CAPITULO 14

27 0 0
                                    

Al entrar al salón real, me di cuenta de que la mesa que ocupaba el espacio central había sido apartada y estaba llena de comida y bebida, además de algunos camareros que recorrían la sala con bandejas llenas de comida y bebida. Una música suave y festiva sonaba en aquel espacio, donde solo había militares, licántropos y nosotros mismos.

-¿Quieres beber algo? –Ray llamó mi atención-.

-Un poco de vino, quizá -le sonreí-.

-¿Vino? –Levantó una ceja-.

-Es un día especial, ¿no? –le recordé-.

-Por supuesto –sonrió-.

Ray me dejó a solas un momento mientras se dirigía a la mesa y preparaba un par de copas de vino. Le observaba en la distancia, por eso cuando escuché una voz cerca de mí, salté como un resorte del sitio.

-¿Va todo bien? –me saludó Will-.

-Hola Will... Sí, todo va bien –le sonreí-...

-La guerra fue más corta de lo que esperé y he de decir que tu ayuda ha sido muy útil, has sido una guerrera muy valiente –alzó un botellín de cerveza en mi honor-.

-Gracias por tus palabras, Will –acepté su halago-.

-Por cierto, ¿estás bien? Descubrir que David era el verdadero traidor debió ser duro para ti, le conocías de antes –se interesó-.

-Él se lo buscó –me encogí de hombros-.

Ray se acercó a nosotros en ese momento, me acercó una copa de vino que agarré entre mis manos y pasó su brazo por mis hombros, mirando con una expresión seria a Will.

-Le estaba dando las gracias a Silvia por su ayuda en la batalla, ha sido muy valiente... Y una cosa más, estás bellísima esta noche –concluyó Will-.

-Gracias, pero creo que exageráis –me sonrojé-.

-A lo mejor –bromeó Will-.

Will me guiñó el ojo, apretó con cariño el hombro de Ray y se marchó de allí, dejándonos solos. Ray se relajó al quedarnos a solas, de nuevo. Di un sorbo a mi copa de vino, mirándole por encima de la copa. Ray estaba especialmente guapo esa noche contraponiéndose a mi propio nerviosismo por tenerle tan cerca y recordar cómo se sentía cuando me besaba. Intenté concentrarme en la música, que era una mezcla de estilos. Vi que en un lugar apartado de la sala, había algunas parejas que bailaban. Me sorprendió ver también un escenario con un micrófono preparado y a Jessica muy cerca de ese escenario, charlando con Josh, pero mirando a Jake que estaba en la distancia.

-¿Quieres bailar? –la voz de Ray llamó mi atención-.

-¿Qué? –estaba desconcertada-.

-Te he observado mirar hacia la pista de baile y pensé que a lo mejor te gustaría –propuso-.

-En realidad, no sé bailar –me sonrojé-.

-Yo tampoco, pero me gustaría bailar contigo –insistió-.

No pude evitar sonreír como una tonta al darme cuenta de que él se preocupaba siempre y estaba pendiente de mí, así que finalmente, solo pude asentir y beberme de un sorbo la copa para finalizarla antes de dirigirnos a la pista de baile. Una vez allí, Ray me agarró de la cintura para acercarme a él mientras que yo coloqué una de mis manos en su hombro para bailar al son de una canción lenta que comenzaba a sonar. Empezamos a dar vueltas de un lado a otro de la pista, mirándonos sin hablar. No pude evitar apoyar mi cabeza sobre su pecho, escuchando cómo latía su corazón. Cuando la canción terminó, nos separamos unos milímetros y me hubiera lanzado a sus labios como una loca, pero la música se detuvo y escuché un carraspeo que provenía del escenario. Miramos hacia allí y vi a Jessica, que quería llamar la atención de todos los presentes en aquella sala:

Amor y monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora