Capítulo 49

67 31 10
                                    

   Cada vez que buscaba una presa importante, Exan Deil usaba los espejos-portales desde el Paso de los Espejos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Cada vez que buscaba una presa importante, Exan Deil usaba los espejos-portales desde el Paso de los Espejos. En el silencio del campo siempre estrellado y sembrado de portales, caminó entre las pulidas superficies, hasta que su instinto le indicó ante cuál debía detenerse.

   Con la yema del dedo trazó la runa de apertura ―una especial que solo podía utilizarse desde el Paso―, y esperó a que el espejo le mostrara su nuevo destino. Esa jornada había tenido una muy productiva cacería de marcados, y el Cazador esperaba terminar el día con algo de igual o mejor calidad.

   Ribinska. Lo supo en cuanto vio a través del portal el busto de bronce del gobernador, el mismo acuñado en las monedas ribinskanas. El busto se hallaba sobre un escritorio con un quinqué apagado: la luz provendría de la calle. Debía de tratarse de un gabinete de estudio. De todas maneras, había que ser precavido.

   El Cazador desenfundó la pistola y cruzó el espejo.

   En cuanto pisó el cuarto, oyó un lejano aunque reconocible silbido de bengalas que subía desde la calle. ¿Disturbios en la ciudad? Se asomó por la ventana y divisó a una columna de Guardianes que cruzaba por la avenida.

   ―¡No nos amordacen más! ―decían las voces de aquellos muchachos.

   ―¡Necesitamos armas de Cazadores!

   "¿Qué demonios está sucediendo? ―pensó Exan Deil―. Guardianes que exigen las armas de otra división. Muy interesante".

   Un crujido a su derecha lo alertó de un visitante en el estudio, y él alzó la pistola hacia allí. Una oscura figura humanoide entraba arrastrándose desde otra habitación, y a metros de él se deshizo en el aire, convertida en humo negro, y reapareció materializándose en un hombre de contextura esquelética.

   ―Lukyan Tanasov ―dijo Exan, reconociendo al hijo del gobernador de Ribinska.

   Pero al advertir que aquel joven, de tez muy pálida y con el pelo tan rubio que parecía blanco, tenía sangre en las comisuras de los labios, disparó contra el pecho del nuevo vampiro. El cartucho Glacies-Sanguínem le impediría desmaterializarse por un tiempo.

   El joven Tanasov bajó la vista hacia la oscura mancha que se le iba extendiendo desde el corazón hacia el cuello.

   Deil no quería ser descubierto por ningún otro habitante de la casa, si es que Lukyan no había dado cuenta de ellos, así que le ordenó al vampiro:

   ―Quédate donde estás, Lukyan, y dime a quién acabas de sacrificar.

   ―Tenía sed. ―Una sonrisa apareció en la cara descarnada y de mirada vacía―. No importa quién era.

   ―¿Tu padre sabe en qué te has convertido?

   ―Aún cree que sigo postrado.

   ―Qué extraño, siendo él un Cazador. Si no estás mintiéndome, entonces desconoce que la conversión ya está completa. ¿Qué haces aquí?

Venganza y Despertar ||| Libro 1 de Sombras de CondenaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora