Sugu (3)

884 48 0
                                    

Sugu

Desde la vuelta de Kazuto a casa tenía ganas de recuperar la relación de hermanos que teníamos antes de alejarnos debido a que él se enteró que era adoptado. Me gustaría que volviéramos a ser los mismos de siempre, recuerdo que todos nos tenían envidia por la relación de hermanos tan especial que teníamos. 

Aunque gracias a la vuelta de Asuna mi hermano había vuelto a ser el mismo que era a los diez años, volvíamos a tener una relación más cercana. No sabía que podía haber pasado en ese juego pero mi hermano había cambiado de la noche a la mañana. Volvía a hacernos partícipe de sus cosas, ayudaba en casa, incluso estaba intentando aprender a cocinar. No sabía muy bien si el cambio de mi hermano se debía a Asuna o a sí mismo, pero no tenía importancia quién había sido el causante, sino la causa, que era que habíamos recuperado al Kazuto bromista, irónico y cariñoso que recordaba, el que hacía Kendo conmigo y con el que pasaba horas hablando de cualquier cosa. 

A pesar de que volvíamos a ser los mismos de antes, había una cosa que aún no había sido capaz de hacer porque no sabía como iba a poder tomárselo mi hermano ya que, aunque habíamos sabido hablar y, en parte, superar la discusión que tuvimos la noche que despertó la novia de mi hermano, no quería que pensara que lo hacía porque seguía teniendo esa clase de sentimientos hacía él, lo que quería hacer era invitarlo a que viniera a verme hacer Kendo. Simplemente lo hacía porque quería ver a mi hermano entre el público apoyándome como en los viejos tiempos. 

Hoy tenía una de las competiciones más importantes del año y que servía para obtener un puesto en las nacionales. Debía de quedar entre los tres primeros para poder clasificarme. Tenía tres invitaciones, una era para mi madre que iría sola ya que mi padre estaba en América. Esperaba darles las otras a Kirito y Asuna pero no sabía si iban a querer asistir pero moría de ganas de tenerlos entre el público pero, al igual que mi hermano, no soy muy buena con las palabras, por lo que me limité a poner el nombre de ambos en el sobre y lo deslicé por debajo de la puerta de la habitación de mi hermano, que estaba durmiendo. 

Una vez realicé eso, cogí la mochila del Kendo y salí de casa tan rápido como pude, no quería que mi hermano viera el sobre mientras yo estaba bajo el mismo techo. Cuando fui a abrir la puerta me encontré que estaba Asuna delante.

- Buenos días Asuna-san - sonreí.

- Hola, Suguha-san - me devolvió la sonrisa - ¿tienes entrenamiento de Kendo? - miró mi bolsa.

- Sí - mentí - mi hermano está en su habitación, supongo que se habrá dormido.

- Efectivamente - rió - por eso he venido porque habíamos quedado pero supuse que se había dormido.

- Desde que pasó todo lo del incidente de ALO que no dormía bien. Invertimos muchas horas en ese juego - intenté justificarlo.

- Sí, lo comprendo - me miró - pero no teníais que haberos quitado horas de sueño por mí. Prefería que estuvierais bien a que me rescatarais enseguida. Confiaba y confío en tu hermano, sabía que tarde o temprano daría con el camino de vuelta a él por lo que deberíais de haber descansado más.

- Eso díselo a él - me reí - que quería encontrarte cuanto antes y no paró hasta conseguirlo.

- Lo haré - soltó una carcajada - ve a entrenar, no quiero que llegues tarde por mí culpa - se ruborizó.

- Tranquila, voy con tiempo de sobra pero sí, me iré por si el metro se retrasa. Espero que nos veamos pronto, cuñada - sonreí al ver la reacción de Asuna, pues estaba sonrojada.

Salí de mi casa y me dirigí hacia el metro, sabía que conforme Asuna abriera la puerta de la habitación de mi hermano encontraría las invitaciones de mi torneo y tenía miedo de que no fueran a venir y me lo dijeran a la cara por lo que me fui cuanto antes de ahí.

Relatos sobre Kirito y AsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora