Meñique

585 35 12
                                    


Asuna, una chica castaña de veinticinco años, se encontraba en una de las discotecas de moda junto a sus dos mejores amigas, Liz y Sinon. Ella, a pesar de que no era nada amiga de ese tipo de locales, había venido tras la insistencia insoportable de ambas chicas.

- Chicas, me voy a ir - dijo en una de las ocasiones - me estoy aburriendo y por mucho que sea tu cumple, Liz, mañana tenemos que trabajar y debemos ir descansadas - las tres chicas trabajaban para el padre de Asuna en RECT.

- Venga, no seas tan aburrida - le insistió Liz - te prometo que en una hora nos vamos.

- Por favor, Asuna, quédate un rato - Sinon ponía la cara que fuera imposible negarse por lo que Asuna asintió y, a pesar de no beber, las tres amigas se dirigieron a la barra a pedir unas copas.

Mientras las tres chicas bailaban, bebían y se reían, entró la verdadera razón por la que ellas estaban ahí. Liz y Sinon habían acordado con Klein, un compañero de trabajo, que él y Kazuto, el encargado del área de domotica de RECT, vendrían al pub para que Asuna y Kazuto se animaran a entablar una conversación más allá de la oficina y lejos de los ojos del jefe, quien a su vez era el padre de Asuna, lo que hacía que para la castaña fuera imposible entablar ningún tipo de relación con alguien del otro sexo. Según se abrió la puerta y la castaña vio a Kazuto, no le quitó la vista de encima.

- Ya veo porqué insistiais en que me quedara - dijo algo ofendida ya que ella consideraba que no era lícito entablar una relación romántica con alguien de la empresa de su padre.

- ¡Oh, vamos, Asuna! - exclamó Liz - deja de engañarnos a todas. Estás loca por ese chico y él por ti, deja de hacerte la dura y lánzate. Sabes que tiene a toda la empresa detrás de él pero a Kazuto solo le gustas tú, habla con él y, por una vez en tu vida, disfruta, que es algo bueno lo que te ocurrirá.

Como sabían que no se iba a atrever, Sinon empujó a su amiga hacia donde estaba el azabache. Klein, al estar al tanto, hizo lo mismo. Ambos jóvenes, con la excusa como disculpa, comenzaron a hablar sobre las razones que los habían llevado ahí esa noche. A Asuna le pareció que Kazuto era un chico muy dulce y simpático. En el momento más algido de la conversación, cuando estaban a punto de intercambiar números, apareció la chica del pelo corto.

- Asuna, es nuestra canción, tenemos que bailarla - la castaña miró a Kazuto.

- Ve a divertirte, yo estaré por aquí con Klein - sonrió y la castaña asintió.

Pasaron un par de horas y Asuna siguió bailando y tomando copas con sus amigas.

- Asuna, perdón por molestar pero me voy ya y creía que, después de haber estado hablando durante un buen rato me parecía justo despedirme de ti - en ese momento habló el alcohol por la jóven Yuuki y lanzó al azabache dentro del círculo que había formado con sus amigas, lo que provocó que a Kazuto le subiera el color de sus mejillas mientras que la chica de gafas y Liz bailaban a su alrededor para él. Una vez consiguió librarse de las dos chicas, Kazuto buscó la manera de marcharse sin decirle nada a Asuna pues, a pesar de que le gustaba mucho esa chica, él no quería a su lado a una persona fiestera que le gustaba ese tipo de locales y emborracharse - te mandaré un mensaje el lunes por el correo interno del trabajo - le dijo a la castaña.

El azabache se dirigió a la puerta cuando, Asuna, en un ataque de locura, le paró.

- Sé que no me escribirás ningún mensaje el lunes y fingiras no conocerme cuando me veas en RECT - dijo.

- Te prometo que no será así- respondió él para intentar librarse ya que la chica llevaba razón.

- Entonces hagamos una promesa de meñique - propuso mientras tendía su meñique izquierdo - así no te quedará más remedio que mandarme un mensaje para que tengamos una cita lejos de RECT y de este local.

Kazuto miró a la castaña durante un rato bastante largo y, al ver el rostro de que la muchacha hablaba en serio, unió su meñique al de ella en señal de que le enviaría un mensaje en unas horas para tener una cita. Intercambiaron sus teléfonos y cada uno se marchó a su sitio.

Al día siguiente, Kazuto, seguido por su cumplimento a la palabra, le mandó un mensaje a la castaña, como prometió. La respuesta no se hizo esperar y quedaron para ese mismo día. El chico se vistió rápidamente y fue a buscarla al apartamento que la joven Yuuki tenía en pleno Shibuya.

La recogió en su moto y fueron a la playa. Ambos jóvenes se bañaron en el mar, jugaron a perseguirse e hicieron castillos de arena. Comieron hamburguesas en un puesto ambulante y, cuando quisieron darse cuenta, estaban pasando el día juntos.

- Podríamos ir a mi casa a jugar a videojuegos - propuso la castaña pues durante el rato que habían pasado juntos se habían conocido a la perfección - tengo un juego nuevo y creo que eres la persona idónea para estrenarlo.

- Me parece muy buena idea - sonrió- no puedo negarme.

La castaña sonrió victoriosa y volvieron a sus apartamento. Entre partida y partida, llegó su primer beso, el cual habían ansiado mucho ambos por él. Cuando comenzó a hacerse tarde, Kazuto se marchó pero quedaron en verse al día siguiente, algo que hicieron realidad. A esa cita la siguió otra al día siguiente y otra al siguiente. Los días acabaron convirtiéndose en meses y, cuando quisieron darse cuenta, habían sido las navidades más románticas de la vida de ambos jóvenes. Hicieron todo tipo de cosas juntos, incluso cenaron con ambas familias. Ambos muchachos se habían convertido en inseparables.

Seis años después Kazuto sigue riéndose contándole a su hijo como su madre le hizo prometer con el meñique que volverían a verse. A pesar de que se ría d la vergüenza que pasó en aquel momento, a día de hoy sigue siendo la mejor promesa que ha hecho el azabache en su vida pues, dos años después de aquella noche, unieron sus vidas para siempre y, unos meses después, dieron la bienvenida a su primer hijo el cual sería hermano mayor en unos meses. Ambos estaban agradecidos a esa promesa pues, de no haberla hecho, de no haber sacado Asuna una valentía impropia de ella, no hubieran llegado a donde ahora mismo se encontraban y, posiblemente, se hubieran perdido la oportunidad de conocer al gran amor de sus vidas.

-------------------------------------------------------

Hola!!! Aquí os dejo un relato, espero que os haya gustado. Prometo que nos leeremos pronto.

Gracias por vuestro apoyo!!!! 🥰🥰🥰🥰🥰

Relatos sobre Kirito y AsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora