Relatos sobre Kirito y Asuna

Navidades

Eran las primeras Navidades de Kirito y Asuna como pareja al uso, aunque la madre de la castaña, Kyouko, había aceptado su relación hacía más de un año, todos los acontecimientos de Underworld les había alejado de celebrar estas fechas juntos. La ojimiel miró su mano izquierda donde yacía desde la noche en el monte Doraira el anillo de promesa que Kirito le regaló. La joven sonrió un tanto ruborizada al recordar aquella noche pues había sido muy especial para ambos. Mientras estaba sumida en sus pensamientos, Asuna no se dio cuenta que estaba siendo observada por su madre y su hermano.

- El amor le está afectando, mamá, mírala - sonrió Kouchiro - nunca la había visto así de feliz y de ausente de todo.

- Llevas razón - asintió su madre - aunque al principio no me gustaba esa relación, creo que he hecho bien al conocer a Kazuto- san. No es mal chico y hace muy feliz a tu hermana y eso es con lo que me conformo - sonrió. Asuna alzó la mirada y se ruborizó aun más al ver que tenía espectadores.

- ¿Qué ocurre? - preguntó un tanto tímida pues no quería que su madre descubriera que ella y Kirito habían llevado su relación a un punto más... físico.

- Nada - respondió Kyouko aun con la sonrisa en la boca - que nos alegramos mucho de verte así de feliz - aclaró - nada más.

- Mamá estaba reconociendo que Kazuto es un buen chico y que le gusta para ti - terminó de aclarar su hermano, a lo que Asuna miró a su madre con detenimiento para que le dijera que eso era así pero obtuvo una mirada huidiza y unas mejillas sonrojadas, lo que le hizo confirmar que su hermano había dicho la verdad.

- Bueno, como sea - dijo Kyouko moviendo su cabeza - hoy es Navidad y supongo que ambos tendréis planes con vuestras respectivas parejas, ¿no? 

- Obviamente - respondió Kou - ahora en una hora iré a buscar a Kaori e iremos a ver las luces - sonrió un tanto tímido.

- ¿Y tú, Asuna? - la mujer miró a su hija, quien no sabía qué responder dado que Kirito no le había pedido quedar hoy. Conociéndolo se había olvidado que era Navidad.

- Pues... la verdad es que no tenemos planes - contestó la aludida - Kazuto-kun no me ha dicho nada por lo que supongo que pasará el día con sus padres ya que Minetaka ha vuelto de América.

- Bueno, no creo que se haya olvidado, viendo como es tu novio estará en su casa hablándole al espejo para ver de pedirte una cita mientras su hermana y su madre le gritan para animarlo a que lo haga - rio Kou, que no podía estar más en lo cierto dado que en una casa familiar de Kawagoe, Kirito no dejaba de temblar con el móvil en la mano buscando la manera o la excusa de hablar con su novia para pedirle salir hoy mientras que Sugu y Midori le animaban a que le pidiera una cita a la castaña dado que desde el retorno del mundo de Alice no habían tenido mucho tiempo juntos a causa de que la rubia reclamaba constantemente al azabache.

- Es tan fácil como marcar un número - le dijo Sugu a su hermano - seguro que Asuna-san está deseando recibir esa llamada.

- Pero... no sé... igual celebra esas fechas en familia o piensa que es demasiado pronto para que vayamos juntos a hacer un plan de ese calibre... igual cree que vamos muy rápido - se justificó el que una vez había sido el mejor espadachín del SAO. Midori sonrió agriamente pues, como madre, sabía cosas de su hijo que, aunque él había intentado disimular, ella le había descubierto.

- Creo que lo de ir rápido podías haberlo pensado para otra situación - arqueó una ceja mientras miraba al azabache - y no con ir a Shibuya a ver la iluminación navideña - el chico se ruborizó pues su madre había descubierto que él y Asuna habían llevado su relación a un nivel más intimo. 

El joven estaba a punto de colapsar, entre el calor que tenía en ese momento, la vergüenza que sentía por haber sido descubierto por su madre y la insistencia de las dos en que llamara a su novia se sumó la llamada de Alice para proponerle lo que él quería hacer con Asuna. El chico terminó saliendo corriendo al baño para respirar y mojarse la cara con agua fría.