Capítulo 5

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   Arixia había guiado a Ery por salas y corredores de gruesas paredes de piedra y muebles configurados en una oscura madera roja

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   Arixia había guiado a Ery por salas y corredores de gruesas paredes de piedra y muebles configurados en una oscura madera roja. El cortinado y las alfombras compartían el mismo tinte escarlata en un efecto de inquietante calidez. Ery reconoció que era la primera vez que se encontraba en medio de semejante combinación: una construcción que debía de tener muchos años de antigüedad, pero con la tecnología de la industria del vapor.

   Dejado atrás el cuarto de los espejos, ahora ella y la mujer conversaban en una sala junto a una chimenea de leños prácticamente hechos cenizas. Ery acarició la felpa del almohadón de su sofá, sin poder sacarse de la cabeza el hecho de haber atravesado un espejo. Reflexionó sobre las palabras de Arixia de minutos antes, acerca del uso de los espejos que funcionaban como convenientes portales. Ni siquiera los más astutos inventores habían logrado recrear aquel milenario atajo entre diferentes puntos de la región. Pese al avance de la tecnología, el poder de las artes arcanas no menguaba.

   ―Si la ciudad de donde vienes está sufriendo una lluvia de fuego, Ery, según me describiste, lo mejor será que hables con Exan. Él sabrá aconsejarte.

   ―¿No puedo volver a mi casa con uno de esos espejos?

   Arixia bajó la vista, jugueteó con el lazo del corsé y mostró una sonrisa de disculpa.

   ―Todavía no, Ery. Algo que debo explicarte es tu condición bajo este techo.

   Ella la miró interrogativa.

   ―Es sobre los protegidos, Ery. Nunca escuchaste de estas personas, ¿verdad? Son elegidos por habilidades particulares y, según quien los guíe en el desarrollo de esas cualidades, pueden evolucionar para bien o para mal.

   ―¿Y son elegidos por quiénes?

   ―Eso no lo puede prever nadie. Y por eso me intriga que estés aquí. ―Arixia se llevó un dedo a los labios, pensativa―. Seguramente Exan nos lo explicará cuando vuelva.

   ―¿Quién es Exan?

   Arixia dudó ante la pregunta.

   ―El señor Deil es el dueño de esta casa ―le dijo al fin―. Somos varios los que trabajamos para él, y también los que usamos este castillo para nuestras investigaciones. Conformamos un centro de reuniones muy enriquecedor.

   "¿Investigaciones? ―se dijo Ery―. ¿Qué otra cosa descubriré en este lugar?".

   ―Acabo de salir de una iglesia bajo fuego ―dijo, y el hambre le hizo recordar que no había comido desde mucho antes del ataque―. Y ahora aparezco en un castillo.

   ―Se trata de una residencia con muchos años de antigüedad, perteneciente a una familia importante, ya extinta. Su desaparición quedó olvidada, lejos en el tiempo. Hoy solo se usan las alas norte y oeste del castillo. Y el resto de la historia tendrás que preguntárselo a Exan.

Venganza y Despertar ||| Libro 1 de Sombras de CondenaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora