Capítulo 28

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   Junto a la biblioteca del primer piso había un par de habitaciones destinadas a los invitados ocasionales

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   Junto a la biblioteca del primer piso había un par de habitaciones destinadas a los invitados ocasionales. Los cuartos de Ery y de Arixia, uno para cada una, estaban en el ala derecha del edificio.

   Esa misma noche, Ery salió a la galería, desde la que podía ver las habitaciones de enfrente. Se acodó en el balcón y observó la habitación vedada al acceso, donde mantenían recluida a la estudiante enferma, justo frente al cuarto de ella.

   Oyó los pasos de su tutora, que salió a la galería y se le unió. A Ery le llamó la atención que no luciera una de sus cálidas sonrisas. Antes de medianoche, con Arixia participaría de una cena organizada por la Señora, en compañía de los pocos miembros directivos y los alumnos que aún no habían entrado en receso.

   ―¿Te gusta la escuela, Ery?

   Ella percibió cierta falta de entusiasmo en aquel tono cansino.

   ―Me encanta, Arixia, pero tengo muchas preguntas.

   ―Y cuáles son, si puede saberse.

   ―¿Por qué la Señora no habla? ¿Y dónde estuviste todo este tiempo? Pasé el día con los estudiantes, y no te vi ni un segundo.

   Arixia recuperó su sonrisa.

   ―¿Recuerdas que te conté que esta escuela depende de la parroquia? La Señora, que es la actual rectora de la Casa, no practica el culto oficial; aunque sí respeta las tradiciones que impone la gestión. ―Se llevó una mano a la barbilla, pensativa―. Una de las cosas que me inquieta es su forma de comunicarse. ¿Qué pudiste descubrir hablando con los estudiantes?

   ―Ninguno sabe cómo se llama la Señora ―dijo Ery con disgusto―. Y no me animé a indagar más sobre ella: parece que el miedo, más que el respeto a la autoridad, domina a los estudiantes.

   ―Tienes razón. No cualquiera puede dirigirse a la Señora. Nosotras somos afortunadas.

   ―¿Usa alguna clase de telepatía con su portavoz?

   ―Algo así, estoy casi segura. Las contadas ocasiones en que pasé por aquí por cuestiones de negocio me recibían los secretarios de la anterior directora. Nunca antes había ingresado en la escuela, pues las transacciones se hacían en una oficina de la ciudad. Desconozco de dónde viene esta directora y cuál es su origen. Y, sobre todo, quién la envío. Quién la respalda, quiero decir. ―Ery guardaba silencio, y Arixia aprovechó para revelarle en un murmullo―: La charla de recién con el portavoz fue breve. De todos modos, salí a la ciudad para hacer algunas... "averiguaciones".

   ―¿"Averiguaciones"? ¿A qué te refieres?

   Arixia resopló, demostrando que aquel asunto no se trataba de una tarea sencilla como mezclar polvos de luz hasta obtener la combinación buscada.

   ―Por la invitación que nos enviaron en su momento ―explicó Arixia―, sé que esta Señora recibirá a un personaje de cierta relevancia en el rubro de las luces. Para ser más exacta: un especialista en pólvora.

Venganza y Despertar ||| Libro 1 de Sombras de CondenaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora