A la mañana siguiente, desperté aún cuando los rayos del sol no habían entrado por la ventana. Miré la hora del reloj que había sobre la mesilla y al ver que era tan temprano, me abracé al cuerpo desnudo de mi atractivo y varonil marido. Por más años que pasaran, él siempre se cuidaba y se mantenía en forma y aunque llevábamos conociendonos casi seis años, no cambiaba nada en su aspecto y era entendible, ya que era un guerrero.
Acaricié su torso, mordiendo mi labio al contener mis ganas de mordisquear sus abdominales y sus pectorales, pero no quería despertarle. Bajé mi mano hasta su parte más vulnerable, sin llegar a tocarle, pero dándome cuenta de que estaba duro y palpitante incluso en sueños. Y llevé mi mano a su rostro, dándome cuenta de que él acababa de abrir los ojos y me observaba, analizando de arriba abajo el recorrido que mis dedos hacían sobre su cuerpo. Entonces, él me dedicó una sonrisa torcida, cogió una de mis manos y la colocó sobre su miembro.
-Buenos días, preciosa... Sigue tocándome así, es una maravillosa forma de despertar –gimió-.
-Buenos días... Siento haberte despertado... No era mi intención –me sonrojé al tiempo que acariciaba su miembro-...
-¿Y perderme esto? –cerró los ojos y gruñó encantado-.
Reí con ganas ante aquella petición mañanera y recordé que la intención era planear unas vacaciones con él para pasar unos días a solas y poder olvidarnos de todas las responsabilidades y preocupaciones, le propondría buscar algún lugar paradisiaco a lo largo del día. Después de todo lo que habíamos pasado, tras haber logrado la paz después de tantos años y no tener más enemigos, nos merecíamos celebrarlo.
Mis caricias se tornaron más apasionadas hasta que sentí que Ray estaba a punto de alcanzar el clímax. Entonces, me coloqué sobre su cuerpo y lo dejé caer sobre su miembro para que ambos pudiésemos darnos placer mutuamente. Los gemidos de Ray me animaban a moverme con más ganas y a disfrutar de aquel inesperado despertar. Mordí mi labio mientras le observaba dejarse dominar bajo mi cuerpo a pesar de ser un fiero guerrero y aquella visión era más excitante de lo que imaginaba. Empecé a moverme en círculos, sorprendiéndole con esos movimientos inesperados y haciéndole gemir encantado ante la sensación. Minutos después, tras una lucha apasionada, ambos llegamos al clímax.
-¿Qué tal, general? –rodé por la cama para tumbarme a su lado-.
-Muy bien, princesa –me dedicó una sonrisa torcida-.
-Me alegro –le sonreí antes de intentar levantarme, pero él se posicionó sobre mi cuerpo-.
-¿Has pensado lo que te propuse sobre las vacaciones? –besaba mi cuello y aunque ya se lo había confirmado entre juegos apasionados, no debió haberlo escuchado-.
-Sí y deberíamos planearlo lo antes posible –apreté su trasero contra mi cuerpo, exigiéndole que volviera a poseerme-.
-¿Y por qué tienes tantas ganas de irte de vacaciones? –comenzó a entrar en mi interior-.
-Porque no veo el momento de estar a solas contigo y disfrutarte en cualquier lugar –me abracé a él, alzando las caderas y sintiéndole en mi interior-.
-Eres una mujer tan sensual –mordisqueó el lóbulo de mi oreja mientras sus movimientos se aceleraban-.
-Tú eres tan varonil y deseable, general –gemí-.
-Y ahora que hemos conseguido la paz en el reino demoníaco, tendremos mucho tiempo para nosotros –sus embestidas me enloquecían-.
-¿Más tiempo para intimar? –bromeé-.
-Más tiempo para todo –insistió en sus movimientos-.
-Eres maravilloso –le besé con ganas-.
ESTÁS LEYENDO
Amor y monstruos
General FictionMi nombre es Silvia y soy una adolescente con una vida monótona y aburrida...y así fue hasta que conocí a Jessica, una adolescente con un toque oscuro, nada popular y que extrañamente, me caía bien. Jamás imaginé que mi vida cambiaría tanto al cruz...