Shino Asada

856 41 32
                                    

Sinon

Habían pasado seis meses de lo ocurrido en GGO, estábamos casi en verano. Debido a que este año no quería irme de Tokio ya que tenía muchos planes con Liz y compañía, además de un trabajo a media jornada, mis abuelos vendrían a verme este fin de semana, ya que el lunes era festivo, para comprobar que estaba bien.

Durante este tiempo tanto Kirito como Asuna habían venido a buscarme al instituto para irnos a merendar o a hablar sobre ALO pues ya me veían adaptada al mundo de las hadas y aprovechábamos las meriendas para hablar de las misiones que haríamos por la noche. Había algo que no podía evitar sentirme culpable pues, desde que Kirito vino a buscarme por primera vez al insituto, no negué que no era mi novio, simplemente me limité a sonreír y me subí en su moto, lo que acrecentó más si cabe los rumores.

Al salir de clase me encontré esta vez solo con Kirito, había venido a por mi para pasar la tarde juntos, algo que se me hizo extraño ya que llevaba un par de días sin verlo ni a él ni a Asuna.

- Cuanto tiempo sin verte - le saludé - ¿Y Asuna?

- Se ha ido a pasar el fin de semana a Kyoto - respondió un tanto apenado, la iba a echar de menos - y hemos aprovechado estos días para hacer cosas los dos solos ya que hasta el martes no la veré.

Me subí a la moto con él y me llevó a mi casa para que dejara la mochila y me cambiara de ropa. De camino a mi hogar me contó que Asuna lo había acompañado a RATH a hacer unas cosas. Por más que lo intentara, no podía evitar ponerme celosa de mi mejor amiga pues estaba con el chico del cual yo estaba secretamente enamorada desde hacía un tiempo por eso nunca negué nada en el instituto pues me gustaba la idea de que, al menos en un lugar, se pensaran que Kirito y yo éramos algo más que amigos.

- ¿Y tú qué harás estos días? - me preguntó el moreno.

- Vienen mis abuelos a verme ya que este verano no iré con ellos - respondí.

Llegamos a mi hogar y, para mi sorpresa, mis abuelos ya estaban dentro de él. Sabía lo que se pensarían al verme con Kirito ya que desde que mis abuelos se hicieron cargo de mi custodia mi abuela no dejaba de insistirme en que me buscara un buen chico con el cual casarme y formar un hogar por lo que sabía que pensaría que Kirito sería ese chico.

- Que ganas de verte teníamos, Shino - me abrazaron - han sido muchos meses sin estar contigo.

Devolví el abrazo a mis abuelos y, finalmente, se percataron de la presencia de Kirito.

- ¿No nos vas a presentar a este apuesto joven, hija? - me preguntó mi abuela.

- Él es Kazuto Kirigaya - respondí.

- Qué alegría - me interrumpió mi abuela - veo que todo lo que he rezado ha servido para algo y, por fin, has encontrado a un buen chico. Tu padre estaría orgulloso.

Kirito me miró pues no sabía muy bien de lo que estaban hablando mis abuelos ya que él no sabía los rumores que se habían extendido por mi instituto. Nos sentamos en mi cama y Kirito en una silla, mis abuelos comenzaron a preguntarle todo tipo de cosas a Kirito, su edad, en qué instituto estudiaba, a qué se quería dedicar en un futuro... Con el paso de los minutos veía a mi amigo cada vez más incómodo pues parecía que se estaba dando cuenta de lo que estaba ocurriendo.

- Tengo que irme - dijo al cabo de un rato mi amigo - mi madre estará preocupada de que no he llegado a casa.

- Podríamos comer mañana - propuso mi abuelo - así conocemos más al íntimo amigo de nuestra nieta.

Kirito me miró en busca de ayuda pero me limité a hacer lo mismo que hacía en mi instituto, me callé y miré para otro lado.

- Que no se hable más - dijo mi abuela para romper el silencio - mañana nos vemos a la una en un restaurante francés muy bueno que hay en Shibuya.

Relatos sobre Kirito y AsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora