Y decirte alguna estupidez como, por ejemplo, te quiero

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Kazuto se acababa de despertar, hoy lo había hecho más temprano que de habitual pues hoy Asuna recibía el alta hospitalaria y se había confabulado con el padre de ésta, Shouzou para que fuera él quien iría a por ella para sacarla del centro sanitario.

- La única condición que te pongo, Kirigaya-kun - le dijo el padre de su castaña - es que antes de las seis mi hija esté en nuestro hogar. Tienes mi número, así que me llamas y enviaré un coche a por vosotros.

- Vale, señor Yuuki - sonrió el azabache pletórico de felicidad.

Asuna y él habían continuado con la relación que comenzaron en el mundo virtual por lo que le hacía muy feliz poder tener citas en el mundo real también. Aunque las cosas entre ellos no habían cambiado había algo a lo que el moreno seguía reticente, no era capaz de pronunciar las palabras mágicas, las cuales tenía ganas de estar diciéndoselas a su subcomandante a todas horas pero solo fue capaz de pronunciarlas una vez tímidamente. A Asuna, en cambio le resultaba más fácil poder decirlas y demostrarlas, pero a él solo le salía hacer lo segundo y se tenía rabia por ello puesto que la castaña merecía saber cuánto lo amaba pero él era así, ante bosses podía ser el hombre más valiente del mundo pero, en cambio, a la hora de expresar sus sentimientos era negado, se acobardaba y se sentía pequeño. Ya le pasó cuando salió del hospital con su madre y su hermana y ahora le pasaba con la que él consideraba que era el amor de su vida.

El castaño dejó de pensar en ello en la cama y decidió bajar a desayunar dado que todavía quería ducharse y arreglarse para estar guapo para ella. En la cocina ya estaban su madre y su hermana ya que era día laborable y ambas tenían sus quehaceres diarios.

- Buenos días - dijo sonriente a ambas mujeres Kirigaya mientras se ponía café en una taza y cogía un poco de pan tostado que había preparado su madre.

- Hola hijo, ¿a qué se debe tanta felicidad hoy? - preguntó Midori.

- A que le dan el alta a Asuna, mamá - respondió Sugu ya que sabía que su hermano iba a ser incapaz de expresar con palabras a qué se debía su felicidad - y el padre de Asuna le ha dado permiso a Kazu para que vaya a buscarla él.

- Que buena noticia - lo abrazó su madre - espero que no tardes mucho en traer a tu novia por casa y llévate una manta o una buena chaqueta, no vaya a resfriarse.

Kazuto asintió y se sentó en la mesa enfrente de su hermana, su madre ya se había levantado para terminar de prepararse e irse.

- ¿Hoy será el día que por fin le digas las palabras mágicas, Onii-chan? - le preguntó Sugu cuando lo pilló un tanto desprevenido. Nadie mejor que Sugu sabía lo mucho que estaba sufriendo el azabache por no poder expresarle a su novia lo que realmente sentía por ella - simplemente tienes que relajarte y decirlo, no pienses en más. Yo sé que lo sientes y, aunque lo demuestres, a Asuna-san le encantaría escucharlo.

- ¿Te ha dicho algo? - preguntó asustado dado que Asuna le dijo que su hermana había ido en alguna ocasión a visitarla al hospital y a hacerle compañía puesto que su escuela estaba al lado de donde su cuñada estaba ingresada. Sugu negó con la cabeza riéndose.

- Somos mujeres - respondió su hermana - aunque no digamos las cosas, entre nosotras nos entendemos.

- De verdad que me encantaría hacerlo - respondió el muchacho con toda la sinceridad del mundo - pero no sé muy bien cómo hacerlo.

- El momento idóneo no existe, hijo - dijo Midori por detrás - simplemente cuando te sientas preparado, dilo.

La madre de ambos hermanos les dio un beso y se marchó a su puesto de trabajo. Sugu y Kazuto terminaron de desayunar y subieron a sus habitaciones, el chico entró al baño para prepararse mientras que la muchacha se marchó a su escuela. Cuando Kazuto salió del baño se vistió con una sencilla camiseta negra y los pantalones a juego, cogió la chaqueta que se puso cuando la vio en el hospital la primera vez, metió en una mochila una cosa y salió de casa. Subió al autobús y esperó impaciente que este lo dejara en el hospital de Saitama.

Relatos sobre Kirito y AsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora