CAPITULO 16

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Cuando volví a ser consciente de lo que ocurría, vi que estaba tumbada en la cama, completamente desnuda y al lado de Ray. Sonreí como una tonta, recordando que habíamos pasado la noche juntos y que a pesar de que estaba agotada, me sentía feliz. Me di la vuelta en la cama y vi que aún era muy temprano, solo las siete de la mañana y ya amanecía. Me levanté con cuidado de la cama, ya que no tenía sueño. Fui al baño y me vestí, usando mi ropa interior de encaje blanco y volviendo a vestir mi vestido de estilo ibicenco. Aunque me encantaba estar allí con Ray, debía ser consciente de que pronto debería volver al castillo e intentar continuar con mi vida, siendo novios, pero cada uno en su casa... Y había estado tan a gusto ese día con él que me costaría volver a la normalidad. Al salir del baño, vi que Ray aún seguía durmiendo y lo agradecí. Salí de la habitación, cerrando la puerta a mi espalda con mucho cuidado porque no quería despertarle. Atravesé el pasillo y bajé las escaleras en dirección a la cocina, pero vi cómo Jake estaba sentado en una de las banquetas altas de la cocina, con una taza humeante entre sus manos. Casi me había olvidado de que él seguía allí.

-Buenos días, Jake –le saludé-.

-Buenos días –correspondió mi saludo-.

-¿No te habré despertado? –quise saber-.

-No, en realidad no he podido dormir en toda la noche –confesó-.

-¿Por qué? –dudé, ya que no sabía si se debía a su preocupación o a mi noche apasionada con Ray-.

-Tenía muchas cosas en la cabeza –se encogió de hombros-.

-No te preocupes, haremos todo lo posible para que Josh desaparezca de nuestras vidas. Realmente, no me interesa que mi amiga se una a él el resto de la vida cuando sé que no le ama –le animé-.

-¿Te puedo contar un secreto? –señaló la banqueta a su lado y me senté-.

-Te escucho –le animé-.

-Conozco a Ray desde siempre y quería darte las gracias, se le ve feliz y jamás le había visto así. Él es un buen hombre y no ha tenido suerte, pero parece que le cambiaste la vida y espero que seáis muy felices –me deseó-.

-Gracias, Jake... Tú también eres un buen hombre y sé que todo se solucionará –intenté tranquilizarle-.

-No me sorprende que Jessica y tú seáis tan amigas, que ella confié tanto en ti... Ya nos hemos tratado en estos meses y me doy cuenta de que eres una chica muy especial... No me extraña que Ray se haya enamorado de ti –me sonrió-.

-Antes de él, jamás me había enamorado... Mi madre siempre me ha dicho que mi corazón sabría quién era la persona correcta cuando la encontrase... Ray tiene todo lo que una chica puede desear, pero ninguna mujer se ha parado a conocer al hombre que hay detrás del militar –razoné-.

-Hacéis una gran pareja –concluyó-.

En ese momento, escuchamos unos pasos. Detuvimos nuestra conversación y miré hacia atrás, viendo que Ray bajaba las escaleras ya vestido con unos vaqueros y una camiseta básica en color negro. Se acercó a nosotros y me agarró de la cintura, besó mi frente y nos saludó:

-Buenos días, chicos.

-Buenos días, general –le saludó Jake-.

-Buenos días, guapo –le saludé-.

-¿Qué hacéis despiertos tan temprano y de charla? –Ray levantó una ceja-.

-Jake está preocupado por todo lo ocurrido –le recordé-.

-Y además, le decía a tu novia que me alegra verte tan feliz gracias a ella –le confesó Ray-.

-¿Estabais hablando de mí? ¡Vaya...! –Se mesó el cabello-.

Amor y monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora