16 - Reescrito

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Ella nos observa con una expresión de sorpresa y a la vez molestia en la cara. Y a mí, sobre todo, con un odio increíble. Me había inclinado hacia él sin siquiera darme cuenta, por lo que nuestros cuerpos estaban muy cerca, y obviamente que parecía otra cosa. Sobre todo por mi oportuna mano.

Reacciono rápido, me separo de él ante la mirada de ambos. Mateo me mira socarrón, mientras que mi hermana parece estar juzgándome.

—¿Qué hacían? —pregunta como si realmente hubiéramos estado haciendo cosas raras.

—Venía a por mi celular —digo mientras acomodo mi ropa, que se había arrugado por lo sucedido.

—¿A por tu celular montada sobre él? —me alza un poco la voz, y eso la verdad es que me pone de muy mal humor. No me interesaba para nada saber qué carajos pasa entre ellos, pero Adelia me lo hace saber indirectamente con sus celos.

La miro con neutralidad, me da absolutamente igual lo que ella piense, por eso mismo no le voy a explicar nada.

—¿Acaso es algo tuyo? —le contesto con amargura, por ello ella parece querer abalanzarse sobre mí para arrancarme la cabeza. Mateo no lo hace notar, pero yo vi un amago de sonrisa en sus labios —¿Sabes? Debería ser yo quien pide las explicaciones, porque celar a tu primo de esa manera no es ni medio normal.

Recupero mi teléfono en cuanto se lo exijo a Mateo y me salgo de la habitación, dejándolos a ambos solos, seguramente a punto de discutir por lo que pasó.

Todavía estoy tratando de asimilar que Mateo y mi hermana están en algo. Soy consciente de ello, aunque me hago la que no para evitarme problemas. No comprendo esta inmadurez que cometen, ¿cómo mierdas pueden andar acostándose como si no fueran hijos de dos hermanos?

Suspiro, tumbándome sobre mi cama, recibiendo al instante un mensaje por Whatsapp. Se trata de Alex, con quien todavía no hablé de la estupidez que hicimos el otro día.

Sales esta noche?

Me quedo unos segundos pensando en una respuesta. Hoy sí tenía planeado salir, pero me falta concretar con quién, porque hoy Lucía trabaja, por lo que ir con él no es mala opción. Así de paso aclaramos lo que pasó.

Dale

Quién más viene?

Lo lee al instante, y comienza a escribir:

No lo sé, perdí la cuenta.

Sonreí por su respuesta, Alex es un idiota.

Bueno, te aviso pa que me pases a buscar

Le envío.

Dale

Finalizamos la conversación. Y yo, para no perder tiempo, me levanto de mi preciosa cama y me voy a bañar para esta noche.

***

Termino de plancharme el último mechón de cabello que quedaba, me miro al espejo y me acomodo el pelo con los dedos.

Me levanto del tocador y abro el armario. Busco el vestido que compré hace unos días y que quería estrenar esta noche. Es ajustado, de espalda descubierta, manga larga y cuello alto, de un color blanco precioso. Preparé unas botas con tacón blancas para ponérmelas en cuanto salga.

He hecho el intento de hacer un maquillaje a juego, pintándome la línea de agua de blanco. Delineé mis ojos, me puse la máscara de pestañas y, finalmente, me rocié con mi perfume.

Son las diez de la noche ya, así que le llamo a Alex para que ya pase por mi a buscarme, aunque ya sé que va a tardar.

Termino de retocar mi cabello y salgo de mi habitación descalza, con las botas en una mano y el bolso en la otra. Voy a la cocina a comer algo antes de salir, de lo contrario, me marearé y terminaré vomitando.

𝐓𝐞 𝐨𝐝𝐢𝐨  ‖ Trueno (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora