Capítulo 43

64 33 8
                                    

   Bien de mañana, Ery advirtió que el castillo estaba particularmente silencioso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Bien de mañana, Ery advirtió que el castillo estaba particularmente silencioso.

   Frente al salón de reuniones en la planta baja, apoyó el oído sobre una de las puertas; pero nada oyó. Y tuvo un sobresalto cuando la puerta se abrió hacia dentro y Nymer chocó con ella.

   ―Ya está aquí, señor ―dijo el secretario volviéndose, y se apartó para que Ery entrara―. La señorita Nebresko le ahorró la espera.

   "Soy una estúpida ―pensó ella observando al Cazador y a Tádef Dómac sentados a la gran mesa de reuniones―. Seguro que me descubrieron tratando de espiar".

   ―Gracias, Nymer ―dijo Deil―. Puedes dejarnos.

   El secretario se retiró, y el silencio y el peso de las miradas cayeron sobre Ery. Al menos el Defensor de Exan le sonreía comprensivo.

   ―Dejaremos el asunto de los jóvenes Guardianes de Ribinska para después ―le dijo el Cazador a Dómac. La miró a ella―: Que yo "espíe" en tu mente no es excusa para que tú espíes mis reuniones. Siéntate. ¿Qué hacías por acá?

   ―¿Para qué estabas esperándome, Exan? ―replicó ella, sentándose frente al abogado.

   Deil tomó aire y lo soltó despacio.

   ―Dómac, hazme el favor de explicarle el plan.

   El Cazador se cruzó de brazos, y Tádef le dio vueltas a un pobre lápiz que tenía junto a unos papeles sobre la mesa.

   ―¿Está seguro, Deil? No dudo que allá la señorita Nebresko encontrará cosas de su interés. Pero puede resultar muy peligroso para una recién iniciada.

   ―No olvides que ahora es mi protegida. ―El Cazador miró a Ery directamente a través de esos lentes oscuros, y todo en su actitud decía: "Cumplirás con lo que te ordene".

   "Eso lo veremos", pensó ella.

   Tádef mostró una sonrisa torcida, no muy convencido:

   ―No te asustes, Ery. Todo fue planificado minuciosamente. Verás: quizá recuerdes que durante mi última visita aquí te mencioné el descubrimiento de una centenaria biblioteca hallada por nuestros Ingenieros bajo la tundra berisiana. Conocedor de la noticia, Léonid Tanasov, el gobernador de Ribinska, dispuso en principio un plan para convocar a investigadores encargados del estudio de aquella biblioteca.

   ―¿Se sabe su origen? ―dijo Ery.

   ―Oficialmente, todavía no. Para fortuna nuestra, el plan de Tanasov se postergó, pues un muy sabio Defensor llamado Tádef Dómac le sugirió que convocara para la expedición al sur a un equipo dirigido por un Buscador.

   ―Mi grupo de combate ―dijo Exan, señalándola―, del que tú formarás parte, Ery Nebresko.

   ―Alan Valken será nuestro Buscador ―retomó Tádef―. También nos acompañarán dos Guardianes. Devnus es uno de ellos, y estamos evaluando quién será su par. Y, claro está, Exan Deil será quien lidere la misión.

Venganza y Despertar ||| Libro 1 de Sombras de CondenaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora