Declaración

761 42 71
                                    

Kirito

Tras tener un duelo de práctica con Eugeo, mi amigo me preguntó que de dónde sacaba la fuerza a la hora de pelear y, sin querer, casi se me escapa nombrar mi razón, que no era otra que Asuna. 

Me sabía muy mal tener que ocultarle algo así a Eugeo pero, debido a que era el primer amigo de verdad que tenía, no quería decírselo y que se enfadara conmigo porque sentía que le estaba mintiendo.

- Kirito - me habló el rubio - ¿estás bien? - lo miré interrogante - desde que te he preguntado quien le daba la fuerza a tu espada que estás muy raro. 

- Algo sí que me pasa - respondí mientras intentaba buscar las palabras idóneas para no sonar extraño - ¿alguna vez te has enamorado? - pregunté.

- Creo que, viendo la locura que estamos haciendo por Alice, esa pregunta se responde sola - respondió - y ¿tú?

- Yo... tengo novia, se llama Asuna - sonreí al pronunciar su nombre - es la novia más maravillosa del mundo. 

- Pero... si no recuerdas nada, no comprendo cómo recuerdas eso - me dijo Eugeo algo confuso. 

- Da igual, me acuerdo de ella y sé que la quiero - contesté - ella es la única que hace que mi corazón lata más rápido y más lento al mismo tiempo. Desde que estoy sin ella siento que no vivo ya que no la veo y ella no está a mi lado. No hay día en el que sueñe el instante en que la tengo de vuelta entre mis brazos.

- Vaya... no te hacía tan sentimental - sonrió mi mejor amigo - cuéntame más sobre esa chica.

- Es castaña, más o menos de nuestra altura y tiene unos ojos y una sonrisa que, con solo verlos, te enamoras en un instante - no pude ruborizarme al pensar en ella - con ella puedo ser yo mismo, comparto absolutamente todo con ella. No puedo verme sin ella, no sé cómo expresar lo que siento cuando estamos juntos o nos besamos. En ese momento comprendo que estoy enamorado. Sé que, posiblemente, no entiendas a lo que me estoy refiriendo pero tiemblo cada vez que ella pasa por mi lado. Cada noche que me voy a dormir sueño con ella y sus besos. Al despertar, estoy como una rosa, tengo que sentarme porque siento como mi cuerpo flota - sonreí. 

- Vaya, no pensaba que fueras tan profundo - dijo Eugeo analizando todo lo que había dicho - creía que solo dormías y comías - rió. 

- Solo cuando hablo de ella me sale ser así - respondí un tanto avergonzado - y, hablando, de comida, cocina para morirse. Nunca he probado mejores platos que los de ella. Me encantaría que os conocierais porque sé que os llevaríais bien - sonreí - en muchos aspectos me recuerdas a ella porque contigo también puedo ser yo mismo. 

- ¿Cómo os conocisteis? - preguntó el rubio. 

Le conté toda la historia de Aincrad, ALO y GGO, por último le hablé de Yuuki. 

- Tengo ganas de verla - suspiré - creo que, cuando murió su mejor amiga no estuve con ella tanto como merecía, aunque no me separé de ella por un momento, creo que debería de haberme preocupado más por su estado de ánimo pero como soy una persona parca en palabras nunca me salía bien el preguntarle cómo estaba, me limitaba a abrazarla y besar su frente, reconfortarla mientras lloraba. ¿Sabes? Siempre pienso que ella podría haber estado con alguien mejor que yo y, sin embargo, sin comprender muy bien el porqué, me eligió a mí como su compañero de vida, aquel a quien le ha dejado por completo la protección de su espalda, se ha enfrentado a su madre solo por estar conmigo. Me siento muy afortunado de tenerla y que, a pesar de ser como soy, siga queriendo pasar su vida junto a mí. 

- ¿Por qué no le pides matrimonio cuando te reencuentres con ella? - cuestionó el rubio. 

- Verás - me rasqué la nuca - antes de venir aquí, le hice una promesa, que en un futuro nos casaríamos, incluso le regalé un anillo para que fuera más importante dicha promesa. Cabe decir que ella no se quita el anillo para nada. Un día mi hermana intentó robárselo de broma y casi se lleva un puñetazo - reí. 

- Ahora entiendo cuando has dicho Asu - pensó en voz alta - querías referirte a ella. 

- Así es - sonreí - ella es quien me da fuerzas para salir adelante. 

- Pero, a juzgar por como te acuerdas, es como si recordaras más de lo que dices realmente - apuntó Eugeo. 

- Me gustaría contarte la verdad pero antes quiero saber que no vas a enfadarte conmigo - asintió y le conté todo lo que tenía que ver con el mundo real y el como acabé aquí - es por eso que tenemos que rescatar a Alice cuanto antes, porque es la única manera que tengo de volver a ver al gran amor de mi vida. 

- Lo entiendo - sonrió - y cuenta conmigo, amigo - me dio una palmadita en el hombro - iremos a Centoria y nos reencontraremos con nuestras chicas - sonrió - tengo ganas de conocer a Asuna y saber más batallitas de ti, seguro que tiene muchas. 

- Será lo primero que haga cuando me reencuentre con ella - sonreí - presentártela. 

Eugeo y yo charlamos durante un rato más y nos fuimos a dormir. Día a día fuimos avanzando en nuestra misión de salvar a Alice pero, tristemente, todo se truncó cuando tuvimos que salvar a Ronye y Tieze de manos de Humbert y Raios. Fuimos detenidos por ello y nos llevaron a Centoria para ser juzgados. 

Por suerte, gracias a Cardinal, pudimos liberarnos pero, tras enfrentarnos a Quinella, Eugeo dio su vida por salvarnos a Alice y a m. Con su último aliento de vida me dijo algo que no olvidaré nunca.

"Haz que sonría, hermano, porque ella, Asuna, es y será la que alegre tus días. Hazme caso"

Y, así, se marchó. Hoy, tres años después de su partida, sigo cumpliendo lo que me pidió Eugeo, no hay día que no me acuerde de él pero, gracias a Asuna, pude superar el dolor de su pérdida pero no su marcha.  Nos habíamos convertido un apoyo fundamental el uno para el otro ya que los dos habíamos perdido a nuestros dos mejores amigos y, aunque era un dolor que no íbamos a poder superar, siempre estaríamos juntos para apoyarnos. A pesar de ser un día triste para mí, quería pedirle a la razón de mis sonrisas que uniera su vida a la mía, solo esperaba que me dijera que sí. 

"Hermano, dame fuerzas y ánimo para hoy" pensé mirando al cielo mientras notaba el anillo en mi bolsillo "lo voy a necesitar, solo espero que acepte" sonreí. Noté como el viento soplaba en mi cabello, era su manera de darme su ánimo y transmitirme su esperanza para que tuviera valor y me arrodillara. Sonreí y caminé hasta el lugar donde había quedado con el gran amor de mis días, hoy sería el primer día del resto de mi maravillosa vida.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola!! Aquí os dejo un nuevo relato, me he basado en un video de Rising Steel, en el cual Eugeo le pregunta que de donde saca la fuerza y Kirito, sin querer, se le escapa un poco de Asuna. Espero que os guste!!

Gracias por todo!! Nos leemos pronto 🥰🥰🥰🥰

Relatos sobre Kirito y AsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora