Aincrad (1)

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¿Qué hubiera ocurrido si en lugar de Asuna hubiera sido su hermano el que entrara a Aincrad?

Finalmente, un siete de Noviembre de 2024, Kou y yo conseguimos poner fin a la pesadilla a la que entramos hace dos años. Entre los dos pudimos con el jefe del piso 100, que no fue otro que el líder de los KoB y nos dejó libres. Antes de cerrar sesión quedé con Kou en conocernos en el mundo real y celebrar junto al resto de jugadores nuestra salida de aquel infierno. 

Conocí a Kou durante la prueba beta, ambos estábamos entusiasmados por el juego ya que era pionero en su campo. Fue con Kou con quien me quedé encerrado en esta fortaleza flotante y fue con él con quién fui subiendo de nivel. Aunque no estaba bien visto hablar sobre el mundo real, algunas veces a mi amigo se le escapaban cosas sobre su familia. 

- ¿Sabes, Kirito? - me dijo uno de los días que estábamos entrenando - tengo una hermana pequeña, supongo que tendréis la misma edad. Cuando salgamos de aquí te la presentaré, algo me dice que os vais a llevar muy bien. 

Hoy, por fin, iba a ver a mi amigo virtual en este mundo. Nos había costado quedar debido a que tuvimos que someternos a muchas terapias psicológicas ya que querían comprobar si nos habían quedado secuelas. 

Me encontré con Kou en Akihabara, era igual que su avatar, solo cambiaba la voz, pero lo demás era igual que en Aincrad. Pasamos la tarde mirando mangas, videojuegos y figuras de anime. Realmente Kou era el primer amigo que tenía en mi vida en este mundo dado que yo no era muy sociable. Después de la tarde tan agradable que pasamos quedamos en volver a vernos el fin de semana ya que él era más mayor que yo y tenía que hacerse cargo de la empresa de su familia por lo que hoy había podido verme porque su hermana le cubrió. 

- Nos vemos el sábado - me dijo Kou mientras esperábamos el metro - y le diré a Asuna, mi hermana, que me acompañe. Sé que le vas a caer bien y algo me dice que ella necesita un amigo como tú. 

Asentí y acepté los planes que me estaba proponiendo mi amigo. No sabía porqué pero el nombre de su hermana me había hecho sonreír, sentí algo en mi interior que no sabía muy bien que era, pensé que era vergüenza pues nunca en mi vida había hablado con una chica. Me marché a casa y me puse a leer los mangas que me había comprado con mi amigo. 

Los días pasaron y llegó el sábado, Kou me escribió para vernos en Yebisu Garden Place ya que la Navidad estaba próxima y él y su hermana tenían que buscar un regalo para sus padres. Me arreglé lo mejor que pude ya que no iba a ver solo a mi amigo, vendría su hermana con él y quería dar buena imagen. Me despedí de mi madre y de mi hermana y me subí a la moto que me compré con mis ahorros. Llegué antes que mi amigo al lugar acordado y me senté a esperar. Al cabo de cinco minutos llegó Kou con una chica que no parecía real. Era preciosa. Podía jurar que me quedé con la boca abierta cuando la vi. Era castaña, debía de medir metro sesenta y algo, tenía la piel algo pálida pero era hermosa. Quedé prendado de ella según la vi pues me parecía que su belleza no era de este mundo. 

- Hola Kazu - me dijo Kou - espero que no te hayamos hecho esperar demasiado, pero aquí la señorita no sabía que ponerse - vi como su hermana se ruborizó - ella es Asuna, mi hermana. Asu, él es Kazu, el chico del que te hablé. 

- Hola, ¿qué como... tú estar? - hablé sin pensar, parecía tonto. 

- Bien - sonrió la muchacha mientras me tendía la mano, sentí una ligera descarga eléctrica durante ese momento, noté que mi corazón se aceleraba. 

Después de las presentaciones, fuimos en búsqueda del regalo. Desde que le dije hola a la hermana de mi amigo no daba pie con bola, me tropecé en varias ocasiones, en una de ellas me caí, lo que hizo que Asuna se riera mientras Kou me ayudaba a levantarme. Su risa me gustaba, me quedé como un idiota mirándola, no fui capaz de escuchar como Kou me decía que pusiera de mi parte para levantarme. Una vez encontramos el regalo fuimos a una cafetería cercana para merendar, me pedí un crepe y un batido, aunque debido a los nervios que tenía tiré mi batido sobre la mesa y no pude merendar. 

Relatos sobre Kirito y AsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora