Fears

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Asuna estaba vagando por las calles de Tokio sin un rumbo fijo, no sabía dónde ir ni qué hacer. Acababa de descubrir algo que cambiaría su vida por completo y la única persona que podía consolarla no estaba. Kirito y ella se habían dado un tiempo para pensar en si su relación era buena para ambos y saber si el uno era el adecuado y el elegido para el otro. Esa decisión fue algo que ella misma decidió debido a que ya estaba cansada de tener que compartir a su novio con Alice ya que, desde la llegada de la rubia al mundo real, no podía tener un momento a solas con él en el que no apareciera o llamara la rubia. A pesar de que el azabache intentó oponerse de todas las maneras posibles a ese "tiempo" fue algo que terminó sucediendo dado que a Asuna a terca no la ganaba nadie y se había cansado de pelear, estaba harta de todo y de todos. Lo único que quería era tener una vida normal, con su pareja, sus amigos y su familia, estaba cansada de luchar por poder tener un par de minutos a solas con Kirito, de tener que sacar tiempo de donde no lo tenía para ver un rato a Sinon, Sugu o Liz y, más aún, estaba molida de tener que darle todo tipo de explicaciones a sus padres.

Actualmente ella era una mujer de veinticinco años, ya era lo suficientemente mayor para poder realizar su vida sin tener que decir el porqué hacía ciertas cosas dado que ya había terminado la carrera de negocios internacionales por lo que tenía un buen puesto de trabajo en la empresa de su padre. Otra de las cosas que la llevaron a pedir ese tiempo con Kazuto fue que ella ya estaba preparada para que su relación diera un paso más e irse a vivir juntos pero, como siempre, Alice se metió por medio haciéndose la víctima diciendo que si él se iba del hogar Kirigaya ella no podía quedarse con Midori y Sugu, algo que Asuna sabía dado que las dos mujeres Kirigaya se negaron en rotundo a que Alice viviera ahí con ellos, por lo que Kazuto se apiadó de la rubia y le dio largas a Asuna diciendo que no lo veía todavía muy claro pues aún era pronto para ello y el sueldo de él no daría para cubrir todos los gastos que una casa conllevaba.

La castaña siguió deambulando por la ciudad hasta que, sin querer, llegó al lugar que necesitaba en este momento.

***

Mientras Asuna daba vueltas por la capital del país sin un rumbo fijo, en su casa Kyouko, su madre estaba preocupada por el estado de ánimo de su hija. La mujer era consciente de que, hace unos años, la relación con su hija no había sido la mejor pero, actualmente, ambas habían sabido limar sus asperezas y se llevaban como una madre e hija normales.

- Kou, ¿sabes qué le ocurre a tu hermana? - le preguntó a su hijo mayor - últimamente no la veo muy bien y estoy muy preocupada. A penas come, alguna vez la he escuchado vomitar en el baño, se pasa el día durmiendo o llorando... ¿sabes si ella y Kirigaya-kun están bien?

- Pues creo que no lo están - respondió - me parece que Asuna le pidió un tiempo ya que sentía que Alice se metía demasiado entre ambos. Por lo visto Asuna le propuso irse a vivir juntos pero Alice se metió y Kazuto le dio una excusa mala a mi hermana. Sabes como es Asu y le dijo que necesitaba un tiempo para ver si esa relación era buena para ambos.

- Ese chico sigue siendo tan inmaduro como el primer día que lo conocí - dijo Kyouko algo furiosa - creo que es el único que no ha visto las verdaderas intenciones de Alice y eso que se ven a kilómetros de distancia.

- Lo sé pero, al parecer, él tampoco lo está pasando bien. El otro día tuve una reunión con RATH y estaba él. Está bastante mal y no dejó de preguntar por Asuna en todo momento. Obviamente no le respondí porque creo que a mí no me corresponde, son cosas que tienen que solucionar ellos, nadie más.

- Así es - asintió la mujer - pero voy a tener un detalle con tu hermana y este fin de semana nos iremos las dos a un spa para relajarnos y hablar tranquilamente, sé que a ella le vendrá bien. Voy a sacarlo con su ordenador y, así, cuando lo encienda verá la sorpresa.

Relatos sobre Kirito y AsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora