Relatos sobre Kirito y Asuna

Prioridades

"Jamás consiguió ser el primero en nada, pero cuando logró enamorarla consiguió ser el último"

Dani Rovira.

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Kazuto siempre había sido un chico que nunca había destacado en nada. Era un alumno promedio durante su época de estudiante, aunque en su clase sus notas siempre estaban entre las más altas, nunca había sacado la máxima nota, de normal siempre había alguien por delante de él que lo hacía ser el segundo o el tercero. Lo mismo ocurría con el Kendo, a pesar de que se le daba bien, por delante suyo había chicos que destacaban más, llevándose siempre los méritos, las compensaciones y las medallas en las competiciones.

Pero él no sólo se sentía un segundón en el Kendo o en la escuela, en su familia también se sentía un poco desplazado pues él era el "añadido" dado que, como descubrió unos años atrás, él era adoptado. Sus padres no eran sus padres y lo mismo ocurría con su hermana pues en realidad eran sus tíos y su prima por lo que él pensaba que siempre iba a estar a la sombra de Sugu ya que ella sí que era la hija biológica de Midori y Minetaka por lo que en un momento de vida o muerte sus tíos siempre la elegirían a ella por delante del pobre huerfanito.

Con todos estos sentimientos en su interior, Kazuto se fue haciendo cada vez más distante y se fue convirtiendo en una persona más hermética que se cerraba en sí mismo. Rara era la vez que bajaba a cenar o comer con su familia y más extraño era verlo entablar algún tipo de conversación con Midori o Suguha dado que pensaba que no era digno merecedor de pasar tiempo con ellas, no quería cogerles más cariño porque si en algún momento pasaba algo, él sería el que se quedaría fuera de cualquier tipo de elección dado que no compartían la misma sangre al completo, solo era una mitad lo que compartía con Sugu y, para colmo, no era la mitad Kirigaya, era la de Midori.

Desde que él descubrió que era adoptado se castigó por ello, pensaba que el ser la segunda opción de todos era un castigo que le había impuesto la vida. Sentía que no era digno merecedor de un amor primerizo o de ser la primera opción de alguien o en algo, por lo que se pasaba los días encerrado en su habitación, no quería entablar ningún tipo de relación con nadie pues sabía de sobra que nunca iba a ser la primera persona para ese alguien por lo que decidió quedarse consigo mismo, alejándose de todas y cada una de las personas que lo rodeaban, no tenía amigos en la escuela, no se fijaba en las chicas porque, seguramente, ellas no se fijarían en él por lo que lo vió como un mecanismo de defensa, no se enamoraba y así evitaba pasarlo mal, y se alejó de su familia. Cada día al salir de clase se compraba algo de comida rápida y, al llegar a casa, se encerraba en su cuarto a jugar al ordenador, cerraba la puerta con cerrojo para evitar que su tía o su prima entraran a hablar con él.

Cada día de su vida se había convertido en una rutina, hacía siempre lo mismo hasta que, un día la publicación de una noticia alteró un poco el estilo de vida que estaba llevando últimamente. Dicha noticia indicaba que, Akihiko Kayaba, el fundador de Argus, había desarrollado un nuevo dispositivo de inmersión total en un videojuego. Dicho dispositivo se llamaba el NerveGear y su salida a la venta estaba próxima junto con el lanzamiento del primer videojuego VRMMORPG, el Sword Art Online, o SAO para abreviar. Desde que leyó ese artículo se iba a dormir entusiasmado pues iban a hacer una prueba beta del juego y él quería ser uno de los mil afortunados. El comprarse el NerveGear no le resultó complicado pues, al no tener amigos ni ninguna novia en los que gastar dinero, Kazuto fue ahorrando todos los regalos monetarios que le hacían sus familiares por lo que tenía dinero de sobra para poder pagar dicho dispositivo.

Por fin llegó el día del lanzamiento oficial del juego y Kazuto no podía estar más entusiasmado pues, después de la beta, comprobó que ahí tenía un lugar en el que podía llegar a destacar y sentirse alguien importante. Lo que no sabía es que el destino le tenía preparada una gran sorpresa que no tardaría mucho en descubrir.