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"Quiero que cada vez que uses la espada pienses en mi."


Asuna se desconectó tras presenciar la escena, que incluía dicha frase, entre su novio y Sinon, una chica recién llegada al grupo. No le dio tiempo a su novio ni tan siquiera de decirle adios. A la chica de ojos de color de miel le llamaba la atención la rápida confianza que Sinon le había cogido a su novio, pues ella tardó más de un año en aceptar sus sentimientos, por no hablar del tiempo que le tomó reunir todo el valor posible para acercarse a la tienda de Agil para verlo y hablar con él. 

Asuna recordó el día que la besó Kirito por primera vez, inconscientemente, se llevó la mano a los labios, que estaban esbozando una amplia sonrisa. Aunque al principio no reaccionó cuando Kirito la besó, al cabo de unos segundos lo hizo y fue maravilloso. 

Por cosas como su primer beso o su primera vez, Asuna se sentía demasiado comedida, sentía que Sinon había entrado en el grupo decidida a comerle terreno y, la castaña, pensaba que lo estaba consiguiendo pues Kirito parecía encantado. 

Desde pequeña Asuna había tenido ese caracter tímido y comedido, tendía a no hablar demasiado, de hecho, cuando era una estudiante de guardería se escondía detrás de la chaqueta de su padre cada vez que su familia saludaba a algún conocido. Siempre había sido una chica que no tenía muy claro lo que quería hasta que lo conoció a él. Kirito fue la primera vez por la que Asuna peleó por algo pues previamente era una chica muy dócil que tendía a aceptar todas y cada una de las órdenes de su madre pero tras ser salvada por él sintió algo en su interior que era completamente nuevo para ella pero que cada día que pasaba se hacía más grande. El sentimiento que tenía fue amor, como comprendió meses más tarde, cuando buscaba su nombre entre su lista de amigos para saber si seguía vivo o buscaba la excusa más tonta para buscar a Argo y pagarle por la información que tenía acerca de su amado espadachín negro. Aunque en ese instante lo comprendió pero terminó por entenderlo el día que, con la idea de recriminarle que estuviera durmiendo en vez de estar pensando una manera de ataque, acabó durmiéndose junto a él. Ese día fue la primera vez que Asuna descansó desde el inicio del juego y, a pesar de que se hizo la ofendida al despertar, en el fondo estaba feliz pues estaba enamorándose y sentía que era algo bonito. 

Según fue pasando el tiempo, ese amor no hizo más que crecer y, cuando fue correspondido, Asuna sentía que estaba flotando en una nube. Se sentía la mujer más afortunada del mundo, lo tenía a él y con eso le era suficiente. El día que Kirito y ella se casaron lo sigue considerando uno de los días más felices de su vida junto a su luna de miel en la cabaña del piso 22, aunque fuera en un mundo virtual, ella fue muy feliz ahí. 

Tristemente Asuna creía que ese amor que nació en Aincrad y que en el mundo real iba cada día a más, habían experimentado la pérdida de su virginidad juntos y ambos habían sido el primer beso del otro, incluso, pese al poco tiempo que llevaban saliendo, habían hecho cosas que hacen las parejas que llevan ya una temporada juntos, pues Kirito antes de entrar a GGO le presentó a sus padres, coincidiendo que Minetaka había venido de América, estaba muriéndose. Asuna se lo pasó muy bien esa noche en casa de su novio, sentía que Midori y Minetaka habían aceptado su relación. Por todo ello no comprendía muy bien qué podía haber pasado para que ahora pareciera que ese amor estaba disminuyendo. 

Mientras Asuna buscaba una explicación no dejaba de aparecer ante ella la visión de futuro que tenía con Kirito, en el cual se veía casada y con un par de hijos. Esa visión fue alimentada por su propio novio pues cuando paseaban solos por la calle y veían a una familia con un carrito de bebé el moreno siempre tenía la misma frase. 

- Algún día serás tú quien lleve ese carrito con nuestro hijo. Y yo seré el orgulloso papá que vaya al lado admirando a lo más preciado y bonito que le ha ocurrido en la vida.

Relatos sobre Kirito y AsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora