Mateo
El silencio tras sus palabras es bastante confuso. Ámbar me observa atentamente, su mirada destila duda, miedo —probablemente a mi reacción—, esperanza. Me fijo en el iris de sus ojos, me gustan mucho los dibujos que forma.
Mi corazón comienza a acelerarse al recordar las palabras que salieron de su boca, sigo sin creérmelo. Pero es verdad, ella lo dijo, lo dijo al fin. No reacciono, no muestro la explosión de emociones que hay en mi interior.
Puede que suene un poco cursi, pero, ¿sabes qué? Me vale mierda.
Me vale mierda todo, lo único que me importa es la chica frente a mí.
Los nervios de ella comienzan a surgir cuando no digo ni hago absolutamente nada. Sé que seguramente se está preguntando si estuvo bien decirlo, si en verdad no se lo tenía que guardar para ella.
Ámbar es muy insegura en algunos aspectos, como por ejemplo, las sentimientos. No quiere que nadie sepa lo que siente, cree que eso les da pase VIP para dañarla. Y la verdad es que por una parte tiene razón.
—Lo siento, yo... —rompe el silencio, retorciéndose los dedos. Se relame los labios, nerviosa —Mierda, perdón, no...
—¿Me amas? —es lo único que mi boca decide soltar, lo único que me interesa confirmar ahora mismo.
—Sí, bueno... —baja su mirada a mi clavícula. Frunzo el ceño ante eso, no me gusta que se sienta así, y mucho menos conmigo. Agarro su mentón con mis dedos, haciendo que alce la cabeza y sus ojos vuelvan a conectarse con los míos. Pone expresión seria —Déjalo, ¿sí? Lo entiendo.
—Estás lo...
—Sé que estoy loca —me corta, dando la razón a lo que estuve a punto de decir. La desilusión en sus ojos es evidente desde que me interrumpió. Ha interpretado mis palabras de una forma diferente a la que quería, el brillo de la esperanza desaparece de su mirada —. Esto es una jodida mierda.
Aprieto los labios al darme cuenta del significado que oculta esa frase.
—No quieres amarme —afirmo, mirándola.
Ella, al parecer, prefiere ignorar mis palabras porque pone una mano en mi hombro, tratando de apartarme y abrirse paso. Mierda, en verdad no quiere amarme.
—¿No confías en mí? —pregunto, interrumpiendo sus intenciones. Gira su cuerpo en mi dirección, algo sorprendida.
—No es eso —niega con la cabeza, acercándose a mi cama. Se deja caer en ella, entendiendo que no quiero ni voy a dejar que la conversación termine. Se pasa las manos por el pelo, mirando el suelo.
—¿Crees que voy a hacerte daño? —me atrevo a preguntar.
—Mateo...
—Contesta —la interrumpo, acercándome. No lo ha negado y eso me tiene de los nervios.
—No se trata de si vas a hacerme daño o no —alza la cabeza cuando me planto delante de ella —. Se trata de cómo y cuánto va a afectarme.
Sigo mirándola seriamente, no me gusta lo que sea que esté pensando. Sé que es normal que tenga miedo, pero quiero que confíe en mí. Quiero que viva sin temer que algún día pueda lastimarla.
—El daño depende de la intensidad de lo que siento —vuelve a hablar —. Tú tienes el poder de hacerme puré.
—No lo haré —suelto, seguro de mí mismo.
—Eso espero —murmura, levantándose, supongo que queriendo de irse —. Nos vemos luego.
—¿Dónde vas? —frunzo el ceño, no voy a dejar que duerma lejos de mí.
—A mi habitación.
—Aún no he terminado —llego hasta ella. Cierro la puerta que segundos antes había abierto.
—Yo sí —intenta abrir otra vez, pero se lo impido —. Mateo, no es momento de tonterías, tengo sueño.
—Duerme conmigo.
—No p...
—Yo también —la acerco a mí, ella desvía la mirada rodando los ojos, claramente sin entenderme —. Ámbar.
—Mateo —me imita de mala gana.
—Yo también te amo —confieso por primera vez en voz alta. Al principio no parece analizar bien mis palabras porque sigue mirando la pared tras nosotros, pero unos segundos más tarde se da cuenta ya que sus ojos se abren involuntariamente, reflejando la sorpresa en su rostro.
Primero es la confusión lo que invade su expresión y su mirada, luego es el brillo de la emoción lo que se apodera de ambas cosas. No puedo evitar la sonrisa que aparece en mis labios, me gusta verla así.
—Me ofende que no te lo esperaras —mascullo, admirando la felicidad que refleja su rostro.
Me sorprendo un poco cuando pasa sus brazos por mi cuello, aferrándose a él como si su vida dependiera de ello. Ámbar me abraza con todas sus fuerzas. Le correspondo, sintiendo cómo su corazón bombea sangre a toda velocidad.
Aspiro su aroma, es único. Para mi su fragancia significa su cercanía, y eso me encanta.
—Te amo —murmura contra mi cuello, su aliento choca contra mi piel —. Te amo, te amo, te amo.
Es como una niña que acaba de descubrir una palabra nueva.
—Qué cariñosa te has puesto de repente.
—Calla —pone una mano sobre mi boca, evitando que pueda gesticular. Besa mi mejilla sin dejarme hablar —. Te amo.
Sonrío contra la piel de su palma, permitiéndome por fin disfrutar de sus "te amo". Son lo mejor que puedo escuchar —a parte de sus gemidos— junto con los "te quiero".
Ámbar deja sus pies en el suelo, separa su rostro de mi cuello para mirarme.
—Te...
—Me amas —termino por ella, sonrío acercándome a ella —. Yo también, nena.
Oculta una sonrisa mordiéndose el labio inferior, pero no lo consigue del todo. Mis labios también se curvan en una sonrisa, pero juguetona. Me separo de Ámbar, a quien se le oscurecen los ojos cuando nota que mi intención es cerrar el pestillo de la puerta, me vuelvo a girar en su dirección.
Sabe lo que eso significa.
Camino hasta ella de nuevo, sin dejar de lado la sonrisa maliciosa.
—¿Jugamos? —pregunto mientras atrapo suavemente su precioso cuello entre mis dedos. Avanzo, haciendo que ella retroceda para evitar tropezar.
Adentro mi mano libre en su ropa, acaricio su piel caliente, la cual hace que mis dedos piquen, deseando tocar más. Ámbar se relame los labios, deseando lo mismo que yo.
Atrapo su cuello con mi mano derecha, acercando mi boca a la suya.
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Muchos te amo en un sólo capítulo, pido disculpas si a alguien no le gusta, necesitaba un momento cursi JDKFKDKSJ
Perdón por desaparecer, me había bloqueado😔
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𝐓𝐞 𝐨𝐝𝐢𝐨 ‖ Trueno (REESCRIBIENDO)
FanficÁmbar, que siempre ha mantenido una vida normal, recibe la noticia de que el hijo del hermanastro de su madre, es decir, su primo Mateo, va a vivir con ella por asuntos familiares. REESCRIBIENDO (probablemente muchas cosas no tengan sentido, ya que...