonreír. 

- Hola - sonrió cuando llegó a mi altura, me dio un beso en los labios, algo que me extrañó dado que Asuna no solía mostrarme este tipo de gestos en un lugar público cercano a su casa, yo no pude evitar ruborizarme. 

- Hola - sonreí devolviéndole el beso - ¿dónde quieres ir?

- Donde tú quieras, siempre y cuando sea contigo - respondió con sus mejillas ligeramente sonrojadas. 

- Mi madre y mi hermana no están en casa - dije - podríamos comprar helado o algo para merendar y quedarnos ahí, algo me dice que necesitas llorar. 

- Suena genial - me besó la mejilla y retiró su casco de mis manos, se lo puso y subió a la moto. Arranqué y conduje hacia su heladería favorita. Compramos varios sabores de helado y, cuando tuvimos todo, nos dirigimos a mi hogar. 

Cuando entramos, debido al frío que hacía en Tokio a estas alturas del año, fuimos a mi habitación y pusimos el aire ya que Asuna estaba congelada. Sacamos los helados y, con el sonido de la tele de fondo, mi novia me contó todo lo que le había dicho el médico de Yuuki. En más de una ocasión Asuna no pudo reprimir las lágrimas y le tendí mi hombro mientras la abrazaba para que llorara tranquilamente. 

- Después de lo que me he enterado de Yuuki, creo que es hora de ser sincera con todo el mundo - dijo, no sabía muy bien a lo que se refería - y quiero empezar contigo ya que ambos tenemos muy claro que queremos pasar nuestras vidas juntos y esto también te atañe a ti - asentí. 

- Cuéntame lo que quieras, princesa, te ayudaré en todo lo que haga falta y haré lo que necesites - sonreí y besé su frente. 

- No hables sin saber - me respondió - igual puedes arrepentirte. 

Relatos sobre Kirito y AsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora