Agridulce

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Kirito

Estábamos de celebración, era el cumpleaños de mi gran amor. Hoy cumplía diecinueve años y no podía estar más feliz por ella. Desde que habíamos salido de Underworld me propuse a mi mismo ser más demostrativo con ella, que se sintiera valorada, quería agradecerle todos y cada uno de los gestos de amor que ella me había hecho a mí.

Debido al día que era, iría a cenar con la familia de Asuna dado que desde nuestra llegada de Underworld Kyouko quería que tuviéramos mejor relación.

Flashback

Había pasado un día desde que desperté en la cama del hospital. Desde entonces Asuna no me había dejado solo ni por un minuto, el único momento que me dejó fue  cuando se fue a su casa a dormir. 

Hoy, mientras esperaba la llegada de mi castaña favorita, había venido a verme la enfermera para ver qué tal había pasado la primera noche y traerme el desayuno. Mientras comía no podía evitar acordarme de la comida tan deliciosa de mi amada esposa virtual y novia real. Masticando me encontraba cuando escuché el picaporte de la puerta, enseguida se me dibujó una amplia sonrisa en mi rostro pues pensaba que era el amor de mi vida quien abría pero cuando se abrió por completo me atraganté con el trozo de galleta que tenía en la boca. 

La persona que estaba abriendo era la madre de Asuna, Kyouko, no sabía que quería y porqué estaba ahí, si hubiera alguien viéndome de fuera seguramente me diría que estaba igual de blanco que la pared que tenía a la espalda. Me bebí un trago de agua para que me terminara de bajar la galleta por la traquea y después di un trago de aire. No quería comer más estaba muy asustado de lo que pudiera decirme la señora Yuuki. 

- ¿Cómo te encuentras, Kirigaya-kun? - me preguntó con un tono de voz más cariñoso del que solía hablarme. 

- Bien - sonreí lo mejor que pude, me sentí idiota, parecía que me había olvidado de hacer cualquier cosa, era increíble como podía haberme enfrentado a boss mucho peores en Aincrad y no ser capaz de hablar con mi suegra más de dos palabras, pues no era la primera vez que me sucedía algo así - ya me queda menos para irme a casa. 

- Me alegro - dijo mientras se sentaba en la butaca de la habitación - ¿podemos hablar un momento?

- Sí - respondí sentándome más recto en mi cama. 

- Quería agradecerte por cumplir tu promesa - me dijo - me has devuelto a Asuna sana y salva. Creo que te juzgué antes de tiempo y estoy muy arrepentida de ello - continuó - me gustaría que empezáramos de cero, ¿qué me dices?

- Por supuesto - sonreí - sabes que daría mi vida con tal de que Asuna estuviera bien y a salvo. 

- Lo sé y me lo has demostrado varias veces - me sonrió la madre de Asuna por primera vez - ¿qué te parece si vienes a cenar el día del cumpleaños de Asuna? - preguntó entusiasmada - podríamos ir a su restaurante favorito Kou, Shouzou, ella, tú y yo, sería como un plan familiar pues, a fin de cuentas, ya eres uno más de nosotros - sonrió de nuevo. 

- Me parece maravillosa la idea - sonreí liberando algo más de tensión pues iba todo bien.

Fin del flashback

Por lo que, a causa de aquella conversación en la habitación del hospital, me encontraba en la puerta del restaurante favorito de mi novia, esperándola a ella y a toda la familia al completo. Me había puesto un traje de mi padre, era negro con la corbata a juego y la camisa blanca, me venía bien a pesar de que era de mi padre. Aparqué la moto a unos metros de distancia del local pues estaba nublado y tanto a mi novia como a su familia y a la mía no les gustaba que condujera cuando hacía ese clima, tenían miedo a que tuviera un accidente y me pasara algo. De camino compré dos ramos de flores, uno grande para el amor de mi vida y otro más pequeño para su madre, era la primera vez que cenaría en paz y armonía con ellos y quería quedar bien. 

Relatos sobre Kirito y AsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora