Alice (2)

773 29 10
                                    

Asuna y Kirito despertaron a la mañana siguiente en su recién estrenada casa. Ambos habían pasado una noche pésima, el azabache a causa de los dolores que tenía y la castaña por el sentimiento de culpabilidad de haber desconfiado de su novio.

Después de darse los buenos días con varios besos, Asuna se levantó para hacer algo de café. Por suerte sus padres le habían dejado algo para desayunar la noche anterior. Mientras preparaba todo, comenzó a sonar su teléfono por lo que fue corriendo a responder ya que Kazuto se estaba quedando dormido y no quería que despertara pues estaba muy dolorido.

- Ya era hora que respondieras - era Liz - te llevo llamando desde que te fuiste del Dicey. Nos tenías muy preocupados.

- Lo siento - se disculpó la joven - pero necesitaba irme como fuera, Alice se pasó demasiado.

- Más te pasaste tú - le reprochó - ninguno de nosotros comprendimos como podías haber desconfiado de Kirito de esa manera y más cuando tú viste el estado en el que estaba en Underworld. No estuvo nada bien, te lo tengo que decir. Sabes de sobra que a todas de nosotras nos ha gustado en algún momento tu novio y no has desconfiado porque, a su manera, nos ha ido rechazando y desde Aincrad ha demostrado que solo te quiere a ti.

- Llevas toda la razón, no he dormido en toda la noche pensando en ello. Tengo que disculparme con él ahora mismo.

- Espérate un momento, que conociendo a tu novio estará durmiendo, son las seis de la mañana, es raro que esté hasta yo despierta - rió. Asuna se ruborizó al ver al dormilón de su novio en su nueva cama. Lo estaba observando desde el umbral de la puerta - podríamos vernos y tomamos café o algo juntas. ¿Voy a tu casa a por ti?

- Verás... es que anoche hubo un cambio de los acontecimientos - dijo la castaña.

- ¿Kirito fue a buscarte a tu casa, le perdonaste y os fuisteis juntos de hotelito romántico? - preguntó - y ahora mismo estás desnuda en el baño mientras hablamos y te duelen las piernas por culpa de la noche de sexo desenfrenado que habéis tenido.

- No exactamente - rió - es decir, sí que vino a buscarme pero... como soy tan terca le dije a Sada que no quería que le dejara entrar por lo que trepó hasta mi habitación pero, por culpa de la lluvia, se resbaló y cayó.

- Pero, ¿está bien? - preguntó preocupada la antigua herrera.

- No, se ha roto una pierna y un brazo - respondió - tiene que ir en silla de ruedas por la casa.

- De verdad... tu novio es de lo que no hay. Cuando se trata de ti y de recuperarte no atiende a razones ni ve más allá de sus narices - dijo algo molesta - debería de empezar a tener un poco más de cabeza.

- Bueno, yo me enamoré de él siendo así, vería raro que cambiara ahora después de tantos años - sonrió - me gusta que sea de esa manera. Además, no creo que ya haga más locuras de ese tipo.

- No lo sé, déjame dudarlo - la interrumpió - ahora entiendo el cambio de los acontecimientos que decías. Cuando sea una hora más normal llamaré a Sinon e iremos a Kawagoe a verlo.

- Ese es otro cambio - sonrió - que no está en Kawagoe.

- ¿No fastidies que está en tu casa? - preguntó sorprendida - sabía que tu madre lo había aceptado pero no pensaba que llegara a ese nivel.

- Tampoco está en mi casa - dijo la castaña.

- ¿En un hotel?

- No - rió.

- Está bien, me rindo - respondió - no sé dónde puede estar tu novio.

- Estamos en nuestra casa. No me interrumpas - le leyó la mente a su amiga - cuando cayó de mi ventana, vinimos al hospital con él e hizo que fuera yo quien firmara los papeles del alta. Cuando llegamos con Midori, los leyó y en ellos ponía que había acudido acompañado de su prometida. Como es obvio, su madre le pidió una explicación, la cual dio y fue demasiado romántica, cabe decir - se ruborizó la muchacha - a pesar de que su intención era que nos casáramos ya, sabía que mis padres no iban a aceptar el compromiso por lo que invirtió lo que ganó en GGO en un pequeño apartamento y como él tenía que recuperarse, pidió venir aquí por lo que me vine yo también. Nos quedaremos a vivir aquí juntos, solo me quedan tres meses para la universidad así que supongo que a mis padres no les importará que me quede aquí pues Kirito eligió esta casa porque está cerca del campus universitario en el que voy a estudiar.

Relatos sobre Kirito y AsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora